La crisis política de Israel pone en peligro el liderazgo tecnológico el país

Una controvertida reforma legal impulsada por el ejecutivo hebreo amenaza a las más de 4.000 compañías tecnológicas del país, que representa más del 15% de su PIB.

Pedro Fernaud

Periodista

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Desarrollo tecnológico de Israel.
Desarrollo tecnológico de Israel.

Israel está en crisis. Una reforma legal amenaza con debilitar, cuando no deteriorar, su posición de liderazgo en el ámbito tecnológico.

El país hebreo cuenta con más de 4.000 compañías tecnológicas, que representa más del 15% del PIB del país. Según la Autoridad de Innovación de Israel, el 54% de exportaciones del país hebreo provienen de la alta tecnología. Además, Israel es el tercer país del mundo con más compañías cotizadas en el Nasdaq, el índice bursátil estadounidense de empresas tecnológicas y destina el 4,9% del Producto Interior Bruto (PIB) a I+D (Investigación más Desarrollo) de su sector tecnológico.

La reforma político-jurídica que ha encendido el malestar 

Con esas coordenadas, es más sencillo comprender la dimensión del riesgo que ha generado la reforma legal desarrollada por el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu, que volvió a liderar el país en diciembre de 2022 con el apoyo de una serie de formaciones políticas ultraortodoxas.

El núcleo de la reforma pretende aminorar el poder de la Corte Suprema y otorgar a los políticos mayor margen de decisión para la designación de jueces. Los críticos de esa reforma afirman que estos cambios, llamados a restar independencia al poder judicial (que a día de hoy ejerce como una suerte de contrapeso político que legisla en favor de los derechos de las minorías) terminarían con los 75 años de historia del poder judicial como una institución separada del gobierno y, lo que es más relevante, fuera del control del partido político gobernante en ese momento.

El caso es que Israel no posee una Constitución escrita y en su lugar se legislaron una serie de leyes básicas que diseñan la estructura del Estado y velan por los derechos de los ciudadanos y las minorías. En los años 90, el vacío constitucional israelí fue remozado a través del activismo judicial de la Corte Suprema, que desarrolló, en cierto sentido, un proceso de judicialización de la política y aplicó su autoridad para limitar las acciones de gobierno y las legislaciones que registraba como contrarias al Estado legal vigente.

Ante esta reforma legal, que se encuentra en trámite parlamentario, y que compromete el marco jurídico que vertebra y estimula el sector tecnológico y económico de Israel, se ha articulado una serie de protestas ciudadanas en la calle durante más de tres meses seguidos, de manera semanal. La última de ellas, el pasado jueves, cuando miles de personas volvieron a salir a las calles en Tel Aviv y Haifa contra la polémica reforma judicial. La razón de ser de las protestas de los sectores de la tecnología y de las finanzas del país hebreo es que temen verse perjudicados por una deserción de inversores, lo que representaría un importante varapalo para la economía. De hecho, las protestas ciudadanas han sido alentadas y coordinadas en muchos casos por empresarios e inversores tecnológicos israelíes mediante grupos de whatsapp, según detallan en la web TechCrunch.

Elementos que dimensión la cohesión y fortaleza de las protestas tecnológicas

Grupos como Democratech.net han reforzado y avivado el movimiento de protesta, al tiempo que exponían con mayor claridad y pedagogía las preocupaciones de la industria tecnológica ante esta situación.

El objetivo de estas protestas se ha centrado no sólo en cuestionar las propuestas judiciales, sino también en presionar a los legisladores que las impulsaron. Ami Dror, fundadora de BriBooks.com, ejemplifica hasta qué punto están poniendo sus capacidades tecnológicas para apremiar a los impulsores de esta reforma para cambiar su apoyo a la misma: “Estábamos rastreando la ubicación de los parlamentarios para presionarles en persona. Por ejemplo, si localizamos a un parlamentario en Tel Aviv cenando, inmediatamente enviamos a la gente a protestar frente a ese restaurante. Se trata de una llamada inmediata e instantánea a la protesta”.

