Ramón C. Riva.

Opinión

Barcelona se organiza contra los delincuentes

Ex militar y experto en Seguridad.

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La sensación de impunidad preocupa a los ciudadanos y empresas de ciudades como Barcelona.
La sensación de impunidad preocupa a los ciudadanos y empresas de ciudades como Barcelona.

Curiosamente, para los que no lo sepan, los Mossos d'Esquadra  (fuerza de policía de la Generalidad de Cataluña) es un cuerpo fundado a principios del siglo  XVIII por la administración borbónica. En un principio las Escuadras de Cataluña solo eran guerrillas para perseguir las últimas resistencias austracistas y los bandoleros (hoy día les definirían como botifler). El somaten tiene raíces más antiguas y de auto protección; 'som atents' "estamos atentos" era el santo y seña de milicias locales catalanas que funcionaron desde la Baja Edad Media (siglos XII-XV) con vocación de fuerzas del orden, que ponía a disposición de los ciudadanos una fuerza para atender casos de asaltos, robos, etc. allá donde no llegaba la ley. Ese es siempre el origen de la autodefensa, “donde no llega la ley” o llega de manera tardía e incompleta, y los ciudadanos se sienten indefensos.

Podemos apreciarlo en casi todos los Informes de Observatorios de Seguridad de las distintas empresas del sector, e incluso en los Datos de Criminalidad del Ministerio del Interior: los ciudadanos de Cataluña en general y de Barcelona, en particular, se sienten más inseguros y desprotegidos que en otras zonas de España.

No solo por el índice cuantitativo (durante el primer trimestre de este año se registraron en Barcelona 44.933 infracciones penales, 7.893 más que durante el mismo periodo del año pasado, según datos de Interior) sino también cualitativo, y es que la sensación de impunidad es un reclamo para el turismo delincuencial que preocupa a los ciudadanos.

Así, no es raro que cada vez encontremos más iniciativas como la del local barcelonés (hay otro en Madrid) del restaurante ESTIMAR (el local favorito de Hillary Clinton, Lionel Messi y Mick Jagger) en el que su propietario (estrella Michelín) Rafa Zafra se ha visto obligado a poner un botón del pánico por la inseguridad.

O la iniciativa de los porteros de los edificios de la zona alta de Barcelona, quienes han decidido dividir el barrio sectores, cada uno de ellos con su respectivo grupo de WhatsApp. En cada uno de ellos, entre 50 y 60 porteros comparten diariamente información que consideran relevante y que trasladan a los Mossos d’Esquadra y a la Guardia Urbana de Barcelona. De este modo, en los últimos meses han conseguido frustrar varios robos.

En cuestión de medidas de seguridad, la industria crece pero no hacia mayor numero de usuarios (la inflación ha hecho mucho daño a los menos pudientes) sino hacia servicios más cercanos y colectivos.

Hasta ahora había un efecto “placebo”, como lo definen Ángel Olleros o José Ramón Becerra (presidente Asociación Española de Centrales Receptoras de Alarmas) considerando que la placa de la alarma (muchísimas falsas) ejercía el mismo efecto que la cruz con los vampiros. Pero no es así.

Cada vez se usa menos el “yo me protejo” y se apuesta por soluciones más colectivas y de zona segura, que siempre resultan incomodas y agresivas para el delincuente. Las inmobiliarias y empresas de telecomunicaciones son las primeras en buscar este tipo de soluciones colectivas.