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Ciberseguridad

De los 2.100 usuarios de páginas de contactos extorsionados, solo denuncian 25

Desmantelado un grupo criminal dedicado a extorsionar a hombres que accedían a páginas de citas online.

6 minutos

Las páginas de contactos suelen ser un gancho muy utilizado para estafas de phishing y por extorsionadores.

El chantaje sexual es uno de los delitos más productivos para aquellos que lo cometen. Las víctimas, por miedo a que se revelen detalles que puedan poner su vida privada en peligro, especialmente cuando tienen pareja, suelen plegarse a las exigencias de los extorsionadores. Todo el mundo recuerda que la exfiltración de datos de la página de citas Ashley Madison tras un hackeo llegó a provocar suicidios entre sus usuarios. Se trataba de una página web para casados y casadas que incitaba a la infidelidad. Fue una exfiltración masiva, los datos los podía ver cualquiera en la red torrent. 

El caso que nos ocupa es distinto. La Guardia Civil de Alicante, en el marco de la operación Connor, ha desarrollado una investigación que ha permitido desmantelar una organización criminal que supuestamente se dedicaba a extorsionar a usuarios de páginas web especializadas en citas online y a realizar estafas por medio del método phishing. Las extorsiones no se apoyaban en la revelación de secretos, sino en la pura y dura amenaza física. 

Entre los meses de mayo y junio han sido detenidos todos los miembros de la banda, dos hombres y cuatro mujeres, en las localidades alicantinas de Denia y Ondara, que podrían haber extorsionado a más de 2.100 víctimas, si bien hasta la fecha solo han denunciado 25. ¿Por qué no denuncian?

Según aseguran fuentes de las fuerzas de seguridad a Escudo Digital los motivos son diversos: por desconocimiento, por miedo a los efectos que sobre su vida privada y familiar puede tener que se conozcan sus aficiones, por miedo al ridículo o a perder el anonimato. 

Las investigaciones se iniciaron en febrero de 2022 a raíz de una denuncia interpuesta en el puesto de la Guardia Civil de Callosa d'en Sarrià. La víctima manifestó a los agentes que, tras acceder a una página web de contactos, una persona había empezado a extorsionarle con la finalidad de que le realizase unos pagos y, para ello, no dudaban en amenazarle con imágenes de armas de fuego, según ha informado el instituto armado en un comunicado.

En una primera fase de la operación, tras un análisis de toda la documentación obtenida, los agentes identificaron el modus operandi utilizado por el grupo. Por un lado, seleccionaban a las víctimas, siempre varones, por medio de anuncios de contactos en páginas web especializadas en este tipo de servicios. Una vez seleccionada la víctima, la banda se hacía pasar por una mujer que supuestamente ofrecía servicios sexuales y que, finalmente, no eran realizados.

Sin embargo, el grupo criminal iniciaba unas maniobras de "hostigamiento" a la víctima, a la que llegaban incluso a amenazar mediante el envío de fotografías de armas de fuego, informa Europa Press.

Además de la extorsión, se habían especializado en estafas bancarias por la modalidad del phishingPor el envío masivo de correos electrónicos, se hacían con las contraseñas y la información bancaria de las nuevas víctimas para, seguidamente, realizar extracciones en efectivo desde cajeros automáticos sin ningún conocimiento de los titulares, según explica la mencionada agencia de noticias.

Finalmente, para blanquear el dinero obtenido, utilizaban la técnica financiera de diversificación entre cuentas corrientes, vehículos y artículos de lujo. Tras el análisis del modus operandi y toda la información obtenida, pudieron averiguar que detrás de este grupo se encontraban dos varones: uno de nacionalidad colombiana y de 25 años y otro cubano de 35, y cuatro mujeres de entre 25 y 35, colombianas y rumanas. Todos ellos tenían antecedentes policiales por hechos similares a los investigados.

Una vez obtenidos todos los indicios necesarios y ante la gravedad de los hechos denunciados, la Guardia Civil estableció un dispositivo de búsqueda y detención de todos los miembros de la banda. Entre los días 27 de mayo y 1 de junio, los agentes, junto con compañeros de la Compañía de Calp, del Puesto de Xàbia, de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (USECIC) de Alicante y Servicio Cinológico realizaron dos registros domiciliarios en Dénia y Ondara, donde detuvieron a todos los componentes del grupo.

