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Seguridad y Cambio climático

El enemigo invisible: los conflictos bélicos están acelerando el cambio climático

Análisis de la contaminación provocada por las contiendas bélicas en todo el mundo.

Experto en migraciones y analista internacional.

4 minutos

La guerra acelera el cambio climático. Imagen creada con IA.

En un contexto geopolítico donde los grandes conflictos bélicos, y también los conflictos regionales y más locales, están aumentando, podemos afirmar con rotundidad que la guerra contamina, destruye ecosistemas y acelera la crisis ambiental global.

Aunque Gobiernos, empresas y ciudadanos se están esforzando para reducir la contaminación y cuidar más y mejor el medio ambiente, hay un tema que rara vez se menciona: el impacto ambiental de las guerras.

A pesar de estos esfuerzos globales (con algunas excepciones importantes, como la de Estados Unidos y Trump) para reducir sus emisiones de CO₂, no están contando un detalle importante: la contaminación que genera la maquinaria de guerra.

Las guerras contaminan y afectan al medioambiente

Las guerras, además de vidas y ciudades, liberan una cantidad enorme de gases contaminantes a la atmosfera. Un estudio del Observatorio sobre Conflictos y Medio Ambiente (CEOBS) calculó que los ejércitos del mundo producen alrededor de 2.750 millones de toneladas de CO₂ al año.

Eso equivale a:

El 5,5% de toda la contaminación por gases de efecto invernadero del mundo. O lo que es lo mismo, el 85% de lo que contaminan todos los coches del planeta. Si las fuerzas armadas fueran un país supondrían la cuarta mayor huella de carbono del mundo.

Este cálculo no incluiría situaciones medioambientales como los propios incendios que provocan los bombardeos, la destrucción de edificios e infraestructura, impacto a la naturaleza, y quizás uno de los puntos más importantes: la contaminación causada al reconstruir después de una guerra.

Las guerras que más han dañado el clima

Ya sea por destrucción directa, emisiones de CO₂, contaminación de suelos y aguas, o pérdida de hábitats;

Guerra en Ucrania (desde 2014 a la actualidad)

  • El conflicto ha devastado instalaciones industriales, químicas y nucleares, como la planta de Zaporiyia, provocando fugas y amenazas ambientales graves.
  • Bosques y campos agrícolas arrasados han provocado pérdida de sumideros de carbono.
  • Uso intensivo de armamento pesado, bombardeos urbanos, y destrucción de infraestructuras energéticas, lo que obliga al uso de fuentes contaminantes alternativas (generadores, carbón, etc.).
  • Miles de hectáreas de terreno se han convertido en zonas inhabitables y no cultivables por contaminación de metales pesados, combustibles y explosivos sin detonar.

Estimación. Según el Ministerio de Medio Ambiente de Ucrania, solo en el primer año de guerra a gran escala (2022), se generaron al menos 100 millones de toneladas de CO₂ por las operaciones militares y sus consecuencias.

Comparativa emisiones CO2 principales ejércitos del mundo. Crédito: https://ceobs.org/estimating-the-militarys-global-greenhouse-gas-emissions/

Conflicto en Gaza (2023-2024)

  • Según investigadores de la Universidad Queen Mary, el conflicto en Gaza, en sus primeros 120 días, generó entre 47 y 61 millones de toneladas de CO₂. (Para ponerlo en perspectiva: en 120 días, una zona más pequeña que una cuarta parte de Londres contaminó más que 36 países en todo un año).
  • Se ha producido la destrucción total de barrios enteros, lo que implica una futura reconstrucción con una altísima huella de carbono.
  • Contaminación del acuífero costero, agravada por bombardeos e infraestructuras sanitarias destruidas.

Guerra del Golfo (1990-1991)

  • Incendio de más de 600 pozos petroleros por las fuerzas de Saddam Hussein en retirada de Kuwait: se liberaron hasta 1.500 millones de barriles de petróleo en el aire y en el suelo.
  • Gigantescas nubes de humo negro que cubrieron la atmósfera regional durante meses.
  • Océano contaminado por el vertido deliberado de crudo en el Golfo Pérsico.
  • Desertificación acelerada y pérdida de biodiversidad.

Estimación. Esta guerra es considerada uno de los desastres ecológicos más graves del siglo XX provocados por el hombre.

Guerra de Afganistán (2001-2021)

  • Gran parte del país quedó contaminada por desechos militares, municiones sin detonar y quema de materiales tóxicos.
  • Deforestación masiva por uso de leña para combustible ante la falta de infraestructuras energéticas funcionales.
  • Intensificación de la pobreza energética tras los bombardeos, llevando a las comunidades a explotar los recursos naturales de forma insostenible.
  • Las operaciones aéreas aliadas, que eran constantes, implicaron un altísimo uso de combustibles fósiles.

Consecuencias de los conflictos para el medio ambiente

Existen una serie de consecuencias para el clima que comparten casi todos los conflictos armados:

  • Incremento masivo de emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Destrucción de sumideros naturales de carbono (bosques, humedales).
  • Pérdida de biodiversidad y hábitats naturales.
  • Contaminación duradera de suelos, aguas y aire.
  • Uso de armamento que contamina durante décadas (como uranio empobrecido).
  • Reconstrucción posterior con materiales de alta huella de carbono (cemento, acero, maquinaria pesada).

Seguridad climática: una urgencia global en tiempos de guerra

Parece más que demostrado hoy en día que ningún país está a salvo del cambio climático. Según un estudio del Imperial College, más de 570.000 personas murieron en las últimas dos décadas por causas relacionadas con el clima.

Aunque ya existen proyectos (y concienciación) al respecto, los países que lideran el gasto militar global deberían rendir cuentas también de su huella climática militar, tal como lo exigen otros sectores.

La doctrina de defensa del siglo XXI debe evolucionar hacia una seguridad climática integral, donde se evite no solo el conflicto humano, sino también el conflicto con la naturaleza.