El municipio onubense de Cartaya está de luto por el fallecimiento de tres jóvenes vecinos, cuyos cuerpos fueron hallados este lunes en el interior de un vehículo hundido en un canal del término municipal.
Las víctimas, identificadas como Braulio P., Jesús C. y Cristian G., de entre 26 y 27 años, viajaban en un BMW Serie 3 de 1999 que se salió de la carretera HU-3401, conocida como la vía de Tariquejos, y cayó bocabajo al canal del Piedras, donde fue arrastrado por la corriente más de 200 metros hasta una zona de vegetación baja llamada Valdeflores, al norte de Catarya. Así lo indica El Español, que ha aportado información tanto de los avances de la investigación que está llevando a cabo la Guardia Civil como de los tres jóvenes fallecidos.
En cuanto a la investigación, señala, citando a fuentes del Instituto Armado, que los primeros indicios apuntan a que el vehículo "circulaba muy rápido". De hecho, hay marcas de neumáticos en el asfalto que evidencian que el conductor perdió el control del volante y, además, el quitamiedos metálico estaba arrancado de cuajo.
No obstante, los investigadores no descartan que un segundo vehículo pudiera haber estado directamente involucrado en el siniestro o haber generado una situación de tensión o huida. "No hay cámaras de seguridad en el tramo donde ocurrió el accidente, pero sí se han recogido restos metálicos que no se corresponden con el BMW siniestrado".
Los tres fallecidos tenían antecedentes penales
Según ha podido confirmar el citado diario con el testimonio recabado de las mismas fuentes policiales, los tres jóvenes fallecidos tenían antecedentes penales por robo con fuerza y uno de ellos incluso había estado recientemente involucrado en una denuncia por la sustracción de material agrícola en una finca cercana.
"A pesar de ello, agentes de la Guardia Civil han querido dejar claro que la investigación no vincula de forma directa sus antecedentes con el accidente. Las pesquisas se centran por ahora en las circunstancias mecánicas y contextuales del siniestro vial".
En cuanto al vehículo, señala que pertenecía a Cristian G. desde octubre de 2024 y que, aunque había pasado su última ITV el pasado mes de enero, no solo estaba fuera de plazo, sino que acumulaba cinco inspecciones técnicas desfavorables desde 2016, con defectos graves en la dirección, el alumbrado y los frenos. Además, era un coche desgastado, que había cambiado de manos al menos diez veces, contabilizaba más de 423.000 kilómetros y carecía de garantías técnicas plenas.
"No eran unos santos, pero tampoco merecían esto"
Siguiendo la información de El Español, en Cartaya se respira un ambiente denso, con los vecinos divididos entre la tristeza y el recelo. "No eran unos santos, pero tampoco merecían esto", dice un joven que los conocía desde el colegio. Otros, en cambio, insinúan que algo raro pasó esa noche…
"La investigación podría prolongarse varios días. La Guardia Civil mantiene abiertas todas las hipótesis, aunque el foco —por ahora— está en el exceso de velocidad como causa directa. Los informes mecánicos y las autopsias podrían cerrar el círculo o, al contrario, abrir nuevas preguntas", concluye el diario.