Cristina Noguera

Opinión

Sputnik V coloca a Rusia en un lugar aventajado en las relaciones geopolíticas del siglo XXI

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Cristina Noguera
Cristina Noguera

En la carrera de fondo de las vacunas, la rusa Sputnik V, logró el mejor puesto en el podio, llegando la primera en la competición y alzándose con la medalla de oro.

Sin embargo, ese éxito no fue celebrado como era esperado. La noticia fue acogida en el mundo, e incluso por los propios rusos con un gran escepticismo y desconfianza: la opacidad de los ensayos clínicos y el tan característico hermetismo ruso en el desarrollo de la vacuna, incrementaban el recelo generalizado en relación a la nueva inoculación contra la covid-19. Incluso la propia población rusa se mostraba cautelosa ante el gran y tan esperado anuncio.

Sin embargo, sólo ha sido necesario el transcurso de unos meses para que la perspectiva haya dado un giro de 180 grados. Desde hace poco más de dos semanas, la Sputnik V no sólo se ve como una alternativa válida, sino como casi la única alternativa para algunos países en su larga travesía de vuelta a la ansiada “normalidad”.

En la nueva credibilidad adquirida por la vacuna rusa, la prestigiosa publicación médica, The Lancet, ha tenido mucho que ver. La  reconocida publicación asegura que la vacuna rusa no es sólo segura, sino altamente efectiva y con apenas efectos secundarios.

Pocos meses después del gran anuncio ruso, los países de occidente no disimulan su gran interés por el "antídoto" ruso.  

La Unión Europea ya evidenció sus severas debilidades para negociar la compra rápida y efectiva de productos básicos, como mascarillas o EPIs, durante los momentos más álgidos de la pandemia. En la carrera por la obtención de las vacunas, se muestra de nuevo una Unión Europea un tanto endeble, con una posición negociadora menos fuerte de lo esperado.

La escasez de vacunas y la no tan rápida respuesta de la Agencia Europea del Medicamento que acredite la seguridad de la vacuna rusa conforme a los parámetros comunitarios, hacen que algunos países de la Unión Europea, como Hungría o Eslovaquia, hayan comenzado a aprobarla y autorizara en el ámbito de sus países de manera independiente y sin esperar al respaldo de Bruselas.

Otros no pocos países europeos se plantean suscribir acuerdos bilaterales con Rusia para comenzar la producción masiva de la vacuna dentro de sus fronteras. Italia ha sido el primero de los países en hacerlo público. Otros como Francia, Alemania y España, ya han comenzado igualmente las negociaciones para seguir la senda italiana.

Por otro lado, los países latinoamericanos, muchos de ellos amplios en población, casi todos ellos con la imposibilidad de desarrollar vacunas propias por la escasez de recursos económicos y desarrollo tecnológico insuficiente, se muestran interesados en la Sputnik V. Países como Venezuela, México y Colombia ya no ocultan su claro interés público en que la Sputnik V sea el elixir del regreso a la normalidad dentro de sus fronteras.

Rusia se muestra receptiva y como el gran aliado para los países pertenecientes a la Unión Europea y el eje latinoamericano. El mandatario ruso ofrece facilidades y comienza una estrategia de relaciones bilaterales con varios países para asegurar la producción masiva de la Sputnik V que garantice la inmunidad de gran parte de la población de occidente en un corto espacio de tiempo.

Como gran funcionario soviético y ex espía de la KGB, Putin sabe reconocer las oportunidades allí donde se plantean. Esos acuerdos bilaterales para la producción masiva de las vacunas, así como colocar a otros países como destinatarios prioritarios de las dosis de la Sputnik V, e incluso, priorizándolos por delante de la propia población rusa, consigue posicionarle estratégicamente en eje de occidente y en un papel relevante en las relaciones a nivel global.

Este acercamiento consuma el tan anhelado propósito de Putin: posicionarse estratégicamente y colocar a Rusia en un lugar aventajado en las relaciones geopolíticas del siglo XXI.

Este acercamiento llega en un momento crucial para el jefe del Kremlin, ya que la reciente llegada al poder de Biden el pasado noviembre de 2020, enfría las relaciones con la poderosa EE.UU.

Con la consolidada relación de Rusia y los países de Oriente medio, en donde a pesar de la convulsa situación Putin ha logrado lograr un posicionamiento de acercamiento a los diferentes países, e incluso ser visto como posible “mediador” de los enquistados enfrentamientos entre algunos de sus naciones, si la estrategia con la Sputnik V consigue afianzar igualmente las relaciones entre Rusia y los países miembros de la UE y las grandes potencias latinoamericanas, Rusia fortalecerá su posicionamiento mundial y se mostrará, de manera incuestionable, como un agente clave en las relaciones comerciales y geopolíticas venideras.

Cristina Noguera es profesora del Master International de EAE Business School.