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Un estudio muestra el deterioro de las condiciones laborales de los jóvenes en España

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Un estudio del Observatorio Social de la Fundación la Caixa ha analizado la evolución del empleo juvenil en España entre los años 2008 y 2018 y sus conclusiones son preocupantes.

"A partir de la crisis iniciada en el año 2008, las condiciones laborales de los jóvenes menores de 30 años han empeorado respecto a las de generaciones anteriores cuando tenían su misma edad, especialmente desde la reforma laboral del 2012", sostiene el estudio, que considera que esta reforma "consolidó un modelo de empleo juvenil precario".

Ni la tasa de paro juvenil (23,8%) ni la temporalidad de los contratos (56%) se han recuperado de la crisis de 2008. Además, preocupa el aumento de contratos con una jornada a tiempo parcial involuntaria (53,4%) y la reducción de los salarios. Para el 50% de los jóvenes menores de 30 años sus salarios no alcanzan, en cómputo anual, el salario mínimo interprofesional.

El estudio también ha detectado que las mujeres siguen recibiendo salarios más bajos que los hombres y que la precariedad se acentúa en el caso de las mujeres jóvenes de nacionalidades no europeas, con salarios más bajos y contratos más cortos que las españolas. "En el 2018, en España, el 50% de las mujeres de nacionalidad no europea cotizaron a la Seguridad Social menos de seis meses", indica.

Asimismo, asegura que la formación superior suele facilitar el acceso a trabajos mejor remunerados y con mayores expectativas de mejoras laborales futuras. Sin embargo, apunta que, en el 2018, los salarios del 50% de los titulados universitarios con empleo no llegaban a ser ni de mileurista.

Las conclusiones de este estudio

"Se ha consolidado un modelo de ocupación juvenil basado en la temporalidad, la parcialidad involuntaria y los bajos salarios, que se agudiza entre las personas jóvenes de nacionalidad no europea, las que no han terminado los estudios secundarios y, en particular, las mujeres jóvenes.

"Ante ello, se requeriría un nuevo marco de relaciones laborales que recupere el principio de estabilidad en el empleo, reduzca el uso de modelos de contratos temporales y vele por la calidad de las ofertas de trabajo. Asimismo, se plantea la necesidad de que las políticas de juventud impulsadas consideren la heterogeneidad del colectivo juvenil y ocupen un lugar central en el conjunto de las políticas públicas y en la consecución del estado del bienestar futuro de la sociedad", concluye el estudio del Observatorio Social de la Fundación la Caixa.