• Home /

  • /

  • Criptomonedas: ¿el mercado da signos de agotamiento? ¿Qué futuro le espera?

Opinión

Criptomonedas: ¿el mercado da signos de agotamiento? ¿Qué futuro le espera?

Experto en estrategia digital y operaciones digitales. Profesor asociado en EAE Business School

El mercado de las criptomonedas ha experimentado un crecimiento extraordinario en los últimos años, pasando a ocupar las conversaciones y noticias cotidianas en círculos no solo financieros.

La capitalización del mercado de criptomonedas se estima en 2,13 billones de dólares, equivalente a la octava potencia económica mundial (Fuente: CoinMarketCap). Cada día se opera por un total de 109.000 millones de dólares de media. En los últimos tres años el número de criptomonedas diferentes emitidas se ha multiplicado por cinco, hasta superar las 10.000 (aunque sólo 20 de ellas acumulan el 90% del mercado), según Statista.

Con estos números es difícil pensar en que el mercado está ralentizándose. Sin embargo, un amplio sector de expertos augura el pinchazo de una burbuja que, en su opinión, no tiene base lógica. Así que la pregunta surge inmediata: ¿Estamos ante una burbuja que explotará y no se volverá a repetir, o estamos asistiendo al nacimiento de una nueva manera de invertir que transformará en el futuro a todo el sector financiero?

La respuesta está en un punto intermedio entre esos dos extremos. Existen probabilidades de que haya explosiones parciales de burbujas que se han ido creando en periodos concretos, pero a largo plazo las criptomonedas serán un instrumento financiero más que sustituirá a las monedas actuales en algunos ámbitos, mientras que creará nuevos espacios que el dinero tradicional no puede cubrir.

Precisamente en este periodo se están produciendo algunos hechos que avalan la existencia de las criptomonedas más allá de la pura especulación. Estas señales nos sirven para entender las principales tendencias que afectan a las criptomonedas:

  • Los bancos centrales de la mayoría de países han pasado de renegar de estos activos a emitir los suyos propios. China ya tiene su propia criptomoneda, EE UU ya ha anticipado que emitirá la suya, así como otros muchos países que están siguiendo su estela.
  • El de las criptomonedas es un mercado democrático, en el que cualquiera puede entrar. Y la realidad es que a él han entrado inversores particulares y público no profesional de las finanzas.
  • Las criptomonedas han encontrado una “función” (o varias) en el ecosistema financiero: evitar los canales tradicionales (el uso que Rusia está haciendo de ellas para financiarse es un buen ejemplo), o servir de moneda refugio en países con inflaciones galopantes, por poner dos ejemplos. Las criptomonedas tienen sentido más allá del instrumento especulativo.

Sin embargo, hay algunos factores que pueden afectar a la velocidad y extensión de las criptomonedas en los próximos años. Los detractores de estas no están equivocados cuando hablan del impacto medioambiental que la mayoría de las criptos tiene ahora, lo que las hace muy poco sostenibles. El ejemplo más relevante es del de los bitcoins, cuyo minado genera una huella de carbón que en la actualidad ha igualado al consumo energético de Argentina. Y subiendo.

También el aspecto de la seguridad hace dudar de las cripotmonedas. Las noticias de robos y escándalos de crypto scams (emisiones de crypto que resultan ser un fraude) inundan los telediarios y noticias no tan especializadas. Pero debemos asumir que en las dudas sobre la seguridad juega un papel importante el desconocimiento de la tecnología que subyace a estos activos (blockchain) y el miedo irracional que este genera. Sería interesante analizar el peso de los engaños y robos en el contexto del mercado, frente a otros activos tradicionales.

También generan grandes dudas los procesos de regulación fiscal que desde hace ya tiempo intentan incorporar todas las cripto al radar de las haciendas públicas de los países. Sin embargo, estas acciones solo se pueden permitir intentar controlar la identidad de los tenedores de criptos y las operaciones entre ellos, pues no se le puede poner puertas al campo, y a corto plazo es impensable que queden ilegalizadas de ninguna manera.

Las criptomonedas, en definitiva, están aquí para quedarse y, con el tiempo, incorporarse cada vez más a nuestra vida cotidiana. La especulación financiera, que es el uso principal que se les está dando, dará paso a otros ámbitos de uso a medida que su uso se extienda entre empresas y personas.