Ciudades de 15 minutos: la corriente urbanística global en la que prima “la proximidad y la afectividad”

Metrópolis como París, Milán, Melbourne, Bogotá, Portland, Pontevedra o Barcelona se han adherido a esta corriente que no quiere "encerrar a nadie", como sostienen ciertos contenidos virales.

Pedro Fernaud

Periodista

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Una calle de París. Imagen de archivo.
Una calle de París. Imagen de archivo.

Metrópolis como París, Milán, Melbourne, Bogotá, Portland, Pontevedra o Barcelona se han adherido a esta corriente urbanística, que propone habilitar barrios con todos los servicios esenciales, como salud y alimentación, para favorecer trayectos de no más de 15 minutos; un modelo de ciudad más descentralizado, en el que prima “la proximidad, la afectividad, el contacto, la equidad y la redistribución”.

¿Cómo armonizar los avances y tecnología de las ciudades con la calidad de vida y la cercanía de los pueblos? Para responder a un reto de este calado, se ha articulado el movimiento "La ciudad de los 15 minutos" o ciudad del cuarto de hora. Se trata de un planeamiento urbanístico que propone que la mayoría de las necesidades y servicios de los ciudadanos puedan ser satisfechos a distancias caminables o, si vamos en bicicleta, en tiempos menores a 15 minutos.

La idea que centra este modelo es que todos los habitantes de una ciudad disfruten, de una manera accesible y cercana, de todos los servicios que necesitan a diario: desde tiendas esenciales, como de alimentos, ropa o calzado, a centros médicos. Una ecuación en la que también juegan un papel fundamental la presencia de espacios para estimular la salud de una manera preventiva, como polideportivos y parques, así como la educación, con colegios, institutos y centros culturales, y el esparcimiento y el bienestar personal y colectivo, con centros de ocio y toda clase de servicios públicos.

El concepto ha sido acuñado por Carlos Moreno (Tunja, Colombia, 1959), profesor de la Universidad de la Sorbona y urbanista, que ha velado por la aplicación de este modelo nada menos que en París, donde su alcaldesa, Anne Hidalgo, hizo de esa apuesta por una ciudad más habitable y sostenible uno de sus principales argumentos para revalidar su condición de regidora de la capital francesa en 2020, condición que desarrollará hasta 2026.

El propio Moreno explica, en una entrevista con RTVE, las motivaciones que hicieron surgir ese modelo: "Tú visitas muchas ciudades del mundo y ves que la proximidad desapareció. Nos vendieron que 'al que madruga Dios le ayuda', que es normal estar en un atasco, que te tires una hora o dos en un transporte, que no veas a tus hijos… Algo tan natural como la proximidad se diluyó y con ello se diluyó el tiempo útil de la gente".

"La ciudad de 15 minutos" y la pandemia

La pandemia de la Covid-19 nos puso en situación, en su primera fase, de padecer severos confinamientos. Ese cambio drástico en nuestras vidas nos puso frente un espejo para apreciar las claves de nuestro estilo de vida. Por un lado, aprendimos a valorar necesidades y placeres tan cotidianos como dar un paseo. También nos mostró el poco tiempo que, a veces, se dispone para compartir con los seres queridos, debido a jornadas prolongadas de trabajo y amplios desplazamientos a las oficinas o centros de trabajo. De repente, disfrutamos de ese tiempo. Se abría una opción para una convivencia más sostenida, con los retos que comporta lidiar más a menudo con sensibilidades que no son la nuestra.

"Se trata de que un polideportivo pueda representar varias funciones, al igual que los centros educativos e incluso los edificios administrativos, entre otras infraestructuras".

Por otro lado, ese tiempo de reflexión forzada nos puso en disposición de apreciar la importancia que representa el barrio donde vivimos, con esos vecinos con los que se pueden ir hilvanando relación, a partir de conversaciones cotidianas y amabilidad, donde te reconoces en el otro, más en aquellos momentos de aplauso para los sanitarios. O con ese tendero de confianza, un trato que se va fraguando en pequeños detalles, como ese día en el que te fía porque te faltan unos céntimos para adquirir esa pieza de fruta... Al tiempo, las empresas daban a muchas personas la oportunidad de explorar el teletrabajo. Como consecuencia de estas condiciones y de la reflexión interna derivadas de ellas, creció en muchos ciudadanos de medio planeta la necesidad de construir entornos más amigables y sostenibles. En esas coordenadas se enmarca el proyecto "La ciudad de los 15 minutos".

