Cuando leemos determinado tipo de noticias, noticias como esta, nos llevamos las manos a la cabeza y pensamos que a nosotros jamás nos podría pasar así. Pero lo cierto es que a veces un cúmulo de circunstancias adversas ordenadas en la línea del tiempo de una manera muy concreta puede tener un desenlace tan cruel como este del que nadie está totalmente a salvo.
El calor y un fatal descuido han acabado con la vida de Seira Fuchigami, una niña japonesa de dos años que murió tras permanecer nueve horas en el coche olvidada por su padre. Este olvido y el calor reinante en estos días en la ciudad de Osaka fue la mortal combinación que dio pie a esta tragedia que, desgraciadamente, no es la primera vez que sucede.
Al parecer, tal y como ha explicado el propio padre, un hombre de 33 años, este salió de casa a las 08:00 horas con sus tres hijos en el coche. Primero dejó a los dos mayores en sus colegios y en lugar de dejar a la niña en su guardería, se olvidó de ella en el asiento trasero del vehículo y se fue a trabajar.
No fue hasta la conclusión de la jornada, al emprender el viaje de vuelta y acudir a la guardería a recoger a la niña, cuando le informaron de que la niña no había ido ese día al centro, momento en el que ste hombre se dio cuenta de su error y salió corriendo hacia el coche.
Allí se encontró a su hija inmóvil en el asiento trasero. Y aunque la llevó rápidamente al hospital los médicos no pudieron hacer nada por su vida.
El informe policial apunta que la menor murió de un paro cardíaco debido a un golpe de calor, y la autopsia revela que murió por causas accidentales. El hombre estaba devastado tras conocer la muerte de su hija, según las autoridades.
Al descuido y al calor cabe sumar un tercer factor desencadenante de este suceso, y es la actuación de la guardería, a la que la policía también está investigando por presunto delito de negligencia. Y es que según la ley, ante la ausencia de uno de los niños, tendrían que haber llamado a los padres para confirmar la falta, cosa que tampoco sucedió y contribuyó al fatal desenlace.