Qué es el 'Sharenting' y qué riesgos conlleva para los menores

Silvia

Redactora especializada en Seguridad y Tecnología.

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Ejemplo de Sharenting - Padres haciéndose un selfie con su hija en la playa
Ejemplo de Sharenting - Padres haciéndose un selfie con su hija en la playa

Internet en general y las redes sociales, en particular, están llenas de fotografías e información de menores en su día a día que puede extenderse hasta su adolescencia. Los responsables de este contenido son sus propios padres, en un afán por compartir sus vivencias y su evolución con los demás. Esto se conoce como sharenting, un término que proviene del inglés formado por 'share' (compartir) y 'parenting' (paternidad) y cuya relevancia ha sido tan alta en los últimos años que en 2016 el diccionario británico Collins lo incluyó entre sus páginas.

Qustodio, plataforma de seguridad y bienestar digital para familias, ha advertido de los riesgos que conlleva esta práctica en un comunicado en el que ha comenzado citando algunos datos cuanto menos alarmantes. Son del último estudio realizado por el 'EU Kids Online', el cual revela que el 89% de los padres y madres españoles comparte imágenes o vídeos de sus hijos una vez al mes, más o menos. Además, señala que solo el 24% de ellos les preguntan a sus hijos si están de acuerdo.

"Compartir este contenido les está generando una huella digital, a veces, incluso antes de nacer. Un ejemplo de ello es el boom del seguimiento de los embarazos en redes. Tanto es así que solo en Instagram existen 19,4 millones de publicaciones con la etiqueta #pregnant, 24,9 millones de publicaciones con el hashtag #newborn y un total de 191 millones con #baby", señala Qustodio.

Los riesgos que conlleva el sharenting

Según subraya Qustodio, el sharenting puede ser positivo a la vez que negativo ya que internet entraña riesgos de los que muchas veces no se es consciente y, en el momento en el que se comparte algo, se deja de tener control de su alcance.

Entre los riesgos más comunes que conlleva el sharenting, la plataforma destaca ser víctimas de fraudes, de ciberbullyng e, incluso, de pedofilia, ya que cada fotografía aporta datos personales. Por otro lado, advierte que este tipo de publicaciones también pueden afectar a los menores ejerciendo una falta de confianza sobre ellos, puesto que se les arrebata la privacidad inconscientemente. "De hecho, el 42% de los hijos siente vergüenza de lo que sus padres suben a Internet, según un estudio publicado por Microsoft", indica Qustodio.

Asimismo, la plataforma expone que en Europa existen una gran variedad de sentencias que obligan a las familias a eliminar fotografías de sus hijos publicadas en la red. "En países como Francia, existen sanciones que van desde los 45.000€ de multa hasta 1 año de cárcel por la publicación de imágenes o detalles íntimos de la vida de sus hijos. Sin embargo, en España, la decisión de colgar una foto de sus hijos a una red pertenece a la esfera de la patria potestad, es decir, la publicación tiene como presupuesto el consentimiento de los representantes legales de los menores o del Ministerio Fiscal", explica.

Consejos para proteger la privacidad de los menores

En su comunicado, Qustodio también ha querido aportar esta serie de consejos para proteger la privacidad de los menores y tener una mayor responsabilidad digital:

  • Preservar la intimidad de los menores: Es importante no dar datos personales en las publicaciones para respetar la privacidad del menor, que siempre salga vestido así como pixelar su cara.
  • Mantener una comunicación abierta: Para evitar problemas e inseguridades, es importante que exista una buena comunicación con los menores y consensuar antes de publicar o enviar.
  • Ajustes de privacidad: Es fundamental comprobar la privacidad de las plataformas en las que se tiene actividad para saber si las publicaciones son visibles para todo el público o solamente para familiares y amigos. Lo ideal en estos casos es limitar el acceso y optar por un perfil privado.
  • Ubicación y geolocalización: Cuando se publica una fotografía y se añade una dirección exacta de donde se encuentra el menor – el colegio donde estudia, el domicilio o el lugar de vacaciones – se están aportando datos que podrían poner en riesgo su seguridad.