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Desarrollan úteros artificiales para asegurar el futuro de la reproducción humana

Científicos chinos han creado niñeras con Inteligencia Artificial para desarrollar bebés en úteros de robots.

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Ilustración 3D.
Ilustración 3D.

Un equipo de científicos del Instituto de Ingeniería y Tecnología Biomédica de Suzhou (China) ha publicado recientemente un estudio en Journal of Biomedical Engineering donde explican cómo la robótica y la inteligencia artificial pueden ayudar en el desarrollo de los recién nacidos mediante el uso de algoritmos y úteros artificiales.

Según informa el South China Morning Post, se está llevando a cabo un embarazo a término en úteros artificiales, después de pasar la fase de feto, en embriones de ratón. Una vez nacida la cría, una niñera creada con inteligencia artificial, estará siempre pendiente del desarrollo de la criatura. El software mantendrá archivado un registro de la salud del embrión y el “potencial de desarrollo” durante la duración del desarrollo del embrión.

Las implicaciones éticas que conllevan un procedimiento de este tipo en humanos es el motivo por el que no está permitido internacionalmente realizarlo con personas y, por ello, se utilizan ratones. Estos estudios consiguen que los investigadores puedan estudiar más a fondo la gestación, intentando obtener claves para solucionar ciertos problemas reproductivos y defectos de nacimiento, por el momento, solo en ratones.

Lo que se propone es que, durante la gestación se puedan detectar cambios para así ajustar distintos factores como el oxígeno que está recibiendo el embrión y los nutrientes que puede necesitar.

La reproducción extracorpórea y sus ventajas

El desarrollo de úteros artificiales no es un concepto nuevo, pero llevar la tecnología a la producción en masa humana y mezclarla con la inteligencia artificial de clasificación sí lo es, y es un desarrollo que suena bastante distópico.

Los expertos llevan décadas dándole vueltas a la idea de los úteros artificiales desde que el médico neoyorquino Emanuel M. Greenberg patentara el primer diseño en los años cincuenta. Su útero artificial constaba de un tanque lleno de líquido amniótico que alberga al feto, una máquina que se conecta al cordón umbilical del embrión, bombas de sangre, un riñón artificial y un calentador de agua.

El diseño más reciente, desarrollado en 2019 por investigadores de la Universidad de Eindhoven, en los Países Bajos, es muy similar, aunque está pensado para evitar que bebés que han nacido prematuramente pasen por la incubadora y acaben de crecer en un medio más favorable. Según sus creadores, su sistema estará listo en unos siete años.

Funcionamiento del útero artificial desarrollado por la Universidad de Eindhoven.

El factor clave que diferencia este nuevo útero artificial de otros desarrollados con anterioridad es lo que sus autores han bautizado como "dispositivo de cultivo de embriones a largo plazo".

Este útero artificial es una gran máquina que contiene compartimentos para fetos individuales. Los bebés serán alimentados como lo estarían en un útero real si estuvieran en la cámara, que se llenará con una mezcla optimizada de “líquidos nutritivos” y oxígeno.

Una de las ventajas –apuntan sus defensores- es que podría ayudar a ser padres y madres a personas que hoy en día no pueden tener hijos. Desde mujeres con problemas de salud que les impiden llevar un embarazo a término hasta hombres solteros o parejas de hombres homosexuales. También las mujeres transgénero podrían ser madres. Además, se evitaría que ciertas personas recurran a los vientres de alquiler, una práctica ilegal en muchos países por tratar el útero de las mujeres prácticamente como un recipiente de transporte de mercancías.

Por otra parte, un útero artificial facilitaría intervenir quirúrgicamente un feto en cuanto se detecte que tiene un problema, sin esperar al nacimiento del bebé. Si a esto le sumamos la niñera robot, que puede detectar los problemas en cuanto surgen, se ayudaría a prevenir muchas muertes en neonatos.

La crisis demográfica

Los investigadores dicen que la tecnología podría ayudar con una crisis demográfica inminente, con las tasas de natalidad en China en su nivel más bajo en seis décadas. Un estudio publicado en The Lancet advierte de que la población de 23 países, entre los que se incluye España, verán reducida su natalidad a la mitad de aquí a 2100.

Esta no sería la primera vez que se intenta la ectogénesis, o el crecimiento de un feto en un ambiente artificial. Diferentes estudios realizados en 2016 y 2017 por la Universidad de Cambridge y Children's Hospital of Philadelphia han intentado mantener fetos en un útero.

Lo que diferencia a este proyecto de otros que se han desarrollado anteriormente es el dispositivo óptico que se conecta con el embrión y envía la información a la inteligencia artificial que los estudia y hasta clasifica según su estado de salud.

No sucederá a corto plazo

Pese a lo avanzado que suene esta tecnología, aún requiere tiempo para convertirse en realidad. La experimentación de embriones humanos en laboratorio mayor a las dos semanas está prohibida por el derecho internacional. Y la subrogación está prohibida en China.

No está claro si los úteros artificiales serán capaces de parar esta tendencia. Además de ser una tecnología que levanta mucha polémica, estos problemas éticos y legales impiden que las investigaciones para llevarla a cabo se desarrollen por completo. Sin embargo, el pasado mes de mayo se abrió una puerta a este tipo de experimentos cuando la Sociedad Internacional para la Investigación con Células Madre publicó nuevas directrices que indican que podría ser permisible estudiar embriones humanos vivos durante más tiempo.

En cualquier caso, si hace unos años se planteaba una niñera robot como algo clasificado dentro de la ciencia ficción, debemos empezar a mentalizarnos de que el adjetivo “ficción”, pronto dejará de acompañarlo.