Así lo advierte un análisis del Instituto Coordenadas que sitúa a Cataluña como la comunidad autónoma con los índices más altos de ocupación ilegal de viviendas.
Hace unos meses ocurrió lo nunca visto. Un ex espía de la KGB, supuestamente perseguido por Putin, era el objetivo de los periodistas. Y todo porque quería seguir viviendo de balde, puerta con puerta, con sus caseros, a quienes hemos entrevistado.
El problema de los okupas está adquiriendo dimensiones insospechadas y tortuosas. Uno de los casos más graves lo vive un matrimonio que no puede echar de su casa a un ex espía moroso del KGB.