Dror Sal'ee, uno de los empresarios de referencia del tejido tecnológico israelí, detalla que ese movimiento de protesta de alta tecnología de Israel está extraordinariamente bien organizado: “Los manifestantes tienen un equipo de medios, otro de logística, así como un equipo estratégico, de vídeos, así hasta completar casi docenas de equipos diferentes”.

Los manifestantes de la industria tecnológica ubicaron la réplica de una locomotora en medio de Tel Aviv, adornada con carteles que expresaban: 'La alta tecnología es la locomotora de la economía israelí y la democracia es su combustible”

Tal y como se analiza por parte de la Fundación Faes, existen varios factores que explican la dimensión e importancia que han cobrado esas protestas multitudinarias, que se han visto estimuladas por fuertes críticas internacionales, sobre todo desde el ámbito de los estados Unidos y la Unión Europea. Ese clima de descontento y censura interna y externa a las acciones del gobierno de Netanyahu en ese capítulo, sumadas a un clima de inestabilidad que debilita el valor de la moneda nacional -séquel-, así como el retiro de capitales y las amenazas en el área de la seguridad interna e internacional, han fortalecido las protestas y creado coaliciones entre sectores que parecían irreconciliables hasta hace poco.

Una imagen compendia el porqué del enorme eco que han encontrado las protestas en el tejido social israelí: los manifestantes de la industria tecnológica ubicaron la réplica de una locomotora en medio de Tel Aviv, adornada con carteles que expresaban: “La alta tecnología es la locomotora de la economía israelí y la democracia es su combustible”.

La respuesta de Netanyahu 

Las protestas han llevado al país al borde del colapso: cientos de miles de personas se congregan en las principales ciudades israelíes, así como frente a la Knesset (órgano unicameral que ostenta el poder legislativo del Estado de Israel)  y las casas de los políticos en Jerusalén. Para sofocar a los manifestantes, la policía israelí utiliza granadas aturdidoras o cañones de agua para dispersarlos.

Como relata la BBC, el enfado de la ciudadanía israelí por esa reforma judicial se tradujo en escenas como estas: neumáticos derretidos por llamas en la carretera principal de Tel Aviv, médicos que abandonaban los hospitales o el hecho de que el principal aeropuerto de Israel permaneciera cerrado.

Ante esa situación de emergencia nacional, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció que congelaría los cambios judiciales hasta la próxima sesión del parlamento y afirmó que "extendería la mano" para un "compromiso" y "diálogo" con los opositores parlamentarios. Para darle más dramatismo a su intervención, Netanyahu comparó su posición con la del Rey Salomón en el famoso pasaje bíblico en el que el monarca hebreo tuvo que impartir justicia ante dos mujeres que reclamaban la maternidad de un mismo bebé. Netanyahu continuó con su metáfora: así como una madre no estaba dispuesta a ver que el rey Salomón cortara a su bebé en dos, él tampoco estaba dispuesto, expresó, a dividir al país.

No obstante, muchos de los críticos del mandatario israelí apuntan que el primer ministro tuvo meses para diluir o detener las cuestionadas reformas que inició en su momento. Además, algunos de esos sectores críticos relacionan la reforma con el juicio a Netanyahu, acusado de soborno, fraude y abuso de confianza. El dirigente israelí, por su parte, niega estas acusaciones y cualquier relación entre la reforma y su proceso judicial.

Claves de desarrollo israelí como segunda potencia tecnológica

En resumen, los cambios judiciales le habrían otorgado al gobierno control íntegro sobre el comité que designa a los jueces y, en último término, despojaría a la Corte Suprema de poderes esenciales para anular la legislación que considere efectivamente inconstitucional.

