¿Por qué nuestro cuerpo reacciona como lo hace y temblamos o tiritamos de frío?

La doctora Débora Nuevo Ejeda nos explica a qué se deben los temblores por el frío, por qué se nos ponen los labios morados o la piel de gallina.

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¿Por qué nuestro cuerpo reacciona como lo hace y temblamos o tiritamos de frío? @wayhomestudio
¿Por qué nuestro cuerpo reacciona como lo hace y temblamos o tiritamos de frío? @wayhomestudio

¿Por qué nuestro cuerpo reacciona como lo hace y temblamos o tiritamos de frío?¿Qué parte de nuestro cuerpo es la responsable? Ahora que ha empezado el frío seguro que es una cosa que empieza a pasarnos, y algo que podemos preguntarnos.   

Para saber el porqué preguntamos a la doctora Débora Nuevo Ejeda, del servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario de Madrid, quien explica que los temblores por el frío son contracciones involuntarias de los músculos, y cuya finalidad es la de incrementar el calor metabólico, para compensar las temperaturas externas bajas.   

"El hipotálamo actúa como termostato del organismo, y a través del sistema nervioso simpático activa la contracción rápida e involuntaria de los músculos lo que genera calor", detalla esta especialista, al tiempo que señala que se trata de movimientos que no podemos controlar por nosotros mismos, porque son movimientos totalmente involuntarios, como todos los mediados por el sistema nervioso simpático.

Igualmente, indica que en los momentos de frío el cuerpo intenta mantener el calor y el flujo sanguíneo en el centro del cuerpo donde se encuentran los órganos vitales, por eso pueden ponerse los labios morados si tenemos mucho frío.

"Los vasos de las zonas más periféricas como las extremidades, más concretamente los dedos de las manos y de los pies, y con funciones no imprescindibles como los labios, se constriñen (vasoconstricción) para concentrar la sangre, y el oxígeno en las zonas centrales del cuerpo que sí tienen funciones vitales. El color morado es un reflejo de la escasez de flujo y de oxígeno en estas zonas", aclara.

A su vez, habla de la piel de gallina, un fenómeno que se produce por una contracción de los músculos erectores del pelo, lo que se denomina 'piloerección': "Es, en realidad, un vestigio ancestral (dada la escasa cantidad actual de pelo que posee el ser humano en líneas generales), y que también presentan muchos mamíferos. La contracción y erección del pelo crea una capa de aire, que actúa de aislamiento frente al frío".

Qué zonas del cuerpo debemos abrigar prioritariamente

Aunque de inicio ese estremecimiento, temblores o tiritonas son un mecanismo de defensa frente al frío, según manifiesta la doctora Débora Nuevo Ejeda, representan igualmente un dato de alarma de que las temperaturas externas son demasiado bajas para un correcto funcionamiento del organismo. "Por ello, debemos procurar abrigarnos principalmente las zonas del cuerpo por las que más calor se pierde: por la cabeza, por las manos, y por los pies", agrega.

A juicio de esta especialista en Medicina Interna es también importante el evitar la humedad, y mantener nuestra ropa seca en este tipo de situaciones. "En el agua, la pérdida de calor es 500 veces mayor. Tomar bebidas y alimentos templados, en pocas cantidades y de manera frecuente, también es aconsejable. La cafeína y el calor, al contrario de lo que se cree, no son recomendables para paliar los efectos del frío porque paradójicamente favorecen la pérdida de calor", avisa.

Con ello, las señales de que estamos sufriendo un frío excesivo o hipotermia, según prosigue esta experta son:  

  • Temblores.  
  • Cianosis distal: labios y dedos morados.   
  • Entumecimiento de extremidades.   
  • Torpeza motora.   
  • Confusión.   
  • Incremento de la tensión arterial.

"El frío sobre nuestro cuerpo puede favorecer un incremento de la tensión arterial; mayor riego de enfermedades cardiovasculares como los infartos; broncoespasmos y aumentos de crisis asmáticas; lesiones cutáneas por el frío; así como un mayor riesgo de infecciones porque el sistema inmune trabaja peor a bajas temperaturas", constata la doctora Débora Nuevo Ejeda, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario de Madrid.

Habla también de una mayor somnolencia o necesidad de dormir, al tiempo que recuerda que se necesita una mayor ingesta calórica para mantener la temperatura corporal, o lo que es lo mismo, el hecho de que quemamos más calorías con el frío. "¡Pero el frío también tiene un efecto antiinflamatorio, y favorece el control de las hemorragias y disminuye la sensación de dolor", sentencia la doctora.