Maduro deja sin luz a la embajada española en Venezuela

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Venezuela.- Delcy Rodríguez agradece los "importantes esfuerzos" de Zapatero en Venezuela
Venezuela.- Delcy Rodríguez agradece los "importantes esfuerzos" de Zapatero en Venezuela

Resultan paradójicas las condiciones, diametralmente opuestas, en las que se encuentran las embajadas de España en Venezuela, así como la de Venezuela en España, en relación con sus respectivos suministros eléctricos. Dos situaciones, muy diferentes entre sí, quizá anecdóticas en sí mismas, pero que reflejan perfectamente el momento por el que atraviesan estos países, sus formas de actuación, así como el estado de salud de las relaciones entre ambos.

Empezando por el caso de la embajada de España en Caracas, hay que decir primero que hasta finales de octubre de 2020 no existía ningún problema respecto al suministro de electricidad en la misión diplomática. Este funcionaba perfectamente en todas las dependencias, aunque "algo" provocó entonces los primeros problemas de abastecimiento.

Ese "algo" tuvo mucho que ver, como han contado fuentes diplomáticas a Escudo Digital, con la huida a España de Leopoldo López, el opositor al régimen acogido en la residencia de la Embajada en Caracas desde el 30 de abril de 2019, y a quien desde el régimen venezolano se le considera un peligroso colaborador del terrorismo. Su viaje relámpago hasta Madrid supuso una dura reacción por parte del gobierno bolivariano, que llevó incluso a su presidente, Nicolás Maduro, a dedicar un duro tweet al entonces embajador de España, Jesús Silva, en el que le llamaba “racista, colonialista y golpista".

Estas tensiones, lejos de apaciguarse, mantienen sus altas temperaturas en nuestros días. Y como muestra las palabras de Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional resultante de las elecciones del 6 de diciembre (que España no reconoce), quien este mismo mes ha acusado a Silva de "connivencia" en supuestos actos violentos por parte del opositor Leopoldo López mientras estuvo refugiado en la Embajada española y tras trasladarse a la capital española.

El opositor venezolano Leopoldo López.

Así las cosas, el caso es que desde entonces, como represalia, según las fuentes consultadas, los trabajadores de la embajada española se vieron obligados a tener que seguir realizando sus funciones en una situación de gran precariedad, sin suministro eléctrico en sus dependencias y sin que las quejas de los diplomáticos sirvieran para recuperarlo. Al final, pudieron recuperar la normalidad supliendo este servicio esencial mediante unos grupos electrógenos con los que han estado obteniendo la electricidad hasta hace escasos días.

Y frente a esta situación, como también hemos podido saber, se encuentra el caso de la embajada de Venezuela en nuestro país, la cual afortunadamente sigue disponiendo de servicio eléctrico a pesar de que llevan varios meses sin abonar las facturas por su consumo, circunstancia que sin embargo no ha llevado a su proveedor, al menos de momento, a cortar el suministro.

Huelan o no estos "cortocircuitos" al azufre al que Hugo Chávez se refirió en la ONU en 2006 al comparar al también entonces presidente de Estados Unidos, George Bush, con el mismísimo Lucifer, lo que sí parece claro es que el diablo sigue fiel a su costumbre de esconderte en los pequeños detalles. Y este muestra a la perfección el estado de la relación entre ambos países y cómo sus gobiernos actúan tanto en los grandes asuntos como en las pequeñas cosas.