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Opinión

Leopard aún no, pero se esperan en Ucrania los primeros TOAs para el 15 de febrero

A finales de agosto del año pasado, y tras la “pifia” –se tragó un buen sapo para proteger al soldado Sánchez- de la ministra de Defensa sobre el posible envío de Leopard (“Están en una situación que no se pueden utilizar y no los podemos dar porque sería un riesgo para las personas"), y tras las criticas del embajador de Ucrania en España, Serhii Pohoreltsev, Margarita Robles se apresuró a anunciar la entrega de un importante conjunto de material de guerra, principalmente una veintena de vehículos acorazados (TOAs) y munición, a este país.

En sucesivas veces, cada vez que se le preguntaba al Ministerio de Defensa, no respondía por razones de seguridad y, por tres veces, se anunció la inminente salida de los TOAs (20) rumbo a Ucrania.

Probablemente de este tipo de vehículos acorazados podamos enviarles casi todos los que necesiten, tenemos más de 600 en distintas variantes porque serán reemplazados por los Vehículos de Combate sobre Ruedas 8x8 Dragón, según se vayan entregando.

La realidad, es que los primeros 20 comprometidos, con cinco meses de retraso, esta vez sí están en puerto de embarque. Llegarán en barco a Polonia, y desde allí a Ucrania, por carretera.

Podríamos enviar muchos más y de variantes con mayor potencial defensivo/ofensivo para Ucrania (con portamorteros 120 mm, con soporte para misiles contracarro Spike, etc ), pero ahí nos enfrentamos con la realidad de ser el quinto país por la “cola” en ayuda militar a Ucrania y el primero cuya intervención de su Presidente en el Congreso ha sido más extensa que la de su homólogo ucraniano.

Y luego está la burocracia, que tampoco ayuda, ya que antes de hacer una entrega, en primer lugar, los asesores ucranianos, junto con militares españoles y representantes empresas de la industria que deben actualizar y preparar el material, deben visitar las bases operativas o logísticas.

Una vez puestos de acuerdo en que material se les va a enviar, se pide permiso de transferencia al país origen del modelo -principalmente USA (TOAs) o Alemania (Leopard). Con el permiso concedido, se transfiere la propiedad, que aún no el material, a Ucrania.

Después, siendo ya Ucrania propietario, y con los carros combate o vehículos, aún en España, se les pasa presupuesto del taller (como si de Norauto hablásemos) con cargo al del Fondo Europeo para la Paz.

Si Ucrania acepta, firma contrato con nuestras empresas, y ahí acaba la burocracia, aunque aún queda aún lo peor: que tratándose de material bélico es necesaria su aprobación en Consejo de Ministros, y como dicen los propios allegados de Pedro Sánchez, “al Presidente, todos estos choques en el Consejo le desmotivan” a menos que haya mucha publicidad o hable con Biden, en cuyo caso estamos dispuestos a convertir Marina D´Or Ciudad de Vacaciones en Navy Port Base USA.

El caso es que los vehículos acorazados (TOAs), al fin, están a punto de embarcar.