Está averiguando cómo guarda los datos de sus clientes estadounidenses y si el Gobierno chino puede tener acceso a ellos. La acciones de la compañía están cayendo al cierre de estas líneas.
Ya no se andan con insinuaciones, están comenzando a llamar a las cosa por su nombre. Las guerras ya no se llevan a cabo con bombarderos ni misiles, y Microsoft apunta directamente a Rusia como un atacante global con nuevos objetivos.