La semana pasada se reunieron en Rabat con el rey Mohamed VI los tres ministros de Asuntos Exteriores de Mali, Burkina Faso y Níger con el objetivo de la creación de un espacio con paso al Atlántico para estos países que no tienen salida al mar.
Con un enfoque diplomático rápido, Marruecos ha sabido aprovechar la marcha de Francia del Sahel y los problemas que además ahora estos países tienen con Argelia, enemigo común de los cuatro.
Llaman la atención que fueran recibidos por el propio Mohamed VI y que esta salida de estos países del Sahel se haga al Atlántico a través de Dajla, puesto que estos países no han reconocido aún la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental y sería una ocasión para hacerlo de facto.
Todo ello evidencia que Marruecos no solo continúa su disputa con Argelia sobre el Sahara Occidental, que da por hecho que es de soberanía marroquí, sino también su posición dominante sobre los países del Sahel.
El futuro de África pasa por sus puertos, pero puertos que estén bien conectados con carreteras y líneas de ferrocarriles, como observamos desde hace tiempo, y China también. De esta forma, los puertos de Sudáfrica, Togo, Tánger y Dajla serían los grandes bastiones en África. Dos de ellos pertenecen a Marruecos.
Debemos recordar que, en diciembre de 2023, Marruecos anunció una iniciativa comercial para facilitar el acceso de Mali, Burkina Faso y Níger al océano Atlántico utilizando los puertos marroquíes después de que la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) impusiera restricciones comerciales a los tres países liderados por juntas militares.
Para los países del Sahel también sería una alternativa muy buena dado que después de su salida de la CEDEAO tener salida al mar y acceso a sus puertos beneficia su comercio internacional.
El acuerdo entre Marruecos y estos tres países podría contemplar el proyecto de una planta eléctrica en Níger y la Iniciativa Atlántica, que ofrece acceso al océano.
El acuerdo incluiría:
- Integración económica, con rutas comerciales vía puertos marroquíes.
- Cooperación en seguridad para combatir la inestabilidad.
- Apoyo diplomático para legitimar a los Gobiernos militares de la Alianza de Estados del Sahel (AES).
Los países del Sahel se beneficiarían con esta salida al mar y Marruecos también al abastecerlos de productos marroquíes y agrícolas. De esta manera, Dajla y Tanger Med serían los primeros puertos de África.
En un comienzo se incluye a estos tres países, pero evidentemente deben unirse Mauritania, porque sin ella estos países no tendrían acceso a Dajla, y más adelante lo haría Chad, que queda bastante más lejos. Esta iniciativa pretende facilitar el acceso al mar de estos países y poner a su disposición todas las infraestructuras viarias y aeroportuarias marroquíes y permitirá el abastecimiento y el acceso de los productos de los Estados del Sahel al mercado internacional.
Detrás de todo ello estaría dar salida a los minerales de África. El continente alberga aproximadamente el 30% de las reservas minerales conocidas. Sin embargo, la desconexión entre la riqueza de recursos de África y su limitado desarrollo económico sigue siendo sorprendente; es China quien ejerce el control en la mayoría de los puertos de África.
Por otra parte, Emiratos Árabes Unidos también está interesado y junto a Marruecos y Mauritania está poniendo en marcha un proyecto estratégico a gran escala para la transformación económica de la costa sahariana. Una colaboración que podría redefinir las dinámicas geopolíticas del Sahel y el Sahara.
Los Emiratos Árabes Unidos, clave en esta iniciativa, deberían desempeñar un papel decisivo en la financiación y el apoyo de los proyectos. Se prevén importantes inversiones en infraestructuras portuarias, centros logísticos, así como en los sectores de energía, turismo y pesca.
También hay que aludir al proyecto gasífero de mayor extensión del mundo, la red que unirá Nigeria con Marruecos, lanzado en 2016, que abastecerá a Europa y atraviesa 13 países de África.
Con todo ello, Marruecos busca ser un socio estratégico esencial y una de las grandes potencias no solo del Magreb sino también de África. Y presenta el desarrollo económico en el centro de la respuesta de Rabat a los desafíos del Sahel frente a las soluciones militares o de seguridad ofrecida por otros países. Esta iniciativa marroquí contribuirá a promover la prosperidad de la región del Sahel, ya que, sin prosperidad, no puede haber estabilidad ni paz.
Así, Marruecos está empleando diversas estrategias de poder blando para consolidar su influencia. Estas incluyen programas de capacitación para fuerzas de seguridad, proyectos educativos para imanes y apoyo a escuelas y órdenes religiosas. Aspira a desempeñar un papel central en la redefinición de la dinámica geopolítica de las regiones del Sahel y el Sub-Sahara.
Pronto comprobaremos cómo se remodelará el paisaje geoestratégico de África y cómo Europa y España solo serán meros observadores.