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Opinión

Formación y capacitación: el ingrediente necesario para la digitalización de las PYMES

En un contexto de negocio complejo, aún inmersos en una crisis sanitaria global, las empresas tienen que encontrar las vías de aceleración que les permitan crecer, y mantenerse. Para muchas compañías, con experiencia en el ámbito digital y el comercio electrónico, esta pandemia se ha convertido en una lanzadera: más visitas, más ventas y más clientes. Para otras, sin embargo, entre las cuales hay muchas pequeñas empresas, la situación ha supuesto un duro golpe que se ha traducido en peores resultados, pérdidas económicas e incluso de empleos.

Las PYMES, empresas con menos de 50 trabajadores, que por cierto suponen el 98,99% del tejido empresarial en España, tienen ante sí la tormenta perfecta, y la oportunidad perfecta. Es cierto que la situación es complicada, pero existe una manera escalable, sostenible y con perspectivas de crecimiento de hacerle frente: la digitalización.

Las PYMES, micropymes y autónomos suelen ser más vulnerables que las grandes compañías, y dar el salto al ámbito digital les proporcionaría herramientas, recursos y una amplitud de mercado, que podría ayudarlas a soportar mejor la actual pandemia, e incluso futuras crisis, sanitarias o de cualquier tipo. Algunos ejemplos de cómo la digitalización ha demostrado ser una vía de escape para las empresas en los últimos tiempos serian el auge de las ventas del comercio electrónico, o también, el aumento de consumo del contenido on demand digital, en detrimento del contenido tradicional (prensa escrita, salas de cine, acontecimientos deportivos…). Incluso en otros ámbitos más inesperados la digitalización ha tenido un importante papel, como en la explosión de modelos low contact, apoyados por la tecnología, o el teletrabajo.

Y, ¿cuáles son las grandes oportunidades a nivel de marketing y ventas que la digitalización puede ofrecer a las PYMES? Aquí van algunas:

  1. Abierto 24x7: cuando una empresa decide lanzarse al mundo digital, ya sea con una página web, una aplicación, redes sociales o incluso con todo a la vez, su oferta de productos y servicios está disponible siempre. No hay horarios, no hay festivos, cualquiera interesado en esa empresa puede obtener la información o incluso hacer una compra en cualquier momento.
  2. Deslocalización: se acabó la limitación territorial, incluso se podría plantear la internacionalización en algunos casos.
  3. Conocimiento del cliente. Todo lo que pasa online se puede medir. Y eso tiene grandes repercusiones en las empresas. Podemos conocer qué hace nuestro cliente y cómo se comporta. Pero también medir nuestros esfuerzos en acciones de marketing y empresariales, saber con exactitud cómo han funcionado y aprender para mejorar en el futuro.
  4. Innovación. La implementación de nuevas estrategias o incluso el lanzamiento de nuevos servicios o productos en el entorno digital, conlleva menos riesgo que en el entorno offline. Un buen modelo metodológico que explica y demuestra este principio es el de “lean start-up” que aboga por crear el producto mínimo viable y testear su éxito antes de embarcarse en mayores inversiones.
  5. Control de la reputación del negocio. ¿Los clientes hablan mal? ¿Hablan bien? Sea como sea estando presentes en internet tendremos acceso a esa información, y podremos paliar amenazas o explotar oportunidades.
  6. Los clientes ya están allí. España es un país con un alto grado de presencia online de su población. Según el estudio Digital 2021 de Hootsuite y WeAreSocial, en España el 91% de la población son usuarios de internet y el 80% de la población es activa de alguna forma en redes sociales. Además, pasamos de media 6 horas y 11 minutos conectados a internet diariamente.
  7. La proximidad es una tendencia al alza. Los consumidores han tomado conciencia de la importancia de sus actos de compra: la sostenibilidad, el compromiso social y la compra en empresas locales, se han convertido en importantes preferencias. Aquí las empresas pequeñas tienen una grandísima oportunidad de ofrecer valor al mercado.

Pero aún con todas estas oportunidades, en España vamos a la cola de la Unión Europea, así lo reflejan distintos datos del DESI, (Digital Economy and Society Index), que señala que las PYMES españolas aún no han sacado el máximo partido al potencial del comercio electrónico.

Y, ¿cuáles son los motivos? Entre otros, parece ser que no tenemos la formación suficiente para abordar el reto. Según el “Estudio sobre el Estado de Digitalización de las Empresas y Administraciones Públicas españolas 2020” realizado por Vodafone, el 24% de las pymes españolas no da el salto digital por no tener el conocimiento adecuado para realizarla, además un 22% apunta al coste económico como otro de los factores que dificultan esta transformación.

Afortunadamente, hay buenas noticias. La escasez de personal con habilidades técnicas digitales suficientes es algo a lo que la formación puede poner remedio. La mejor vacuna para las PYMES ante la inestabilidad económica podría ser la capacitación digital, que les ayudaría a aprovechar todas las oportunidades que esta brinda.

Cuando los presupuestos son ajustados, muchas pequeñas empresas podrían pensar que la tecnología sigue reservada para las grandes multinacionales. Pero gracias a la formación, los profesionales pueden adquirir las habilidades necesarias para que, utilizando herramientas fáciles y accesibles, sus empresas rompan las barreras hacia la digitalización. Es más, para aquellas pequeñas empresas que decidan externalizar el proceso, desde el conocimiento, la contratación y selección de partners o proveedores haría dicho proceso mucho más consciente y eficaz.

Hoy en día hay muchísimas alternativas: prestigiosas escuelas de negocio, universidades e incluso profesionales independientes que ofrecen formación ajustada a las necesidades de estas empresas. Yo, como profesional del marketing digital y docente, no tengo dudas de que, aunque el camino pueda parecer duro, la recompensa vale la pena.

Raquel Recolons Vega es profesora de la EAE Business School.