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Cuestionan la seguridad de los antivirus de Kaspersky

La guerra que ha iniciado Putin contra Ucrania ha puesto en una situación muy difícil a la compañía de ciberseguridad fundada por Eugene Kaspersky. Alemania ha recomendado desinstalar los antivirus a sus usuarios.

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Antivirus Kaspersky
Antivirus Kaspersky

De la primera guerra mundial se llegó a decir que era la guerra planeada. De el conflicto entre Rusia y Ucrania que ya ha sido definido por el presidente del país invadido como el inicio de la Tercera Guerra Mundial, no se puede decir lo mismo. De hecho, hace solo cuatro meses El Aeropuerto de Múnich, uno de los mayores Europa, situado en un punto clave, con una triste historia a sus espaldas, confió su seguridad a Kaspersky como ya anunciamos en Escudo Digital hace poco menos de cinco meses. Nadie esperaba que Putin, el gobernante del país donde nació Eugene Kaspersky, fabricante de los antivirus rusos, fuera a llegar tan lejos en sus ambiciones expansionistas. 

Ahora ha sido precisamente Alemania, según publica Euronews la que ha recomendado, a través de la Oficina Federal de la Información (BSI) de Alemania, que los usuarios del software antivirus Kaspersky que cambien a una alternativa por temor a que la empresa rusa de ciberseguridad pueda ser utilizada para facilitar los ataques cibernéticos por parte del gobierno ruso.

En un boletín publicado el martes, difundido por Euronews, el BSI advirtió que la guerra en Ucrania había aumentado el riesgo de ataques a la infraestructura de Tecnología de la Información tanto en los países que pertenecen a  la Alianza Atlántica como en la Unión Europea:

"Un fabricante de TI ruso puede llevar a cabo operaciones ofensivas por sí mismo, verse obligado a atacar sistemas de destino en contra de su voluntad, o ser espiado como víctima de una operación cibernética sin su conocimiento o ser utilizado indebidamente como herramienta para ataques contra sus propios clientes", enunciaban.

Kaspersky Lab ha refutado las acusaciones, negando la existencia de cualquier vínculo entre la compañía y el Kremlin. "Creemos que esta decisión no se basa en una evaluación técnica de los productos de Kaspersky, por la que abogamos continuamente con BSI y en toda Europa, sino que se toma por motivos políticos", ha manifestado el jefe de comunicaciones europeas de la compañía, quien ha añadido:  "Kaspersky es una empresa privada global de ciberseguridad y, como empresa privada, no tiene ningún vínculo con Rusia ni con ningún otro gobierno". 

Para apoyar sus argumentos defensivos recuerdan que su infraestructura de procesamiento de datos está en Suiza desde 2018, y que la información de los usuarios alemanes se procesa en dos centros de datos ubicados en Zúrich.

Lo difícil que es nadar y guardar la ropa para un magnate ruso como Eugene Kaspersky


El fundador de la empresa, Eugene Kaspersky, ha negado previamente la existencia de vínculos entre su empresa y el gobierno ruso, aunque no es la primera ocasión en que los orígenes rusos de la firma colocan bajo sospecha a Kaspersky como compañía segura.  En 2017, los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos ordenaron a los departamentos gubernamentales y agencias federales que "eliminen y descontinúen el uso presente y futuro" de los productos de Kaspersky ante los riesgos que plantea su uso. 


Un informe de Bloomberg Businessweek sobre la decisión del gobierno de EE. UU. afirmó que Kaspersky tenía vínculos con la agencia de inteligencia FSB de Rusia y alegó que la compañía había "desarrollado tecnología de seguridad a instancias de la agencia de espionaje y trabajado en proyectos conjuntos que el director ejecutivo sabía que serían vergonzosos si se hacían públicos".

El propio Eugene Kaspersky negó las acusaciones en una sesión que tuvo lugar en Reddit Ama en mayo de 2017. Cuando se le preguntó si el gobierno ruso influyó en las operaciones de Kaspersky, respondió: "No, no lo hace y cualquier especulación al respecto es falsa, son teorías de conspiración sin fundamento".  Para Eugene Kaspersky, que sí tiene en Moscú instalaciones, es difícil nadar y guardar la ropa. De hecho ha sido criticado en las redes sociales por no condenar directamente la invasión rusa de Ucrania, aunque sí ha manifestado que está en contra de la guerra de forma muy vaga.