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Del derribo de la estatua de Ponce de León a la de Simón Bolívar, ¿cuestión de revisionismo?

Coincidiendo con la visita de Los Reyes a Puerto Rico, unos desconocidos han derribado la estatua de Ponce de León. Mientras, en España, Tervies pide que se retire la de Simón Bolivar. ¿Son ambos casos una cuestión de revisionismo?

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Estatua de Ponce de León en Puerto Rico antes de ser derribada.
Estatua de Ponce de León en Puerto Rico antes de ser derribada.

El revisionismo histórico está causando estragos. Retiradas de calles, derribo de estatuas en algunos lugares de América... Cuando estalló el caso George Floyd a algunos de los manifestantes norteamericanos se les ocurrió la idea de decapitar la efigie de Cristóbal Colón por considerarlo racista y le arrancaron la cabeza en Boston para arrojarla al río Richmond, tras pender fuego a su imagen. Ya en noviembre del 2018 la estatua del descubridor de América fue retirada en Los Ángeles por considerar el Ayuntamiento que "sus actos contribuyeron al mayor genocidio jamás registrado".

Hasta el Papa Francisco ha pedido perdón en nombre de España por las atrocidades cometidas durante la conquista, pero no se ha hablado apenas, entre otros, del genocidio selknam (genocidio selk'nam o genocidio ona) cometido entre la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX en contra de los selknam u onas cometido por capataces italianos, ingleses, escoceses e irlandeses. Ellos fueron los "cazadores de indios" que como Mac Lennan o "chancho colorado", pusieron el precio de una libra por testículos y senos, y media libra por cada oreja de niño. Después Menéndez Behetty se inspiró en el mismo sistema de exterminio  con los indios  tehuelches.

Ahora, coincidiendo con el viaje de los Reyes a Puerto Rico, la estatua del conquistador Juan Ponce de León situada en el histórico barrio de Viejo San Juan ha sido derribada y partida en dos (y ya ha sido reinstalada, en medio de una manifestación). El vandálico acto tuvo lugar horas antes de la visita de los Reyes a San Juan de Puerto Rico, antiguo territorio de utramar dependiente de la Capitanía General de Cuba que fue "liberado" por Estados Unidos y ahora forma parte de esta nación como estado asociado. 

El alcalde de la ciudad, Miguel Romero, manifestó que la gente está en su derecho de expresar sus opiniones, pero no de ejercer actos vandálicos. La destrucción de la estatua ha sido reivindicada por el grupo Fuerzas Libertarias De Borikén, que ha reconocido la autoría de los hechos.

"Ante la supuesta visita del rey de España, Felipe VI, a Puerto Rico y la escalada de invasores gringos apoderándose de nuestras tierras queremos enviar un mensaje claro: Ni Reyes, ni gringos invasores; Borikén es nuestro. Juan Ponce de León, quien fuera el primer gobernador impuesto por la tiranía de España hace más de 500 años, representa lo peor (...) Juan Ponce de León fue el cabecilla del aplastamiento a nuestros ancestros taínos que resistieron bajo el liderazgo de Agüeybaná El Bravo. La historia no se ha contado bien, pero la generación que no se deja viene al rescate de la misma y con orgullo lucharemos como los pueblos originarios de Borikén".

El escritor Arturo Pérez-Reverte se ha vuelto una de las voces más críticas sobre la retiradas de las estatuas en Estados Unidos e Hispanoamérica.

La petición de la Asociación Militar Tervies

Mientras tanto en España, la asociación militar Tervies ha pedido al Ministerio de Defensa que acometa una doble tarea relacionada con las estatuas de Simón Bolívar que hay en España y honrar la memoria de los caídos por España en el exterior. Ha mandado a sus asociados un comunicado en el que insisten en la retirada y devolución a sus países de origen de las estatuas de Simón Bolívar, que ya remitieron a los "Excelentísimos Ayuntamientos de Sevilla y Cádiz (...) y están instaladas en lugares señalados de ambas ciudades. Nunca recibimos contestación alguna y las estatuas siguen allí puestas, para insulto y humillación de los españoles que ven cómo se da en España la situación, insólita en cualquier otra civilización, en la que se erigen estatuas a los traidores y se olvida a nuestros soldados que fueron a luchar en aquellas guerras lejanas".

