Alejandra Alarcón SIA

Opinión

La mujer en la ciberseguridad: ¿reto, moda o necesidad?

CyberRisk and Compliance Technical Coordinator en SIA, una compañía de Indra.

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Aún tenemos muchos clichés que no favorecen la inclusión de la mujer en carreras y ámbitos laborales relacionados con las STEM.
Aún tenemos muchos clichés que no favorecen la inclusión de la mujer en carreras y ámbitos laborales relacionados con las STEM.

Cada vez son más numerosos los estudios e investigaciones que abogan por una igualdad real entre el hombre y la mujer, aunque todavía queda mucho camino por recorrer. En pleno siglo XXI, mantenemos, consciente e inconscientemente, muchos tópicos, estereotipos y clichés que no favorecen la inclusión de la mujer en carreras y ámbitos laborales relacionados con las denominadas disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés). El campo de la ciberseguridad no es una excepción, y cuenta únicamente con un 24% de mujeres a nivel mundial, según el Consorcio Internacional de Certificación de Seguridad de Sistemas de Información. Esto, que a priori puede parecer irrelevante, supone un obstáculo para el progreso de la sociedad.

Como dato ilustrativo del efecto que puede tener para la economía la falta de presencia de mujeres en el sector tecnológico, en 2018 se publicó el estudio "Women in Digital Age", en el que se recogía que la Comisión Europea había cifrado en más de 16.100 millones de euros anuales las pérdidas de productividad por la escasa representación de las mujeres en el ámbito de las TIC en toda la Unión Europea.

En el ámbito concreto de la ciberseguridad, la inversión de las empresas está en alza, con un incremento del 62% de la facturación global del sector, que pasará de los 153.000 millones de dólares en 2018 a los 248.000 millones en 2023, según Gartner. Tanto este campo como el sector tecnológico en general son ámbitos en auge que están demandando la incorporación de nuevos profesionales a un ritmo que la sociedad, de momento, no está preparada para cubrir. Las cifras son abrumadoras: organismos como el Centro para la Ciberseguridad y la Educación (ISC) prevén que en 2022 habrá 1,8 millones de puestos vacantes en este campo a nivel mundial.

Respecto a la representación de las mujeres en la ciberseguridad, un estudio de Kaspersky Lab señala que “la falta de talentos en esta industria aumenta cada año y empeora por el bajo número de mujeres en el sector". Por su parte, la UNESCO concluye en un informe de 2019 que la falta de talento no tiene nada que ver con el género y que, al parecer, la principal causa por la que las mujeres no se decidan por profesiones STEM es por la orientación educativa recibida a lo largo de su vida y por la falta de referentes femeninos en el sector.

Múltiples estudios en Neurociencia Cognitiva realizados a lo largo de los últimos 50 años, como los elaborados recientemente por Gina Rippon o Lise Eliot, afirman que no existen diferencias intrínsecas esenciales entre los cerebros de los hombres y de las mujeres, por lo que las diferencias que se crean durante el desarrollo tienen más que ver con la educación recibida y con estereotipos y clichés que hacen que el distinto trato social que reciben ambos colectivos condicione sus inclinaciones profesionales.

Teniendo en cuenta que en España el 56,3% de la población con educación superior son mujeres (INE), para afrontar la escasez crónica de profesionales cualificados a la que se enfrenta el sector, no nos podemos permitir prescindir de las mujeres. Hacerlo supondría desechar más de la mitad del talento disponible en la sociedad por estereotipos que nada tienen que ver con una realidad científicamente contrastable relativa a las capacidades de las mujeres en la tecnología.

Con todos estos datos sobre la mesa, resulta fundamental incentivar a otras mujeres a interesarse por el sector visibilizando los referentes femeninos que existen en él. En esta dirección, ya existen proyectos que impulsan y hacen más visible el rol de las mujeres en el ámbito de la ciberseguridad y favorecen su incorporación al sector, como la iniciativa creada por la Organización Europea de Seguridad Cibernética Women4Cyber o las españolas Women in Cybersecurity Spain (WiCS)y Mujeres Tech, entre otras. Y, asimismo, también es esencial impulsar una educación integradora que permita a cada persona desarrollar plenamente sus capacidades con independencia de su género, promoviendo con ello el progreso de la sociedad en su conjunto.

Alejandra Alarcón, CyberRisk and Compliance Technical Coordinator en SIA, una compañía de Indra.