Con la decisión de Netanyahu de paralizar la reforma, se abre un tenso compás de espera. Lo que es seguro es que su proyecto de modificación judicial ha polarizado al país y ha devaluado la moneda nacional, el séquel, que ha caído un 7% con el dólar desde que estalló la crisis. Un dato ilustra los riesgos de esta incertidumbre económica: Eynat Guez, cofundadora y directora ejecutiva de la startup Papaya Global (que ha generado ingresos por valor de 444,5 millones de dólares de su fundación), ha declarado públicamente que, en caso de hacerse realidad la reforma judicial, retiraría los fondos de inversión de su empresa de Israel.

El caso es que el sector tecnológico es un factor de cohesión social y prosperidad económica de primer orden para Israel. La nación hebrea, integrada por nueve millones de habitantes, alberga un ingente número de empresas innovadoras y exitosas en campos como la ciberseguridad, la inteligencia artificial, la biotecnología y la robótica. Un ejemplo muy relevante de la pujanza de ese ecosistema de startups es Waze (una herramienta de navegación social para coches de particulares, que actualiza detalles como el estado del tráfico o la situación de las carreteras gracias a los aportes de su comunidad de usuarios), que fue vendida en su momento a Google por 1.000 millones de dólares.

Tal y como explica Igor de la Sota, socio fundador de la firma Cardumen Capital, a la web Capital, el estado israelí “alumbra” cada año “más de 1.000 startups” de corte tecnológico. Es uno de los ecosistemas más potentes a nivel mundial de alta tecnología. Es de difícil acceso, y muy diferencial a la hora de invertir”.

Las claves de ese éxito descansan en cinco pilares: una fuerte cultura innovadora (avivada por la falta de recursos naturales del país); un sistema educativo que realza la ciencia y la tecnología desde la educación primaria hasta la universidad; el apoyo del gobierno (por lo menos, hasta ahora), que se traduce en un conjunto de programas de estímulo de la innovación y emprendimiento, que incluye incentivos fiscales y financiación para las startups (las autoridades israelíes ofrecen en este 2023 una financiación de hasta el 85% de los proyectos digitales a informáticos extranjeros con un visado especial de 24 meses; el país hebreo ha calculado que necesita 33.000 expertos en nuevas tecnologías para dinamizar su tejido tecnológico, según pormenoriza el Periódico de Cataluña); inversión extranjera (muchas empresas tecnológicas de Estados Unidos se han establecido en Israel para aprovechar la cultura de innovación y el talento local); así como la colaboración con el ejército (la mayoría de los líderes tecnológicos israelíes tienen antecedentes militares; en Israel el servicio militar es obligatorio: los hombres, tanto judíos como drusos y beduinos, desarrollan un servicio militar de 32 meses y las mujeres un servicio de 24 meses;  ambos con la posibilidad de ser contratados, si es que el ejército los requiere, por un periodo de unos años o de por vida. El caso es que el ejército israelí ha sido pionero en tecnología de defensa y esta colaboración ha ayudado a impulsar la innovación en áreas como la ciberseguridad y la inteligencia artificial).

No en vano, Israel en general y Tel Aviv en particular se han ganado el apodo de 'Silicon Wadi', un término utilizado para referir su posición referencial como centro de alta tecnología a escuela planetaria, similar a la que representa Silicon Valley en California, Estados Unidos. La palabra "wadi" significa "valle" en árabe, y hace referencia a la topografía de la región, que se encuentra en una zona de valles y montañas.

En Silicon Wadi se encuentran algunas de las empresas de tecnología más relevantes del mundo, como Intel, Microsoft, Apple, Google o Amazon, así como muchas otras empresas de alta tecnología y start-ups. La región es conocida por su ecosistema empresarial vibrante, su innovación permanente y su capacidad para atraer inversores y talentos de todo el mundo.

En los próximos meses, sabremos si se siguen dando las condiciones idóneas para preservar este ecosistema tan productivo y lucrativo. En las manos de Benjamín Netanyahu y sus socios de gobierno está la respuesta.