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Gran chasco para Cádiz: el hallazgo arqueológico del templo de Melkart es solo un error de Software

Schliemann no contaba con alta tecnología y encontró Troya. En Cádiz un error tecnológico de bulto les ha aguado la fiesta a los investigadores que afirmaban haber descubierto el templo del dios Melkart, el Hércules gaditano.

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Estatuilla votivas del templo de Hércules Gaditano , Melkart, hallada en el entorno de Sancti Petri.
Estatuilla votivas del templo de Hércules Gaditano , Melkart, hallada en el entorno de Sancti Petri.

Heinrich Schliemann, a quien Indro Montanelli describió como  una de las personas que vivió una vida más plena de la historia de la humanidad, no contaba con ordenadores, ni aviones, ni computadores. En el siglo XIX con la ayuda de la intuición, sus conocimientos de griego y la perseverancia consiguió lo que parecía imposible. Demostrar que una leyenda era realidad. Excavó el supuesto emplazamiento de Troya en  Hisarlik, Turquía;  y  otros yacimientos homéricos como Micenas, Tirinto y Orcómeno, y convirtió en realidad su sueño de infancia. 

Como el famoso arqueólogo alemán debieron de sentirse los portavoces de la Universidad de Sevilla y el  Centro de Arqueología Subacuática del IAHP, al creer que habían encontrado en aguas de la Bahía de Cádiz, a través de fotos aéreas con las que se obtuvieron  modelos digitales del terreno que podría ser el Templo de Melkart. ¿Qué es el templo de Melkart? En el siglo I a. C. el Geógrafo e historiador griego Estrabón contaba en su obra Geografía que los Tirios fundaron la ciudad de Gadeira, donde erigieron un santuario en honor del Dios Melkart, a quienes los griegos y romanos identificaron  con Hércules. Se sitúa temporalmente la construcción del tempo unos ochenta años después de la Guerra de Troya, allá por el siglo XII A.C. 

Los equipos de investigación anteriormente mencionados defendían que los restos de Melkart podrían estar bajo el agua, en la desembocadura del Caño de Sancti Petri, entre San Fernando y Chiclana. Y así lo anunciaron a bombo y platillo a mediados de diciembre  El chasco ha sido mayúsculo. Se puede ver el anuncio en el vídeo que acompaña a estas líneas, fechado el 15 de diciembre, la ilusión que pusieron las personas que anunciaron este descubrimiento que ha resultado ser falso. 

 

Según informa El Diario de Cádiz, los datos que difundió  Universidad de Sevilla y el CAS del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico sobre un edificio de 150 metros de ancho por más de 300 metros de largo, una especie de estructura portuaria con amarraderos, a unos 3 0 5 metros de profundidad, son erroneos.   

¿Qué es la tecnología Lidar y por qué  ha fallado aquí? ¿Y por qué se anunció un hallazgo que ha resultado falso tan precipitadamente?

Concretamente, la tecnología Lidar que se utilizó con información procedente del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y dio lugar a la  noticia y a la rueda de prensa en la que se habló del hallazgo “muestra una plataforma de 150 por 200 metros a 63 centímetros sobre el agua, y no bajo el agua, por lo que no existe”.   

El cartógrafo Kiko Sánchez Díaz, experto en la tecnología Lidar, cuyas letras responden a LiDAR, o detección y alcance de luz (de sus siglas en inglés Light Detection and Ranging), es ex trabajador del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (que ha respaldado esta investigación de la USE),  y ha comprobado junto a compañeros de la Universidad de Cádiz y de Córdoba, implicadas ambas en esta búsqueda, que la tecnología Lidar en el agua ha fallado.

Así explica al Diario de Cádiz que "Lidar es un sistema láser aéreo que envía  pulsos de luz y mide el rebote en el terreno y, de este modo, la altura en los sitios, sacando un mapa automático de España”.  Y añade que  el software da error en algunas situaciones, por ejemplo si hay agua, y es lo que ha ocurrido aquí, que no se ha filtrado esta información”.  Así, afirma “se ha producido una interpolación del modelo digital porque el Lidar no sirve para el agua”. Es decir, “el software de interpolación ha generado un artefacto por falta de datos de entrada, pero allí no hay nada”.

Según informa el diario de Cádiz, se deduce que ha habido precipitación a la hora de comunicar el hallazgo: “los propios compañeros podrían haber venido al departamento de Geografía en la misma Universidad de Sevilla y le habríamos confirmado que no estaban en lo cierto”.  Y añade que la difusión de la noticia respondió  más “a una cuestión política que científica, pues se han saltado varios pasos”