Nos encontramos en un momento en el que la comunidad educativa ya ha aceptado la importancia de una renovación desde la base del modelo español, y la adaptación a un mundo en el que la conversación sobre la tendencia educativa y el futuro del aprendizaje en habilidades digitales son claves para abrir un mundo de posibilidades a la próxima generación.
Si nos remontamos años atrás, seguro que podemos recordar cómo era la escuela hace 20 o 25 años y cómo aprendíamos en el jardín de infancia o en la universidad. ¿Qué llevábamos en la mochila? ¿Cómo eran las aulas? Probablemente contaban con capacidad para un gran número de alumnos. ¿Cómo era la biblioteca? ¿Se implementaba la tecnología en la forma de enseñanza?
Hoy en día, aunque ya estamos experimentando una transformación acelerada del panorama educativo, es cierto que aún es difícil imaginar la escuela del futuro. No obstante, sí que tenemos claros algunos conceptos fundamentales.
En primer lugar, es necesario que, desde edades muy tempranas, los alumnos tengan una noción básica sobre la que asentar las habilidades digitales. Es cierto que los niños no necesitan pantallas ni dispositivos para desarrollarse y que incluso es recomendable que hagan un uso moderado o escaso de los mismos, pero también lo es que resulta indispensable que cuenten con una base con la que puedan entender ciertos conceptos.
Así, el hecho de que los docentes incluyan en el día a día palabras como Inteligencia Artificial o que enseñen tecnología como reconocimiento facial o de voz a través del juego, resulta muy beneficioso para que se pueda evolucionar en un plan de estudios a futuro y aprovechar esos primeros aprendizajes. De esta manera, se formará a los jóvenes desde pequeños para que, en un futuro, sean capaces de afrontar y solucionar problemas globales. Por eso, y con el objetivo de impulsar la evolución del modelo educativo de nuestro país, a través de la Fundación Vodafone, y en concreto del programa DigiCraft, con la Administración Pública y la comunidad educativa como socios, articulamos el desarrollo de habilidades digitales en más de seiscientos centros.
Y es que, las profesiones del futuro, y muchas hoy presentes, demandan competencias técnicas y habilidades tecnológicas que todavía están pendientes de incorporar en muchos currículums educativos. El gap existente entre la oferta laboral del panorama empresarial y la formación de los jóvenes de nuestro país en búsqueda de empleo es a día de hoy preocupantemente grande. Sin contar que, probablemente, dentro de 10 años, los alumnos de hoy serán expertos en materias y tecnologías que están por inventar.
Inteligencia Artificial Generativa en la educación
No cabe duda de que los docentes son el gran motor de la educación. En un mundo digitalizado el profesorado, ya sea de colegio o de universidad, se ve en la situación de actualizar de forma constante su modelo de enseñanza y ampliar sus conocimientos con el objetivo de sacar el mayor partido a las tecnologías emergentes.
Eso no quita para que siga existiendo un sentimiento de desconfianza y escepticismo ante la integración de la IA en los entornos educativos, pues se teme que los sistemas basados en IA den lugar a una experiencia de aprendizaje más impersonal y distante.
Cuando hablamos de IA Generativa, o aquella que es capaz de crear sus propios contenidos y entender lo que el usuario le pide, lo primero en lo que pensamos es en el chat GPT. Lo cierto es que el chat GPT aumenta de manera importante la productividad, tanto en alumnos como en profesores, que pueden conectar automáticamente el progreso del alumno a lo largo del año con las calificaciones finales.
Es evidente que el riesgo de plagio existe, y es por eso por lo que son necesarias nuevas estrategias para tratar de impedirlo. Algunas pasan por el uso de la misma tecnología para detectar modelos lingüísticos. Otras entroncan con el fomento de una cultura que valore en primer grado la honradez, con directrices claras sobre el plagio, sus consecuencias derivadas y el establecimiento de fórmulas sobre la citación correcta.
En relación con lo anterior, podemos mencionar Khanmigo como caso de éxito. Una guía impulsada por inteligencia artificial y desarrollada por la Khan Academy, que ha sido diseñada para mejorar el modelo educativo para estudiantes y profesorado. Mediante esta aplicación, la IA guía a los estudiantes en sus labores académicas sin hacer "trampa".
Lo que diferencia Khanmigo de otras herramientas impulsadas por IA es que está diseñada para responder las preguntas de los estudiantes como una guía, pero sin revelar las respuestas. Además, es capaz de integrarse con los vídeos y ejercicios existentes en la plataforma de la organización (Khan Academy), de modo que el educador puede añadirse en una conversación a tres que resuelva de forma más eficiente cualquier duda.
Y es que, aunque la tecnología desempeñará sin duda un papel importante en la configuración de la educación del futuro, no hay que subestimar el valor de la conexión humana, la tutoría y la interacción social. En definitiva, un modelo educativo sostenible y eficaz dependerá de una combinación de necesidades sociales, avances tecnológicos y filosofías educativas.