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España es el mayor productor de opio con fines terapéuticos del mundo

La morfina y otros opioides se utilizan, siempre con prescripción médica, para tratar el dolor severo.

Periodista y escritor.

3 minutos

Australia, Turquía, Francia y la India siguen a España como principales productores de opio.

España es el mayor productor de opio legal del planeta. Así lo dice la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), organismo que depende de Naciones Unidas y que tiene la misión de vigilar el cumplimiento de tratados internacionales sobre drogas. La producción nacional de 2021, 100 toneladas, equivale a una tercera parte del total global.

Aunque la producción mundial de materias primas de opiáceos ricas en morfina en los principales países productores, expresada en la cantidad equivalente de morfina, bajó de 421 toneladas en 2020 a 329 toneladas en 2021, España continúa siendo el mayor productor en 2021 (100 toneladas), seguida de Australia (96 toneladas), Turquía (69 toneladas), Francia (37 toneladas) y la India (27 toneladas). “En esos cinco países se concentró la práctica totalidad de la producción mundial en 2021”, añade el informe.

Las existencias mundiales de morfina en 2021 fueron 888 toneladas. Con esta cantidad se podría cubrir toda la demanda prevista por las empresas farmacéuticas durante 31 meses. España es el segundo país con las mayores existencias de materias primas de opiáceos ricas en morfina con 176 toneladas, y solo Turquía la supera, con 303 toneladas.

La JIFE ha advertido en sucesivos informes sobre la desigual utilización de analgésicos bajo control internacional, como la codeína, el fentanilo, la morfina y la oxicodona, sobre todo en terapias paliativas. En su último estudio, la entidad alerta a Europa del envejecimiento de la población que consume opioides al tiempo que llama la atención sobre las dificultades económicas en los grupos vulnerables. Por eso exige mayor supervisión en los tratamientos de prevención en el consumo de las distintas drogas.

Se da la circunstancia de que estas sustancias contra el dolor se prescriben fundamentalmente en Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea. “En 2021, el 81,1% de la población mundial, principalmente en países en desarrollo, consumió apenas el 14,3% de la morfina usada para aliviar el dolor y el sufrimiento”, señala la JIFE.

Para pacientes con dolor oncológico

El origen de los opiáceos como uso medicinal se remonta a los antiguos griegos y romanos. Deriva de la planta papaver somnifera, también conocida como adormidera o amapola del opio. En el siglo XVI, el alquimista Paracelso la mezcló con vino y creó el láudano. Su cultivo está prohibido y solo se permite bajo control para un destino terapéutico. De los alcaloides naturales se extrae la morfina y la codeína. La industria farmacéutica elabora sustancias semisintéticas o sintéticas, como el fentanilo.

Alicia Alonso Cardaño, coordinadora del Grupo de Trabajo de Opioides de la Sociedad Española del Dolor y anestesista en la Unidad de Dolor del Hospital de León, explica a Escudo Digital el uso de la morfina: “Se utiliza para el tratamiento del dolor severo intenso, fundamentalmente en pacientes con dolor oncológico. También se han desarrollado otros opioides derivados de la morfina con otros perfiles farmacocinéticos y farmacodinámicos un poco más seguros, con menos interferencias y menos interacciones farmacológicas que la morfina”.

¿Cuáles son sus efectos secundarios? ¿Pueden crear adicción? “Todos los opioides, como la morfina -afirma la doctora Alonso-, pueden tener como efecto secundarios estreñimiento, náuseas, vómitos, sudoración. Estos son los más comunes. Después se pueden producir alteraciones cognitivas y efectos de dependencia física y psíquica tanto si se hace un uso no legal como con el uso medicinal. La adicción es el temor que más han producido estos analgésicos”.

La tragedia del OxyContin

Según datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos, en 2021 murieron más de 70.000 personas por el abuso de opioides sintéticos. Una serie de televisión, Dopesick, ilustra la tragedia que todavía vive este país por efecto del OxyContin: desde finales de la década de los noventa se ha llevado por delante medio millón de vidas y ha convertido a dos millones de ciudadanos en adictos a la sustancia. Los culpables: la empresa farmacéutica Purdue Pharma. En 2020, la compañía se declaró en bancarrota y asumió su responsabilidad en la crisis de opioides.

España vive una situación completamente diferente, como aclara la doctora: “La mayor parte de los pacientes que consumen opioides lo hacen a través de la receta electrónica prescrita por el médico. El uso recreacional no legal es escaso. No hay datos que avalen para nada una epidemia como la de Estados Unidos u otros países anglosajones”. Tampoco se dan casos de robo en hospitales. Los servicios de farmacia custodian las cantidades que se requieren con unos controles muy rigurosos.

En España, la única empresa con autorización para producir adormidera y comercializar productos derivados del opio es Alcaliber. Hay en territorio nacional más de 500 cultivos de adormidera con una extensión de más de 10.000 hectáreas. Las zonas donde se cultiva son confidenciales y se encuentran custodiadas por las Fuerzas de Seguridad del Estado.