Los accidentes de tráfico siguen siendo desgraciadamente una causa de mortalidad muy común, pero lo que no es tan habitual es que golpeen a una misma familia en varias ocasiones como le ha ocurrido a los Mera, procedentes de Badajoz.
Según informa el diario Hoy, esta familia, muy conocida y querida en la ciudad extremeña, ha perdido en la carretera a dos de sus miembros en un plazo de seis años. Primero, la de la mayor de sus tres hijas, Sofía, quien falleció a los 35 años en un trágico accidente de coche que tuvo lugar en el verano de 2016 en el kilómetro 83.600 de la carretera EX206 (Medellín-Santa Eulalia), donde el Alfa Romero que conducía en un viaje de regreso a Badajoz colisionó frontalmente con un Renault Megane, conducido por una mujer de 43 años que resultó herida. Y después, la del padre de la familia, Francisco Mera, quien el pasado 29 de septiembre perdió la vida a los 69 años de edad al chocar con su moto con otro motorista en la avenida Reina Sofía de Badajoz. Francisco salió disparado hasta impactar con una palmera, lo que terminó provocando su fatal desenlace, mientras que el otro motorista resultó herido de menor gravedad en las piernas.
Siguiendo la información del citado medio, Sofía dejó a un hijo de corta edad y en el momento de su fallecimiento trabajaba en el instituto público Luis Chamizo de Don Benito, donde su muerte causó una gran conmoción. De hecho, meses después se inició una campaña que quería honrar su memoria poniendo su nombre al futuro colegio del Cerro de Badajoz como recuerdo a una profesional que representaba a todos los profesores que viajan a diario para ejercer su trabajo en la enseñanza. Querían que así fuera "en honor al colectivo de docentes que recorren nuestras carreteras para impartir la educación por todos los rincones de Extremadura y especialmente en honor a Sofía Mera, que dio su vida haciendo lo que más le gustaba, ser maestra".
Por otra parte, el citado medio señala que Francisco también era muy conocido en Badajoz por la facilidad para el trato, de la que hacía gala en su trabajo en el sector de la odontología. Tenía un laboratorio y una clínica dental, en la que había un taller especializado en prótesis para ortodoncias, después de haber tenido su primer local en una calle del casco antiguo y de abrir posteriormente otro en la barriada de la estación. Lamentablemente, su vida se ha visto truncada por un accidente de tráfico, al igual que le pasó a su hija hace seis años, en dos tragedias que además de sacudir a su propia familia, han estremecido a la ciudad de Badajoz.