Se trata de un fraude también conocido como el timo de la llamada perdida, del que las víctimas no suelen percatarse hasta que les llega la factura de teléfono.
En muchos casos estas vulnerabilidades se utilizan comúnmente en ataques de software espía promovidos por grupos de estado nación contra personas de alto interés.
Entre otras medidas, se pretende poner en marcha un sistema de alerta de seguridad basado en una infraestructura paneuropea compuesta por cibercentros nacionales y transfronterizos en toda la UE.