Eudald Carbonell: “Confío mucho más en una máquina inteligente que en una persona”

Miguel Angel García

Director de Escudo Digital

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Este destacado antropólogo internacional ocupa desde 1999 la cátedra de Prehistoria de la Universitat Rovira i Virgili y es investigador principal del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES), instituto transdisciplinar que trabaja en los principales yacimientos del mundo y que forma parte de la élite de la investigación sobre la evolución humana.

Codirige además el Proyecto Atapuerca, y es director general de la Fundación Atapuerca. Pero tantos títulos, lejos de pesarle, si acaso le sirven de peana para formular más alto sus arriesgadas propuestas, desprovistas de convencionalismos y claras, como corresponde a alguien que confía en que sea el ser humano el artífice del gran cambio que, según considera, precisa para evitar el colapso como especie. De no ser así, será la propia Naturaleza la que se encargue de recuperar el equilibrio.

Esta pandemia nos ha abierto muchas dudas, preguntas, e incluso incongruencias. ¿Se nos han roto de alguna manera los esquemas?

El coronavirus lo que ha hecho es ponernos delante del espejo, y al hacerlo hemos visto algo que no nos gusta, que son los efectos de nuestra forma de socializarnos en el Planeta. Esta forma errónea de hacerlo nos ha llevado a lo contrario, a desocializarnos, algo que para el ser humano tiene todo tipo de efectos físicos, psicológicos, sociales... Pero esto no es una cosa coyuntural, porque estamos en un momento de crisis estructural de especie a muchos niveles, de crisis evolutiva, sistémica, económica, energética, con lo cual al final el coronavirus puede servir para acelerar los cambios que precisamos. Y solo en este sentido se podría decir que es positivo. Podría ser el último aviso.

Espero que esta situación sirva para que los líderes desaparezcan, que es lo peor que ha creado nuestra especie en el proceso evolutivo; ellos son los que no nos permiten evolucionar.

Desde el punto de vista de la seguridad, nos creíamos poco menos que invencibles, y ahora estamos viendo cómo ese sentimiento se ha venido abajo. ¿Esto puede cambiarnos de alguna manera como sociedad?

Para nuestraconciencia crítica de especie es muy importante la inseguridad. Es un factor deadaptación que permite establecer mejores relaciones tanto a nivel social comoproductivo. Y en este sentido, la incertidumbre lo que hace es apoyar loscambios, que ahora hacen mucha falta.

Yo espero que toda esta situación sirva, por ejemplo, para que los líderes desaparezcan, que es lo peor que ha creado nuestra especie en el proceso evolutivo; ellos son los que no nos permiten evolucionar. También espero que sirva para que se acelere la planetización, la llegada de un nuevo concepto que pasa por parar la globalización, que es otro de los grandes errores que hemos cometido al uniformizar nuestra especie a nivel social y cultural, destruyendo la diversidad, lo cual nos está llevando al colapso como especie. Todo esto puede ayudar a repensarnos como homo sapiens, y a trascender lo que hasta ahora hemos hecho mal.

En su discurso habla constantemente de la socialización del comportamiento. ¿Tiene este concepto algo que ver con la forma de actuar en grupo, formando grandes urbes, rascacielos, megaproyectos? ¿Cuál es el camino?

El camino de la planetización es el único camino. La planetización es el no uniformizar la especie. Lo que hemos hecho en los últimos lustros es provocar que la civilización se comporte prácticamente igual en cualquier tipo de espacio, en cualquier ecosistema, y esto es un error, porque lo que tiene que haber en el Planeta son nodos, nodos fuertes, reforzados, que nos conecten, pero que preserven las características propias, porque los humanos todavía no somos capaces de integrar la diversidad.

También habla de que hay que construir una conciencia crítica de especie para evitar el colapso, ¿por qué considera que nos dirigimos hacia ese colapso?

Es un camino obvio, pero espero que el Covid-19, como ya he dicho, sirva para a acelerar la reflexión y tomar medidas rápidas para que este colapso sea evitable. Me gustaría dejar claro que cuando hablo de colapso no hablo de extinción. Hay gente que me dice que soy apocalíptico, pero no. La extinción es otra cosa más seria, es la desaparición física y material de una especie; el colapso es un problema grave, pero reversible, como una trombosis en el cuerpo, que se puede solucionar. Y de hecho, el colapso probablemente sea necesario para que se produzca este incremento de sociabilidad de nuestra especie a través de la conciencia crítica, la conciencia operativa, la conciencia que permita relacionarnos de una forma muy distinta a cómo lo hemos hecho hasta este momento. Para mí lo más importante es que la parte más humana, más intelectual y social disponga de más aspectos críticos en el funcionamiento diario. No podemos continuar funcionando como hasta ahora.

¿Y nos cree capacitados para construir esa conciencia crítica?