Lo que las fuerzas del orden recomiendan hacer en estos casos

A los detenidos se les atribuyen los delitos de organización criminal, blanqueo de capitales, estafa y extorsión. De los registros realizados se ha intervenido material informático y de telecomunicaciones, claves de correos electrónicos y de acceso a la banca virtual, joyas de lujo, vehículos de gama media, dinero en efectivo y documentación contable de inversiones de la organización. También se han bloqueado y puesto a disposición judicial un total de 11 cuentas bancarias.

Las diligencias instruidas junto a los detenidos han sido puestas a disposición del Juzgado de Guardia e Instrucción de la Vila Joiosa (Alicante), que ha decretado libertad provisional para todos ellos, con medidas como la retirada del pasaporte y comparecencias periódicas.

Tras el análisis de la documentación obtenida en los registros, los agentes, junto con la ayuda del Equipo de Investigación Tecnológica (EDITE) de la Policía Judicial y de la Brigada de Delitos Económicos y contra el Patrimonio, han podido acreditar que la banda llevaba delinquiendo internacionalmente desde el año 2020.

Además, por medio del análisis financiero, los agentes han calculado que la banda ha podido obtener de forma ilícita una cuantía económica superior al millón de euros. La Guardia Civil no da por finalizada la operación y continúa con las investigaciones para intentar localizar e identificar a otras posibles víctimas para que se personen en el procedimiento judicial. 

Ante estos casos de extorsión, la Guardia Civil recomienda no realizar pago alguno y denunciar inmediatamente los hechos. Además avisa de, que una vez que se materializa el primer pago, los delincuentes vuelven a contactar con la víctima para seguir pidiendo cantidades adicionales.

En un caso similar ocurrido en Baleares, las supuestas señoritas de compañía pedían hasta 3.500 euros 

Este caso recuerda a otro que tuvo lugar en Baleares en el mes de abril. Eran chantajistas que operan de forma selectiva entre personas que accedían a páginas de contactos sexuales y les pagaban tras recibir amenazas mucho más contundentes que poner al día a sus parejas o a su entorno sobre sus costumbres. Y probablemente, por vergüenza o miedo preferían no denunciar, como habrían hecho en otras circunstancias. Porque, incluso sin haber recibido ningún tipo de servicio por parte de las chicas de compañía, los chantajistas les exigían pagos recurriendo a los argumentos más peregrinos. 

Según informó en su momento la Jefatura Superior de Baleares, la investigación que desmanteló aquella banda de extorsionadores, con siete detenidos en Palma y dos en Lugo (Galicia) se inició como consecuencia de una denuncia de solo un perjudicado. Manifestó que, tras mantener contacto vía internet con una página de contactos de chicas de compañía, había recibido mensajes a través de una aplicación de mensajería digital, en la que mediante amenazas le solicitaban dinero como compensación al supuesto tiempo que había hecho perder a las chicas.

Ante las amenazas con sufrir un daño tanto él como su familia, la víctima efectuó varios pagos, ya que a pesar de los primeros ingresos las amenazas proseguían. Llegó a abonar a tocateja más de 3.500 euros.

El Grupo de Atracos de la Policía Nacional se hizo cargo de la investigación y comprobó la existencia de un grupo criminal dedicado a extorsionar de manera masiva a hombres que accedían a estas páginas.

La policía llegó a constatar la existencia de más de 200 denuncias, aunque pudieron atribuir al grupo muchas más víctimas que no habían denunciado. 

Las páginas de contactos suelen ser un gancho muy utilizado por extorsionadores y ciberdelincuentes

Según el relato de los agentes, las denuncias tenían el mismo modus operandi. Al parecer, las víctimas, que accedían generalmente a páginas de contactos sexuales, eran extorsionadas a posteriori con el fin de que pagaran una cuantía de dinero a modo de multa con excusas o pretextos, entre ellas, que se había hecho perder el tiempo a las trabajadoras o por haberlas molestado.

En la mayoría de los casos las personas que contestaban a los mensajes eran los propios miembros del grupo que se hacían pasar por chicas de contactos.

En otros casos, los más excepcionales, eran mujeres que se dedicaban a este cometido y con las que previamente un miembro del grupo se había puesto en comunicación con ellas indicándoles que se encargarían de ponerle en contacto con posibles clientes en Mallorca.

También gestionaban anuncios de webs de citas para aumentar la clientela, por lo que el grupo ganaba un tanto por ciento de las ganancias, sin que las mujeres tuvieran conocimiento de la extorsión.

En algunas ocasiones los presuntos autores llegaron incluso a solicitar nuevos pagos, a pesar de haber realizado el primero, para lo cual seguían amedrentando a las víctimas hasta que ésta interponía denuncia.