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Rusia y China elevan la tensión internacional con sendos movimientos militares de alto riesgo

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casco de guerra
casco de guerra

Rusia y China, dos países que cada vez se sienten más cómodos en la alianza comercial que les une, y que posiblemente están aprovechando el estado de gracia de sus relaciones para avanzar en otros terrenos, están tensando, y mucho, el actual equilibrio sobre el que se asienta el actual orden mundial. Si van de la mano en la generación de estas tensiones, o son dos acciones aisladas, es algo que los principales analistas en geoestrategia están tratando de interpretar, aunque temen que, de confirmarse la primera de estas posibilidades, esta abra un futuro más que incierto en el que, en el mejor de los casos, regresaríamos a la antigua tensión perpetua entre los dos grandes bloques de países.

Más allá de interpretaciones, la coincidencia en el tiempo de los dos peligrosos movimientos de fuerzas que están realizando ambos países ha alertado a todos los gigantes mundiales, que de una u otra manera se ven directa o indirectamente afectados por estas acciones, y poniendo a Estados Unidos y a la OTAN en una situación muy complicada, pues ven que una posible ofensiva en Taiwán por parte de China y otra en Ucrania por la de Rusia, incluso simultáneas, podrían ser el germen de un gran conflicto mundial.

Rusia desempolva el término "guerra nuclear"

En Escudo Digital ya hemos analizado en profundidad el conflicto entre Ucrania y Rusia en estos días, un conflicto que en las últimas horas continúa atravesando todas las líneas rojas que se encuentra en el camino con la cada vez mayor presencia de tropas rusas rodeando la frontera norte y este Ucraniana, así como su concentración en Crimea, y las constantes violaciones al alto el fuego en la zona del Donbás, escenario desde 2014 de una guerra librada entre el ejército ucraniano y las tropas separatistas apoyadas por el Kremlin.

Las autoridades de Ucrania denunciaron ayer la muerte de dos militares por esta razón, a las que hay que sumar cuatro más en las últimas semanas, y la de un niño en Donetsk, según informes oficiales del autoproclamado estado en el este de Ucrania, por un supuesto ataque con drones ucranianos.

Ante esta situación, el Presidente de Estados Unidos, John Biden, en una conversación telefónica con su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky, confirmó el pasado viernes el "apoyo inquebrantable de Estados Unidos a la soberanía e integridad territorial de Ucrania frente a la agresión en curso de Rusia en Donbás y Crimea", algo que también ha hecho la OTAN y que Moscú se ha tomado como una amenaza a sus intereses.

De momento, la televisión pública rusa ha desempolvado términos como "guerra nuclear" y por primera vez desde la disolución de la URSS, el ministro de Defensa, S. Shoigu, podría haber puesto la maquinaria de guerra en alerta roja en todo el país hasta el final de abril, tal y como se ha anunciado también en esta cadena.  

Asimismo, según ha publicado hoy mismo en su blog la prestigiosa investigadora especializada en asuntos de Rusia y Ucrania Olga Lautman, el embajador ruso en Estados Unidos, Anatoly Antonov, a quien se le pidió que regresara a Moscú tras las palabras en las que Biden responsabilizaba a Rusia del envenenamiento y encarcelamiento de Navalny, así como de numerosos ciberataques, incluido el de SolarWinds, y la interferencia en las elecciones de 2020, no regresará a Washington en el corto plazo. Lautman, quien cita como fuente al viceministro de Relaciones Exteriores, Ryabkov, recuerda en su texto que Antonov está sancionado por Europa y Canadá por su papel en la invasión rusa de Crimea, a pesar de lo cual fue enviado a Washington como embajador, uno de los puestos más importantes, cuando Trump asumió el cargo.

Taiwán, el viejo conflicto que ahora se reaviva

Por su parte, como también hemos publicado en Escudo Digital, el pasado fin de semana un portaaviones y cinco buques de guerra chinos han sido vistos navegando por la vía fluvial entre Okinawa y la isla Miyako en dirección hacia el Pacífico, según informó el domingo el Ministerio de Defensa japonés. Una presencia naval a la que habría que añadir una incursión de la fuerza aérea de China en la zona de identificación de defensa aérea de la isla, compuesta por ocho aviones de combate y otros dos aviones, uno de los cuales sobrevoló el estratégico Canal Bashi, según el lunes informó el Ministerio de Defensa de Taiwán.

Al igual que sucede en Ucrania, donde el Kremlin afirma que los movimientos de tropas que están realizando en sus fronteras son los normales, el portal oficial de noticias del Ejército chino ha indicado que la presencia naval de estos navíos se debe a "ejercicios de entrenamiento rutinarios organizados de acuerdo al plan anual", con los que se pretende "poner a prueba la efectividad del entrenamiento de las tropas y elevar su capacidad para defender la soberanía nacional y los intereses de seguridad y desarrollo (de China)".

Cabe recordar que Pekín considera que Taiwán es parte del territorio de la República Popular China desde el final de la guerra civil librada hace más de 70 años, mientras que la isla se gobierna de forma autónoma bajo el nombre de República de Taiwán.

Según el diario hongkonés South China Morning Post, el portaaviones Liaoning cruzó este sábado el estrecho de Miyako, al suroeste de Japón, días después de que Pekín exigiera a Tokio que dejase de lado "todo movimiento de provocación" sobre las islas Diaoyu/Senkaku, reclamadas por ambas naciones.

Ese medio informa de que en los últimos días varios buques militares estadounidenses también han navegado por las aguas del Mar de China Oriental y el Mar de China Meridional, y han llevado a cabo maniobras de entrenamiento con aliados regionales como Japón.