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El almirante Teodoro López Calderón, nuevo JEMAD tras un sábado de ceses

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JEMAD, Teodoro Lopez Calderón (1)
JEMAD, Teodoro Lopez Calderón (1)

El Consejo de Ministros aprobó ayer martes el nombramiento como nuevo Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) del hasta ahora jefe de la Armada, el almirante Teodoro López Calderón.

El nombramiento tuvo lugar después de la renuncia del general Miguel Ángel Villarroya como jefe de la cúpula militar tras la polémica por las vacunaciones en las Fuerzas Armadas. Villarroya recibió la vacuna del Covid-19 junto a otros altos mandos militares dentro de la campaña de vacunación en las Fuerzas Armadas.

El almirante López Calderón es natural de Cartagena (Murcia) y salió de la Academia en el año 1978. Desde entonces ha ocupado numerosos destinos tanto nacionales como internacionales. Ha estado destinado en las fragatas Numancia, Asturias, Extremadura y Corbeta Descubierta. También estuvo integrado en el Estado Mayor del Mando Norteamericano del Atlántico Sur (USCOMSOLANT).

Entre sus destinos en tierra destacan el de Comandante del Mando de Operaciones, así como, en el mismo Mando, los de Jefe del Estado Mayor y Adjunto para Operaciones al Jefe del Estado Mayor. Asimismo ha estado destinado como Presidente de la Sección Española del Comité Permanente Hispano-Norteamericano, Jefe de la Sección de Planes Estratégicos de la División de Planes del Estado Mayor de la Armada, Jefe de Operaciones del Estado Mayor del Mando Operativo Naval y Consejero Técnico en el Gabinete Técnico del Ministro de Defensa.

Con esta decisión, Robles ha respetado la regla no escrita de las Fuerzas Armadas que fija una rotación entre los dos Ejércitos y la Armada en el puesto más alto de la cúpula militar. Villarroya es general del Ejército del Aire y su antecesor, Fernando Alejandre, lo era del Ejército de Tierra, por lo que este era el turno de un almirante de la Armada.

Ceses y sentimiento de abandono

Miguel Angel Villarroya, ya exJEMAD -su cese ha sido formalizado también por el Consejo de Ministros de este martes-, anunció el sábado su petición de baja a la ministra de Defensa, Margarita Robles. Dijo irse "con la conciencia tranquila" y defendiendo haber seguido los protocolos establecidos, pero con el objetivo de no dañar la imagen de las Fuerzas Armadas.

Esta dimisión llegó en un tenso día en el que previamente Fernando Grande Marlaska también cesó por la polémica de la vacunación al oficial de la Guardia Civil que hacía de enlace en el Estado Mayor de la Defensa (EMAD), el teniente coronel Gustavo Giménez Gómez, y que también afecta a generales de la cadena de mandos de las Fuerzas Armadas como son el jefe del Estado Mayor Conjunto, Fernando García González-Valerio, y el máximo responsable del Mano de Operaciones, Francisco Braco, de los que aún no se sabe si también presentarán su dimisión.

Esta complicada situación de ceses y dimisiones suma un nuevo episodio a los enfrentamientos protagonizados por Grande Marlaska y Robles, quienes a consecuencia del temporal Filomena discreparon públicamente por el envío de la Unidad Militar de Emergencias (UME) a Madrid.

De hecho, son cada vez más las voces que señalan que la gestión a la problemática de la vacunación, lejos de realizarse en función de criterios estrictamente técnicos, se ha visto claramente condicionada por la mala relación existente entre estos, quienes no han aguardado a las conclusiones del informe solicitado a la EMAD para cesar a sus subordinados. Como señalan fuentes cercanas, estos se han sentido abandonados a su suerte ante la presión mediática y social provocada por unos casos que no reconocen la presunción de inocencia, y están convencidos de haber sido víctimas de una injusticia. Defienden que fueron llamados a vacunarse dentro del plan, en el turno correspondiente, y cumpliendo instrucciones del propio Ministerio.