Así se protege Len Noe, el hacker y transhumano que cuenta con cinco chips implantados en sus manos

Alberto Payo

Periodista

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Len Noe
Len Noe

Len Noe es ingeniero en CyberArk Software y tiene cinco dispositivos implantados quirúrgicamente en sus manos. Es conferenciante y divulga lo que puede hacer con ellos para evangelizar a las empresas sobre algunos riesgos de seguridad que pueden sufrir por parte de personas que, como él, tengan implantes de este tipo ocultos en su cuerpo.

En su caso, cuenta con un chip entre las membranas de sus dedos pulgares e índice y otro en el dorso de su mano, con los cuales puede hacer el check-in e identificarse cuando llega a su oficina o verificar su billetera bitcoin.

Sin embargo, gracias a estos "añadidos" también podría apropiarse de los credenciales de otras personas, copiar frecuencias o incluso programar sus chips para controlar un smartphone a distancia mediante un malware. Todo, gracias a la proximidad y de una manera "invisible" para las víctimas.

"Los pagos NFC en general no son seguros y es muy fácil poder usarlos para fines maliciosos. ¿Qué pasa si alguien como yo decide hacerse con los datos de tu tarjeta mediante un chip en su mano? o ¿Qué ocurre si hacemos las cosas simplificadas, pero no incluimos seguridad en nuestro mindset", se cuestiona para Escudo Digital.

"Escuchamos en muchos casos el mensaje de que la tecnología puede ayudarnos hacer las cosas más sencillas y que con estos pagos no vamos a necesitar sacar dinero en efectivo de nuestra tarjeta nunca más, pero al mismo tiempo debemos considerar la necesidad de securizar todos estos procesos", añade.

Antes de transhumano, hacker

Noe no se define únicamente como un transhumano, sino también como un white hat hacker o un hacker ético, ya que lleva 27 años buscando las vulnerabilidades a equipos y tecnologías y actualmente lo hace para ayudar a las empresas e instituciones.

Sus inicios como hacker se dieron con la consola Commodore 64. Fue entonces cuando descubrió las formas en que podía manipular el código de algunos juegos, las cuales no habían sido concebidas por los creadores de esos títulos.

Noe no tiene problema en confesar que pasó parte de su juventud como un black hat hacker, es decir, aquellos que usan sus conocimientos para objetivos menos filantrópicos, buscando un beneficio personal o económico.

"No fue nunca con fines maliciosos. Era más bien demostrarme a mí mismo que podía superar algunos desafíos para la ciberseguridad. Desmontar esa premisa de '¿te crees mejor que yo?' Creo que de las peores cosas que hice fue tratar de desmontar el sistema del colegio para conseguir algunos exámenes", revela.

El paso a transhumano por parte de Noe comenzó por una razón básica: era un gran fan de la ciencia ficción, de Star Wars, de todo aquello que tuviera que ver con los robots o los cyborgs. No obstante, esto no llegó hasta 2019, cuando estaba en Amsterdam.

Cuenta que los primeros implantes eran algo muy rudimentario e inseguro, ya que no tenían ningún tipo de encapsulamiento. No obstante, poco a poco se fueron "sumando al mercado" fabricantes comerciales de implantes que mostraban ser lo suficientemente seguros.

"Entre mis ponencias comencé a investigar lo que hacían siete compañías diferentes. Descubrí lo que se podía hacer con un NFC o un RFID y pensé que eran realmente guay algunos casos de uso, como poder abrir puertas, algunas órdenes de Internet de las Cosas, etc".

Poco a poco Noe también comenzó a investigar con imanes biosensibles. Su interés hasta la fecha sido principalmente el acceso físico a algunos sitios y probar lo fácil que puede resultan con ciertos añadidos tecnológicos.

"La idea de 'quiero convertirme en un transhumano' no fue algo que me haya pasado a mí, sino que siempre lo he visto más como una forma de evolución. Es decir, la idea de llegar al siguiente nivel, una progresión natural de mi viaje de modificación corporal. Ya sabes, me hice mi primer tatuaje cuando tenía 15 años y luego seguí", relata.

"Me siento diferente a la mayoría. Es un poco estúpido, pero me considero así porque puedo hacer cosas que otros no. Me cuestiono hacia dónde están yendo las cosas, con cosas como que haya una interfaz directa de tu cerebro a un ordenador. Pero hay otras cosas por ahí en desarrollo en este momento", señala. Además, opina que en el futuro habrá muchas más personas como él y todos seremos, de alguna manera pequeños cyborgs.

Por ahora, el número de personas con estos implantes no es muy significativo y el porcentaje de cibercriminales usándolas es muy bajo, con lo que las amenazas no parecen muy preocupantes. No obstante, las cosas podrían cambiar en el futuro a medida que estas incorporaciones se democratizan. Noe tiene la certeza de que al menos hay otros tres profesionales que trabajan para compañías de seguridad informática que los tienen e investigan sobre la materia.

En cualquier caso, la esperanza del biohacker es que las personas o corporaciones conozcan los riesgos y tomen cartas en el asunto para evitar daños mayores. Esta es la principal motivación para su labor de divulgador.

Cuando el hacker se convierte en hackeado

Como persona que lleva tecnología en su cuerpo, el propio Noe también puede ser hackeable y sus dispositivos pueden ser inutilizados o usados para fines maliciosos.

Para evitarlo el biohacker se protege con unos guantes hechos a medida con un material especial que permite crear una jaula de Faraday, anulando el efecto de los campos electromagnéticos externos en su interior.

"Aprecio esta cuestión más de lo que crees. He tomado las mismas precauciones que le pido a la gente que tome, porque tengo que protegerme a mí mismo. Doy muchas conferencias de seguridad, fui un black hat hacker y, ya sabes, estoy bastante expuesto", confiesa.

Además, trata de seguir otros protocolos recomendados para sus implantes. Por ejemplo, estos suelen estar "vacíos" y no tiene etiquetas o información de otras personas. "Los transhumanos somos responsables de nuestros propios cuerpos pese a todo, pero también tenemos que ser responsables con los demás", apostilla.

Noe explica que no debe hacer actualizaciones de seguridad de sus dispositivos, pero sí señala que en ocasiones sí sustituye sus chips por otros modelos nuevos con más prestaciones.