La Guardia Civil neutraliza en Sevilla un tipo de estafa a camareros con códigos QR

Es la primera vez que la Benemérita detecta esta clase de hurto en la provincia andaluza. El estafador sustrajo cerca de 900 euros a su víctima.

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Las estafas mediante códigos QR han crecido exponencialmente a raíz de su mayor uso derivado de la pandemia de covid-19, sobre todo en ámbitos como la hostelería, según informa La Guardia Civil. Imagen de OpenClipart Vectors en Pixabay
Las estafas mediante códigos QR han crecido exponencialmente a raíz de su mayor uso derivado de la pandemia de covid-19, sobre todo en ámbitos como la hostelería, según informa La Guardia Civil. Imagen de OpenClipart Vectors en Pixabay

El engaño ha sido protagonizado por un vecino de 45 años de la localidad de Mairena de Aljarafe (Sevilla), que ya ha sido detenido por la Guardia Civil. Esta persona logró estafar una cantidad total de 878,50 euros al mesero que le atendió, y lo hizo a través de la técnica del QR inverso, de acuerdo a la información difundida por la Guardia Civil en un comunicado de prensa. 

Relato de cómo se desarrolló la estafa del código QR inverso 

El presunto delincuente enseñó a la víctima un código QR vinculado a su propia entidad bancaria, cuando en realidad se trataba de una solicitud de dinero. Su engaño surtió efecto y consiguió que el camarero aceptara ese aviso creyendo que era el pago de la consumición. También logró birlar los datos personales y bancarios del denunciante, de manera que obtuvo la clave de acceso a la aplicación bancaria y desarrolló diversas transferencias Bizum destinadas a su propia persona, según describe la Benemérita. 

Los códigos QR: un tipo de delito que cotiza al alza entre los ciberestafadores 

La Guardia Civil ha constatado que, a raíz de la crisis derivada de la pandemia sanitaria de la covid-19, los códigos QR se han erigido en el método más empleado para acceder a información a través del teléfono móvil, de manera ágil y sencilla. El procedimiento que desarrollan los ciberdelincuentes consiste en escanear con la cámara el código para luego trucarlo y sustraer información crítica de su damnificado. El caso es que los ciberpiratas se han aprovechado del creciente uso de los códigos QR en el ámbito de la restauración para hackear cartas de restaurantes, información turística y otras muchas funcionalidades. Es decir, los ciberdelincuentes sacan ventaja de esta nueva tecnología para idear un nuevo engaño, con el propósito de que los ciudadanos escaneen el código QR fraudulento y, de esta manera, logran sustraer los datos personales y bancarios de los damnificados. 

En resumen: hay que incorporar una nueva prevención en el repertorio de estrategias de ciberseguridad que el ciudadano medio debe ejercitar para no caer en el, cada vez más, diverso muestrario de engaños que están tejiendo los ciberdelincuentes en la red y en el mundo físico. Del mismo modo que a menudo se advierte de que no hay que clicar en enlaces desconocidos o sospechosos que llegan a través de las redes sociales o del SMS, ahora también es fundamental no escanear los códigos QR desconocidos, así como no pinchar en el link al que remite ese código fraudulento.