La verdad es que no tengo mucha esperanza. Cuando estábamos en pleno confinamiento me preguntaban en otras entrevistas si esto hará cambiar algo las cosas, y yo decía, “no, esto puede cambiar para empeorar”. Todos estos buenos propósitos de esos momentos, los vecinos, la solidaridad… en quince días se han olvidado. Tengo mucha esperanza en la capacidad crítica de la humanidad, tengo poca esperanza en que las personas seamos capaces de desarrollar los proyectos que tenemos que hacer de forma inmediata.

Cuando pasa algo grave, un cisma, se recurre al “no se puede repetir”, ¿realmente aprendemos de nuestros errores?

Dicen que la historia se repite constantemente; que la primera vez es comedia y la segunda, tragedia. Y también eso de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra… Es así. Los humanos, como muchos animales, tropezamos varias veces con la misma piedra porque eso forma parte del proceso evolutivo, lo que ocurre ahora es que actuamos a partir de una conciencia individualizada, y si detrás de esta conciencia no hay otra de carácter social, y en el futuro una conciencia cósmica, no hay aprendizaje posible.

Tengo mucha esperanza en la capacidad crítica de la humanidad, tengo poca esperanza en que las personas seamos capaces de desarrollar los proyectos que tenemos que hacer de forma inmediata.

Frente a la idea de la globalización parece como si ahora estuviéramos inmersos en el proceso contrario, de encierro, de grandes nacionalismos. First América, Brexit, productos con el sello Made in…, ¿es este un proceso natural? 

Es unreflejo político y social, pero yo no hablo de todo eso. Yo hablo de mantenerla diversidad como un sistema ecológico y social, no como estructuraspolíticas. Para mí la globalización es un error porque ha uniformizado nuestroscomportamientos, nuestra forma de comer, nuestra forma de viajar, y por esopara mí la fragmentación es un proceso muy interesante, porque es un proceso dearranque. Claro, lo que están a favor de la globalización son lasmultinacionales, las jerarquías, y, en cambio, a las clases populares no nos vatan bien. Cuando ves que a estas jerarquías les va tan bien siempre es porquealgo va mal; a ellos no les hables de procesos de fragmentación porque no lesinteresan en absoluto.

El otro día emitieron un reportaje en el que señalaban que el 40% de lo que aparece en las redes de pescadores de Barcelona es plástico, ¿realmente nos cree capaces de invertir todo esto?

Tenemos que ser capaces de hacer las cosas mejor. Debemos de pensar que el plástico ha venido para quedarse, forma parte de las materias primas orgánicas que la propia evolución ha generado, y ahora lo que tenemos que aprender es a hacerlo degradable, que integrarlo en nuestro ecosistema. Esa es la lección pendiente en este sentido.

Espero que en 20 años el mundo sea un lugar de diversidad, como fue la tierra hace 30.000 años.

Y, por otrolado, tenemos que cambiar nuestra forma de relacionarnos con el medio ambiente.Ahora tenemos tecnologías suficientemente avanzadas para que la energía verdesea la energía normal. El uso masivo de la energía solar, del hidrógeno, de todasestas fuentes, permitiría mantener más estabilidad en los sistemas eco-socialesdel Planeta. Son soluciones que se están desarrollando muy rápidamente y que enunos años nos puede permitir que se eliminen energías cuya explotación y uso sonmuy nocivos.

¿Y le interesa, en este sentido, la tecnología, lo que hay detrás de la inteligencia artificial, de los robots, los drones, los coches autónomos que han de tomar decisiones propias?

Yo confío mucho más en una máquina inteligente que en una persona. Una máquina inteligente, aun programada por una persona, sigue siendo inteligente, aunque subsidiaria. Esto lo que da lugar es a sistemas mucho más seguros, estables, que la mente humana. La mente humana, en un determinado momento, actúa de forma muy distinta, está condicionada por muchos factores subjetivos, como el cansancio, el amor, etc., que le impiden pensar según la circunstancia.

¿Cómo le gustaría ver a la especia humana dentro de 200 años?

Estoy escribiendo un libro precisamente sobre eso, y creo que probablemente dentro de 200 años habrá varias especies humanas, o parahumanas. Habrá Homo Sapiens editados genéticamente, habrá Homo Sapiens modificados genéticamente, habrá Homo Sapiens conservadores, que serán algo parecido a lo que ahora somos; habrá seres híbridos y después probablemente todas las especies que se puedan intercalar entre ellas. Será, espero, un mundo de diversidad, como fue la tierra hace 30.000 años.

En lo que se refiere a lo que entendemos como vida inteligente, ¿cree que esta se da en otros rincones del Universo?

En elsistema solar a lo mejor no hay evidencia de vida compleja, pero en losmúltiples universos que existen tienen que estar plagados de ella. Esteplanteamiento humano de que somos únicos es un pensamiento metafísico que se hautilizado de una forma dogmática por razones de poder en la historia de lahumanidad.