Dr. Miguel Ángel Piqueras García, Director del Grado en Ingeniería en Organización Industrial de VIU

Opinión

Por qué la crisis de suministro se nutre de deficiencias previas a la pandemia

Director del Grado en Ingeniería en Organización Industrial de VIU.

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El transporte y la logística es un sector de gran complejidad.
El transporte y la logística es un sector de gran complejidad.

El defectuoso funcionamiento de la cadena de suministro a nivel mundial está produciendo retrasos en las entregas y escasez de determinadas materias primas y productos, así como incrementos en los precios de compra de determinados bienes e incluso desabastecimiento de algunos de ellos.

El transporte y la logística es un sector de gran complejidad, muy sensible y a su vez con alto impacto sobre la oferta, demanda y precios de las mercancías. La ralentización de la actividad de producción y transporte de bienes (dando lugar a cuellos de botella en la cadena de suministro, falta de contenedores y de buques portacontenedores) durante la pandemia, ha ocasionado un exceso de demanda no atendida. En concreto, el precio de fletar un contenedor desde Asia a Europa se haya multiplicado hasta por diez en unos meses.

Si la globalización supone grandes ventajas al posibilitar el transporte de cada vez más cantidad de productos y a mayores distancias, también es cierto que puede presentar importantes vulnerabilidades en áreas como la de la logística internacional, frente a episodios como el actual, teniendo presente que por vía marítima se transporta el 90% de los bienes comercializados a nivel global, y que este medio de transporte no está exento de riesgos (como se puso de manifiesto en el incidente de marzo de este año, con el bloqueo accidental durante seis días del Canal de Suez, por el que transita más del 12 % del comercio mundial).

Por qué se ha desatado esta crisis

La primera consecuencia que la pandemia tuvo en la cadena de suministro fueron paradas intermitentes en la producción en fábricas que operaban en China, a principios de 2020, extendiéndose posteriormente este efecto a la escala global, con la consiguiente escasez en existencias de materias primas, productos semielaborados y productos terminados. A lo anterior hay que añadir el cambio radical en los hábitos de los consumidores durante la pandemia, ya que el confinamiento domiciliario y la disminución del gasto en actividades de ocio (restaurantes, cines, viajes, etc.) propiciaron un gran aumento de las transacciones del comercio online (electrodomésticos y electrónica, especialmente), tensando hasta el límite los diferentes eslabones de la cadena de suministro, especialmente los canales de transporte marítimo y  las terminales portuarias de contenedores.

También, ha sido determinante el problema de la escasez de mano de obra especializada en actividades tales como manipulación, almacenamiento y transporte de mercancías. En este sentido, convendría considerar la posibilidad de tomar medidas urgentes para trasladar a profesionales desde sectores económicos menos críticos a posiciones estratégicas de cadena de suministro.

Cómo influye esta situación en la recuperación post-COVID

La crisis de suministro ya está afectando negativamente la marcha de la deseada recuperación económica hasta niveles pre-pandemia, aumentando los precios de las importaciones en la mayoría de las regiones más desarrolladas. Así, algunas instituciones como el Fondo Monetario Internacional han reducido sus previsiones de crecimiento global anteriores a la crisis logística, advirtiendo de que seguramente sus efectos se notarán hasta la primera parte de 2022, como mínimo.

Lejos del optimismo de principios de la pandemia, cuando se aseguraba que las fábricas y las compañías navieras podrían absorber todo la demanda retrasada en cuestión de meses, la mayoría de los expertos pronostican ahora que el sector necesitará entre seis meses y un año para estabilizarse. Y es que nos encontramos inmersos de alguna manera en un círculo vicioso, ya que al interiorizar el mensaje de que existe una crisis de la cadena de suministro, las empresas están haciendo pedidos en exceso y antes de lo habitual para tratar de garantizar que los productos al cliente, lo que a su vez provoca más interferencias e interrupciones.

China “la fábrica” del mundo

En conjunción con los efectos derivados de la pandemia, China está sufriendo una crisis energética, cuyo origen se encontraría en una reducción en la producción en las minas de carbón que proporcionan combustible a las centrales térmicas (en parte, con motivo de tratar de alcanzar compromisos medioambientales sobre las emisiones de CO2 que este país se ha propuesto). Esta situación ha provocado que la demanda de electricidad no pueda ser cubierta en su totalidad y muchas factorías de sectores electrointensivos se hayan visto obligadas a ralentizar o detener la actividad, reduciendo la producción y aumentando los precios de productos semielaborados o componentes que abastecen a los más variados sectores; en particular, la escasez de existencias de semiconductores (chips) está afectado en Europa y Norteamérica a sectores como la automoción y la electrónica.

Dado que numerosas empresas occidentales optaron hace años por trasladar su producción a China, con menores costes de producción, hoy en día el país asiático abastece al resto del mundo de gran cantidad de productos, lo que explica su gran influencia en la marcha del mercado global.

Qué podemos aprender de esta crisis

La crisis logística en la que el mundo está inmerso ha puesto de manifiesto las debilidades del sistema, pero a su vez supone una oportunidad para avanzar más rápidamente hacia una cadena de suministro e infraestructura logística más resiliente frente a perturbaciones inesperadas que puedan afectar a las redes de suministro y distribución de mercancías y productos. Habrá que revisar aspectos propios del paradigma preexistente, como la metodología Just in Time, que ha mostrado sus vulnerabilidades, y aprovechar posibilidades de mejora como las que nos brindan las técnicas provenientes del campo de la Inteligencia Artificial -que actualmente ofrece herramientas para anticiparse y mitigar los efectos este tipo de eventos-, y la automatización. Ante este panorama de incertidumbre, es preciso que las autoridades competentes de todo el mundo aumenten sus inversiones en proyectos que redunden en un aumento de la capacidad de infraestructuras clave de la cadena de suministro, tales como plataformas logísticas intermodales, puertos marítimos y sus accesos, ferrocarriles, almacenes y rutas de transporte terrestre para fortalecer el sistema logístico.