La carta continúa: "En esta ocasión, nos hemos dirigido al Ministerio de Defensa para que sea él, como heredero de muchas otras instituciones españolas anteriores que han velado por la seguridad y los intereses nacionales, para que realice una doble tarea.  En primer lugar, dirigirse a todos los organismos, entidades e instituciones del Estado para que retiren y devuelvan a sus respectivos países las estatuas de tan indignos hijos de España. En segundo lugar, para que establezca una firme política para encontrar los restos de nuestros antepasados caídos en las guerras de independencia contra nuestra nación, y que establezca cementerios y memoriales, en Filipinas, en Hispanoamérica y en todos los lugares donde lucharon nuestros padres.

No debe entenderse esta iniciativa como una acción 'populista' con una visión estrecha y corta de la historia, sino como un movimiento de regeneración nacional que saque a la sociedad actual de su letargo egoísta y nos haga ver que somos lo que somos y fuimos lo que fuimos por la entrega valiente y generosa de los que nos precedieron. El respeto a su memoria y el agradecimiento a su esfuerzo son incompatibles con rendir homenaje a sus enemigos. Para explicar esta idea es por lo que el presidente de TERVIES publicó el pasado mes de julio en el ABC el artículo "Agradecimiento y conciencia nacional".

Fuentes de Tervies aclaran que ellos no están "por el revisionismo histórico. Revisionismo histórico es juzgar el pasado con criterios o valores morales del presente. Lo que nosotros decimos es que esas estatuas de enemigos y traidores nunca debieron estar ahí, ni antes ni ahora. De hecho, reprobamos a los que las pusieron, pues ejercieron un insano y erróneo liderazgo. A nadie en su sano juicio en ningún lugar del mundo, salvo en España, se le ha ocurrido jamás erigir estatuas a quienes asesinaron españoles que cumplían con su deber defendiendo a su nación".  

Y con respecto al derribo de la estatua de Ponce de León, afirman: "Nuestra posición nada tiene que ver con las locuras de grupos extremistas que reniegan de su propia historia y derriban estatuas de aquellos que les transmitieron su cultura, sus apellidos, su lengua y sus leyes. Hay que ser un descerebrado para hacer eso. Nada tiene que ver con nuestra posición. España no puede poner estatuas a traidores y, por contra, debe agradecer y rendir homenaje a sus hijos que dieron la vida por ella".

Los claroscuros de Simón Bolívar 

Según César Cervera publicó en la sección Historia de ABC, "las sucesivas guerras de emancipación que se vivieron en los territorios del Imperio español fueron, en esencia, una guerra civil entre españoles, esto es, españoles de América contra españoles de Europa. Simón Bolívar, un criollo de ascendencia española y dueño de grandes plantaciones, era tan español como el que más. Un buen representante del caudillismo y la intromisión de elementos militares en la política tan característicos de la historia ibérica en el siglo XIX. Fiel a su sueño de crear a toda costa unos EE.UU. en el sur de América, Bolívar no dudó en imponer su idea del nuevo país a territorios en los que, como en Perú, se veía con recelo sus intromisiones, su visión democrática estaba deformado de origen por la idea de que él y los militares que habían participado en las guerras de independencia debían gozar de una posición especial de forma vitalicia. En sus últimos años de vida, el «libertador» empezó a acaparar poder y actuar de forma despótica, incluyendo dos años de dictadura pretoriana".

Evidentemente, para los americanos Bolívar fue un héroe, pero luchó contra España, el país que juró defender. Nieves Michavila, investigadora y autora de "Voces más allá de la historia",   V Premio Hispania de Novela Histórica por "Alfonso XII y la corona maldita", afirma: "Yo soy española y estudié en Colombia, allí Bolívar era un héroe, pero luego he comprendido que tenía muchísimos claroscuros, como se deduce de la lectura del libro 'El terror bolivariano: Guerra y genocidio contra España durante la independencia de Colombia y Venezuela en el siglo XIX', de La Esfera de los Libros, escrito por Pablo Victoria. Con respecto al revisionismo y a los destrozos de las estatuas o cambios de calles, yo pondría los ojos en países como Francia o Rusia, donde a nadie se le ocurriría retirar una estatua de Napoleón, que es considerado un héroe por el simple hecho de ser francés, cuando tenía una visión hegemónica muy similar, en cierto modo a la de Hitler. Y lo mismo ocurre con Lenin o Stalin en Rusia".