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España, entre los países europeos con mayor brecha entre la fecundidad deseada y la lograda

Según un estudio, que muestra que la principal razón que achacan las mujeres a esta brecha es la inestabilidad laboral y económica.

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Consulta médica.
Consulta médica.

"¿Por qué las mujeres no tienen todos los hijos que dicen querer tener?". Esta pregunta da título a un estudio del Observatorio Social de la Fundación "la Caixa", que ha concluido que España tiene una de las mayores brechas de toda Europa entre la fecundidad deseada y la fecundidad lograda.

El estudio pone de relieve que, en todas las franjas de edad, las mujeres españolas manifiestan su deseo de tener o de haber tenido dos hijos. Sin embargo, nuestro país registra una de las tasas de fecundidad más bajas del mundo, 1,3 hijos por fémina, y la edad media de las españolas en el nacimiento del primer hijo también se encuentra entre las más altas a nivel internacional (30,9 años, una edad que dentro de la UE solo es superada por Italia, con 31,1).

En esta línea, alrededor del 35 % de las mujeres que han superado la edad reproductiva óptima querría haber tenido más descendencia y aproximadamente el 19 % de más de 45 años no tiene hijos. Este último porcentaje está por encima de la media europea y solo por debajo de países como Italia, Reino Unido y Países Bajos, que se acercan más al 20 %.

Los factores que explican esta brecha

Las dificultades para alcanzar la estabilidad en distintas esferas de la vida, marcharse del domicilio de los padres, encontrar un empleo digno y formar una pareja estable, son los factores más determinantes que explican esta brecha entre fecundidad deseada y fecundidad lograda.

 

Las condiciones económicas destacan especialmente cuando se pregunta a las mujeres cuál es la principal razón por la que no han cumplido sus planes de fecundidad. Por tanto, la demora a la hora de formar una familia refleja el aumento de la precariedad que están sufriendo las generaciones más jóvenes. De hecho, el paro juvenil y el porcentaje de trabajo temporal en España están entre los más altos de Europa y esta  inestabilidad no solo afecta a los adultos que poseen una menor formación, sino también a aquellos con estudios universitarios, que tardan en encontrar un trabajo que esté a la altura de sus expectativas.

Políticas de apoyo a la natalidad

El estudio también subraya que la baja fecundidad tiene importantes implicaciones políticas, entre las que destaca el impacto negativo en la sostenibilidad del estado del bienestar.

En este sentido, señala que a las parejas les resulta difícil conseguir que todo esté encaminado antes de tener hijos. No obstante, apunta  que las políticas con las que se ha intentado aumentar la fecundidad – a través de transferencias de efectivo a corto plazo – no han tenido éxito y solo han afectado de forma temporal al momento en que se han producido los nacimientos.

Para favorecer la fecundidad, el informe propone además los siguientes "ingredientes básicos": cambios en la conciliación entre vida laboral y familiar, mejoras en el mercado laboral, y la dedicación de más tiempo por parte de los hombres a tareas domésticas para reducir la "segunda jornada laboral" que les espera a muchas mujeres al llegar a casa tras el trabajo.

El estudio ha estado a cargo de Alícia Adserà, profesora e investigadora en la School of Public and International Affairs de la Universidad de Princeton, y de Mariona Lozano, del Centro de Estudios Demográficos y forma parte del dosier Estado del bienestar, ciclo vital y demografía, del Observatorio Social de la Fundación "la Caixa".