Ramón C. Riva.

Opinión

¿Qué está ocurriendo en Rusia?

Ex militar y experto en Seguridad.

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Un carro de combate en Rostov del Don. Europa Press/Contacto/Maksim Konstantinov.
Un carro de combate en Rostov del Don. Europa Press/Contacto/Maksim Konstantinov.

Escudo Digital, al igual que otros medios sin personal propio en destino, estamos al corriente de los últimos sucesos en Rusia (un 80%) por medio de las agencias internacionales. También es cierto que, como cualquier profesional, tenemos nuestros contactos personales, muchos de ellos en origen o fin de los interrogantes que se nos plantean.

Sin ir más lejos, el miércoles 22 y el jueves 23 estábamos en Toledo, en el XXXV Seminario Internacional de Seguridad y Defensa El nervio de la guerra (y el músculo de la paz)” con clausura de Javier Solana, ex secretario General de la OTAN, un socialista que mantiene buena amistad y dialogo fluido con el presidente de EE.UU. Biden desde que viajaban juntos (secretario General OTAN y vicepresidente de EE.UU. en la época Obama) sin necesidad de salir corriendo detrás del presidente norteamericano para aparecer en la foto, como otros socialistas.

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Seminario Internacional de Seguridad y Defensa “El nervio de la guerra (y el músculo de la paz)”

Allí se encontraban militares, políticos y grandes expertos de los que no solo aprendimos sino que extendimos una red contactos de la que hemos tirado para ver si podemos responder o aclarar algunas de las preguntas que nos hacíamos a las 20.00 horas del sábado, 24 de junio.

Sobre el origen conflicto entre Wagner y Putin

Según los propios militares que intervinieron en el Seminario, Rusia ha atacado mal y defiende bien (como si de un equipo basket se tratara). Este mal atacar ha provocado pérdidas de hombres y material por encima de lo lógico, en unos casos achacadas a mala información, en otros a corrupción o en otros a deseos de agradar al Kremlin, el caso es que, sea cual sea el motivo de la ineficiencia, estas se pagan.  Y como líder de uno de los más perjudicados, y rebelándose a ello, el jefe del grupo Wagner, Yevgeni Prigozhin, mantenía un enconado pulso con los responsables militares más cercanos a Putin, y con este de árbitro.

A raíz de la contraofensiva ucraniana, y dentro de una supuesta reorganización del ejército ruso, las tropas de Wagner pasaban a encuadrarse dentro del esquema tradicional impuesto por el jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, máximo rival de Prigozhin en esta pugna.

Parece ser que Gerasimov envió una serie de altos oficiales a hacerse cargo de estas tropas, y que "nunca llegaron" o no se sabe nada de ellos. La respuesta de Gerasimov, según Wagner, ha sido la de atacar con misiles y bombardeos una serie de instalaciones y concentraciones de Wagner causando muchísimas bajas en el grupo.

A partir de ahí se desencadena la "venganza catalana" (esta sucedió como consecuencia del asesinato de Roger de Flor y unos cien almogávares de la Gran Compañía catalana, soldados mercenarios de la Corona de Aragón, por parte de los bizantinos. Tras el asesinato, los almogávares repelieron ferozmente ataques de los bizantinos y saquearon toda Grecia).

A raíz de estos bombardeos, los hombres de Wagner pasaron en el día de ayer a la ofensiva, con ruta hacía Moscú, con un claro mensaje a Putin: quieren negociar con el viceministro ruso de Defensa, Yunus-Bek Yevkurov, y con el segundo del Estado Mayor, Vladimir Alexeyev; que se cese al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y que les "entreguen" al jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, quien, según ellos, dio orden de atacar con misiles bases de Wagner.

¿De que volumen fuerzas hablamos?

Hablamos de entre 15.000 y 20.000 hombres, con unos 250 a 300 medios blindados y acorazados.  Con una fuerza principal que a esas horas avanzaba hacia Moscú de unos 5.000 hombres y diversos grupos que se añadieron y separaron a la fuerza principal para confundir a las tropas rusas, ocupando mucho más espacio.

La reacción de las fuerzas de Putin

Hasta ese momento no se había producido grandes enfrentamientos, y sí mucha confusión, sobre todo en el entorno de Moscú. Los principales aliados de Putin manifestaron su apoyo, y ya hablaremos del caso bielorruso, donde varias unidades llamaron a la sublevación.

De hecho, el otro día comentábamos la "famosa" anécdota bielorrusa de cuando Putin presionó a Lukashenko para empujarle a una mayor participación en la guerra. Lukashenko le respondió que, "al igual que en Crimea, contáis con el 100% del apoyo de la Armada bielorrusa" (Bielorrusia no tiene ni mar ni flota ni Armada).

Respecto a otros países aliados de Rusia se limitaron a emitir notas oficiales y a manifestar su preocupación, incluso, en el caso de uno de ellos, con técnicos desplegados en Vogodonsk, se mostraron muy preocupados porque había un convoy militar en dirección a Volgodonsk, cerca de Rostov, donde se encuentra la mayor central nuclear rusa, y no sabían si eran tropas rusas para defender de Wagner o para ocupar.

A las 20.33 horas del sábado, de repente, la rebelión de los mercenarios del grupo Wagner entró en pausa; el comandante en jefe de Wagner Prigozhin anunció la paralización del avance de sus columnas militares hacia Moscú cuando se encontraban a 230 kilómetros tras la mediación del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko. Horas más tarde se supo además que Putin perdonaba a Prigonzhin los cargos por rebelión, a él y a quienes le apoyaron, y el líder de Wagner salió de camino al exilio a Biolorrusia. Todas las dudas, incertidumbres y temores que llegaron atropelladamente desde la madrugada de este intenso día 24 de junio, de repente se atenuaron, aunque no se difuminaron, como si todo hubiera sido fruto del sueño de una noche de verano. Seguimos online y mañana resolvemos más preguntas.