Su compañero de piso lo deguella por pedirle que fregara los platos

El inquilino desordenado le rajó el cuello a la víctima con un cuchillo de cocina, y lo dejó tirado en medio de un charco de sangre.

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El agredido estuvo a punto de perder la vida desangrado
El agredido estuvo a punto de perder la vida desangrado

Se trata claramente de un crimen de violencia doméstica sin resultado de muerte. Ha ocurrido en Torrepacheco, la localidad conocida antaño como "la capital del melón", un lugar donde habitan muchos inmigrantes recogiendo los valiosos frutos de la huerta murciana.

En uno de esos pisos vivía Galo, la víctima , que a punto estuvo de perder la vida después de que su compañero de piso le quisiera degollar. Estamos hablando de Hernán, el autor de la agresión, un hondureño que vivía con él en un piso alquilado de la calle Mayor. Ambos, según cuenta el Diario El Español, que ha hablado con la víctima, pagan 150 euros al mes por habitación al dueño del piso, que tiene cuatro que dedica a idénticos fines en el mismo edificio. Arrienda las casas a los trabajadores temporeros. Y como ocurre en todo tipo de inmuebles compartidos, las tareas del hogar estaban repartidas y había que cumplir unas normas básicas para tener la casa limpia y en orden. Entre las normas, amén de limpiar los fines de semana a fondo, limpiar a diario el aseo, etc. , figuraba que cada ocupante de la casa, cuatro en total, tenía recoger la cocina después de hacerse algo de comer, y por supuesto, lavar los platos que había usado sin dejarlos en la pila. 

Galo, la víctima, ha declarado al periódico "nuestra relación era normal, pero siempre veía que se dejaba la cocina sin limpiarla después de comer, no fregaba los platos, los vasos, ni los cubiertos. Lo dejaba todo mal. Durante el primer mes y medio, no le decía nada, me ponía a limpiarlo yo, hasta que llegó un momento en el que le pedí que hablásemos en la cocina. Y le dije: 'Así no se puede vivir, tienes que mejorar la limpieza y el orden'.

 

El día que Hernán perdió los nervios ante los sermones de Galo y la ocurrencia de la víctima que impidió que se desangrara

 

La tensión fue subiendo poco a poco. Hernán invitaba a comer a familiares y amigos y no se dignaba a recoger la comida. Otro día se dejó un grifo abierto. Los sermones de Galo aumentaban de intensidad, y Hernán perdió los nervios el pasado domingo cuando Galo volvía de jugar al voleibol por la noche.

Hernán, el compañero negligente en la limpieza doméstica, se estaba tomando una cerveza en el salón con la música puesta a todo volumen. Y cuando su compañero le pidió que la desconectara y se metiera en su cuarto porque él tenía que madrugar al día siguiente, montó en cólera. El hecho de estar acompañado le embraveció. Le rompió una botella de cerveza en la cabeza, lo tiró al suelo y mientras su amigo sujetaba las piernas de Galo, intentó cortarle el cuello con un cuchillo de cocina. Solo la astucia y ciertos conocimientos de anatomía le sirvieron para defenderse.

Se metió un dedo en la garganta para salvar su yugular y se hizo el muerto para no ser rematado. 

Afortunadamente para él, Mario, otro compañero de piso, que estaba duchándose y no había oído nada hasta ese momento,  hizo su entada en el salón Fue Mario quien salió corriendo de la casa, y dio la voz de alarma. La policía local llamó a urgencias y Galo fue trasladado al Hospital Los Arcos de San Javier. Ingresó grave, con un corte que le cruzaba el cuello desde la oreja hacia la traquea, otros dos cortes en el brazo derecho, en los dedos, etc.  Los agresores huyeron dejando a la víctima tumbada en un charco de sangre. 

La policía local los encontró más tarde tras realizar una batida por la zona y sus alrededores. También encontraron el arma utilizada contra Galo: un cuchillo largo de cocina, con el mango negro, y una hoja que lo mismo servía para cortar carne que pescado

El pecado de la víctima, así lo cuenta él a El Español, fue decirle a su agresor "que hiciese sus labores como inquilino: limpiar la cocina cuando hace de comer, fregar los platos, ser ordenado… Se lo dije de buenas maneras, le fastidió y quiso asesinarme con la ayuda de su amigo".