Es un hecho, las mascarillas mas seguras, conocidas a nivel internacional como PPE, de las que forman parte las FP2 y las N95, escasean. La demanda es demasiado alta en todo el mundo. Son las que nos protegen del Covid frentre a los "contagiadores" y evitan al mismo tiempo que nos contagiemos.
Pero las más importantes son las N95, llamadas así por su capacidad para filtrar el 95% de las partículas del ambiente mediante el uso de electricidad estática, frente al 92% de la FP2. Estamos hablando de suministros críticos no recomendables para el uso del público en general, sino para determinados colectivos. Van muy ajustadas a la cara, y han de ser reservadas para los trabajadores de salud, equipos de primeros auxilios del Ejército, Policía, etcétera, por que son quienes reciben mayor carga viral. No son precisamente cómodas, pero sí muy necesarias para los profesionales.
Las fibras con las que son realizadas han de cumplir con el denominado estándar N95 que impide que se filtren los virus. Un científico ha utilizado una máquina de hilo de azúcar de las que se usan en las Ferias de pueblo y en las verbenas para desarrollar a partir de botellas y bolsas de plástico un material que funciona perfectamente para fabricar estas mascarillas. Lo publica el Daily Mail que recoge informaciones del artículo científico publicado por el doctor Mahesh Bandi de la universidad de Okinawa en la revista Proceedings of the Royal Society A: Mathematical and Physical Sciences.
Según el Doctor Bandi, la máquina circular de algodón de azúcar posee la potencialidad de fabricar mascarillas del estándar N95 sin recurrir a la costosa producción de propileno no tejido producido a través de un proceso altamente especializado, el soplado en fusión. Las mascarillas de este tipo pueden filtrar incluso los llamados aerosoles, partículas de saliva con virus suspendidas en el espacio durante largo tiempo, especialmente en los lugares cerrados. Son las que utilizaban pintores y otros trabajadores para no inhalar productos tóxicos.
La solución entraría dentro de la cultura del reciclaje y sería perfectamente sostenible. Se deshechan millones de botellas de plástico muy contaminantes en todo el mundo. A veces las soluciones más complejas no son las más caras.
Afirma el Doctor Bandi que para fabricar mascarillas, al alimentar la máquina de algodón de azúcar con un polímero plástico en lugar de azúcar, se puede producir efectivamente una malla cargada de tejido comprimido que es impermeable a las partículas de coronavirus para las mascarillas. Este material es mejor para filtrar virus y otras partículas diminutas que las máscaras de tela estándar. Es el principio básico de las mascarillas N95.
Solo los respiradores que cumplen con N95 están garantizados para proteger por completo contra el SARS-CoV-2, el virus que causa el Covid-19.
Hay que recordar que los vertidos de plástico causan un enorme daño en el medio ambiente. Se calcula que el 9% de todo el plástico que hemos producido y consumido hasta la actualidad a nivel mundial se ha reciclado, el 12% solo se quema. Y el 79% restante termina en vertederos o en el medio ambiente, en el mar, donde causa gravísimos daños a las especies marítimas. Provoca la muerte de animales. La idea del doctor Bandi, de llevarse a cabo y ser factible, serviría para salvar vidas en lugar de originar la muerte a largo plazo de la vida en nuestro planeta.