La enfermedad eclipsada por la Covid-19 que mata a una persona cada 22 segundos

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La pandemia de la Covid-19 ha colapsado los sistemas sanitarios de todo el mundo y ha eclipsado la atención al resto de las enfermedades. Una de ellas es la tuberculosis, que al contrario de lo que muchos creen no se ha erradicado y es la enfermedad infecciosa que más muertes causa al año a nivel mundial, pese a llevar siglos amenazando a la humanidad.

La tuberculosis está provocada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis (M.tb), y afecta sobre todo a los pulmones. Su modo de transmisión es por vía aérea y el contagio se produce por la inhalación de microgotas cargadas con el patógeno, expulsadas por personas enfermas al toser, estornudar o simplemente al hablar. Se estima que mata a una persona cada 22 segundos y, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 10 millones de personas enfermaron de tuberculosis en 2019 y causó la muerte de 1,4 millones de ellas.

La Covid-19 superó estas cifras en 2020, acabando con la vida de 1,8 millones de personas en todo el mundo. Y también puso en riesgo la "Estrategia Fin de la Tuberculosis" de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Consorcio Stop TB prevé que hará empeorar los datos de esta enfermedad, como advirtieron desde The Conversation el pasado mes de enero.

"La pandemia de la covid-19 y las medidas para controlarla amenazan seriamente la 'Estrategia Fin de la Tuberculosis' de la OMS. Como 'Stop TB' (Tuberculosis) advierte, si debido a la pandemia de coronavirus se ignora la lucha contra la tuberculosis, como ya ocurrió en el pasado, se echará a perder media década de progreso contra la infección más mortal que aflige a la humanidad", alertaba el citado medio.

La interacción de ambas enfermedades está bajo el punto de mira

El pasado mes de julio, The Conversation publicó un nuevo artículo sobre la tuberculosis y su interacción con el SARS-CoV-2, la cual señalaba que "se encuentra bajo estricto escrutinio de la comunidad médica y científica".

"No solo porque comparten un grave impacto en la salud global, sino también porque sus similitudes han hecho saltar las alarmas ante la posibilidad de encontrarnos ante un nuevo 'dúo maldito'", indicaba haciendo alusión al término acuñado a principios de los noventa para la coinfección de la tuberculosis y el VIH.

Entre las similitudes entre la Covid-19 y la tuberculosis, citaba que ambas son enfermedades infecciosas de transmisión aérea, que afectan mayoritariamente al sistema respiratorio y que comparten los mismos síntomas: tos, fiebre y disnea. "Esto dificulta inicialmente el diagnóstico diferencial, especialmente en países con alta incidencia de tuberculosis".

A esto añadía que, en estos países, los test que se utilizaban para detectar la bacteria Mycobacterium tuberculosis se destinaron a la identificación del Covid-19, que los programas de cribado de tuberculosis se paralizaron por la derivación de recursos y que, como consecuencia y según modelos de la OMS, se originó una infranotificación de entre el 25-50% de casos globales de tuberculosis. "Tomando estos y otros factores como indicadores, la OMS estima que ha habido un aumento de 200.000 a 400.000 muertes por tuberculosis asociadas a la pandemia".

Este segundo artículo de The Conversation también abordaba que la coinfección por SARS-CoV-2 y M.tuberculosis es un enigma que aún está por dilucidar, y concluía lanzando este aviso:

"Las lecciones aprendidas durante décadas de lucha contra la tuberculosis han sido clave para coordinar sistemas de control de la covid-19. Ahora también es momento de aprovechar las sinergias, y aplicar los avances científicos logrados durante estos meses para impulsar los esfuerzos en la erradicación de la tuberculosis".