En una operación conjunta, la Guardia Civil, la Policía Nacional y Agencia Tributaria, en colaboración con la colaboración de la Agencia Antidroga Americana DEA, se han incautado del mayor alijo de cocaína efectuado en la isla de Lanzarote en los últimos años: 268 kilos de esta sustancia estupefaciente.
La investigación se ha saldado además con la detención de seis personas, cuatro de nacionalidad española, una de nacionalidad portuguesa y otra colombiana, que formaban parte de una relevante organización delictiva que llevaba operando en Canarias durante varios años. Entre ellos, se encuentra un conocido patrón de embarcaciones de alta velocidad con antecedentes penales por narcotráfico y con un reconocido prestigio entre las organizaciones asentadas en Galicia y sur peninsular por su amplia experiencia en este tipo de operativas.
Asimismo, se han intervenido dos vehículos, una embarcación semirrígida, un dispositivo de localización GPS y gran número de dispositivos móviles y electrónicos, utilizados por la organización.
La operación, denominada Zabra/Pandeiros, se ponía en marcha a comienzos del mes de junio pasado, tras detectar cómo una organización criminal asentada en las Islas Canarias estaba planificando la introducción de una cantidad importante de cocaína en la isla de Lanzarote procedente de Sudamérica mediante embarcaciones de recreo. La DEA, tras los contactos policiales establecidos en varias ocasiones, corroboraron estas primeras informaciones.
Durante los seis meses que ha durado esta investigación, se ha logrado identificar la estructura piramidal de la organización, donde cada uno de sus miembros tenía unas funciones perfectamente encomendadas. Así mismo, se comprobó la existencia de conexiones de la red con cárteles sudamericanos, que les proporcionaban la droga de una manera habitual.
Embarcaciones de recreo en Tenerife y Lanzarote
La organización tenía una infraestructura importante de embarcaciones de recreo ubicadas en Tenerife y Lanzarote, y la vía de acceso de la mercancía consistía en el envío del cargamento de cocaína desde Sudamérica en una embarcación nodriza hasta un punto estratégico ubicado a varias millas cercanas al archipiélago canario.
Desde allí, una de las embarcaciones de recreo atracada en Tenerife salía a por la mercancía y realizaban distintos transbordos de la droga con el fin de despistar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad ante una posible investigación, y asegurar la entrada de la droga en la isla de Lanzarote.
Una vez introducida la droga en la costa, la organización la ocultaba en viviendas de lujo como la que la organización alquiló en una villa en el término municipal de Tías, y en la que una madrugada, durante la vigilancia de la villa, los agentes detectaron la salida de un vehículo conducido por uno de los integrantes de la organización. Una vez inspeccionado, fueron incautados 95 kilogramos de cocaína, y se detuvo al conductor.
Fase final de explotación
Tras esta primera incautación se realizó la explotación final de la operación, que tuvo como resultado otras cinco detenciones y cuatro registros domiciliarios (dos en la isla de Lanzarote y dos en la isla de Tenerife). En estos registros se intervinieron otros 146 kilogramos más de cocaína, nueve kilogramos de hachís, así como numeroso material informático y de telecomunicaciones.
Además, al tener conocimiento que en uno de los transbordos realizados en alta mar cerca de la isla de Lanzarote se pudiera haber caído sustancia estupefaciente, se realizó una búsqueda que dio como resultado el hallazgo de una mochila estanca, flotando y a la deriva, con otros 27 kilogramos de cocaína.