Cualidades del modelo de "La ciudad de 15 minutos"

Escudo Digital ha contactado con Marta Domínguez Pérez, socióloga urbana, directora de Gismat y coordinadora local del master Erasmus mundus 4cities, para contar con una voz autorizada que nos permite diseccionar las principales ventajas y desafíos que representa el modelo de "La ciudad en 15 minutos". En opinión de Domínguez, esta propuesta urbanística “resalta el valor de la cotidianeidad y la proximidad, la personalización, la afectividad, el contacto, la equidad de la redistribución, la mezcla, la seguridad, frente a la lejanía, la movilidad, la velocidad, la racionalidad, la objetividad, la compartimentación de espacios y la segregación y la inseguridad de la ciudad de Le Corbusier y la Carta de Atenas. El cambio de paradigma está presente y es algo bueno que creo que ha venido a quedarse”.

“Este movimiento facilita el contacto cotidiano en el espacio público; el trabajo en un ámbito próximo, las relaciones de proximidad, la afectividad, el contacto, la movilidad relativa y acortada en desplazamientos de menor distancia, así como la vida slow”, afirma la socióloga urbana Marta Domínguez.

Además, la directora de Gismat pone en valor la vertiente integradora del proyecto al “atender a necesidades que ya vienen siendo señaladas por muchos desde hace tiempo: desde la sociología urbana de Jane Jacobs, Gehl y otros autores ya clásicos, a la perspectiva de género de MacDowell, Butler, Massey etc, pasando por la sociología de la infancia con Tonucci o el derecho a la ciudad de Lefebvre”.

En esa sintonía, esta socióloga apunta que, “las ventajas de esta propuesta son varias: facilitar el contacto cotidiano en el espacio público; el trabajo en un ámbito próximo, las relaciones de proximidad, la afectividad, el contacto, la movilidad relativa y acortada (por una mejor calidad de vida y asociada al peatón y la bicicleta y el transporte público), en desplazamientos de menor distancia, así como la vida slow -(el movimiento slow es una corriente cultural que promueve calmar las actividades humanas. Propone tomar el control del tiempo en vez de someterse a su tiranía, dando prioridad a las actividades que redundan en el desarrollo de las personas)-, la conciliación para todos y la equidad. Valores que creo van en pos de una mejor sociedad y ciudad para todos”.    

Marta Domínguez.
Marta Domínguez Pérez, socióloga urbana.

Los retos de la aplicación de este modelo

Interpelada sobre las limitaciones que representa esta propuesta, la coordinadora local de Erasmus mundus 4cities indica la complejidad de aplicarlo. En esa línea, se pregunta “¿Qué hacemos con la ciudad tradicional? ¿Y con los grandes espacios industriales que la integran? ¿Qué hacemos con la ciudad segregada que se da en la actualidad? ¿Cómo la desmantelamos para construir pequeñas microciudades de 15 minutos integradas en una sola? ¿Qué hacemos con el pasado construido de las ciudades? ¿Qué ocurre con el pasado como inercia?  Por ejemplo, ¿qué pasa con quienes viven lejos de los espacios mejor dotados y experimentan las limitaciones de unos barrios que precisan nuevos y mejores equipamientos? Esas personas, a día de hoy, necesitan desplazarse a otros espacios para satisfacer sus necesidades". En suma: “¿Se acabarán las diferencias centros-periferias en sentido amplio? ¿para quién es la ciudad de los 15 minutos?”

Ejemplos inspiradores en algunas urbes

La cronotopía consiste en el máximo aprovechamiento de cada metro cuadrado construido. Es uno de los ejes de este modelo de ciudades, según detalla Carlos Moreno, el consejero urbanístico de París, al diario El Espectador: “muchos espacios sirven para una poca parte del tiempo diario. Su utilización es del 35 %. El resto permanecen vacíos”, comenta el también investigador de la Sorbona. El objetivo que guía el modelo de "La ciudad de 15 minutos" es que los lugares sean versátiles; olo que es lo mismo: que por ejemplo un polideportivo pueda representar varias funciones, al igual que los centros educativos e incluso los edificios administrativos, entre otras infraestructuras.

“La ciudad era una ciudad gris y 'enferma' (…) Vimos que la peatonalización era el camino para que avanzase, que la gente quería recuperar sus calles y sus plazas”, afirma Miguel Anxo Fernández Lores, alcalde de Pontevedra.

A la hora de señalar iniciativas que sean inspiradoras de este modelo, la directora de Gismat apunta “la experiencia de París, con la compra de edificios vacíos y alquiler a precios bajos a comercio de proximidad, me parece muy interesante. Así mismo, son reseñables la apuesta incondicional por la bicicleta y el espacio público de Barcelona y París. No hay que ver más que las calles parisinas al respecto, llenas de bicicletas. O también la medida de incentivar económicamente el desplazamiento en bicicleta al trabajo de París”.

En una entrevista en el diario El País, Carlos Moreno responde a los rumores que está generando su modelo respecto a limitar la libertad de movimientos de las personas. “Es un delirio decir que vamos a encerrar a los ciudadanos en su barrio”, recalca convencido. “Son locuras que expanden la ultraderecha, los antivacunas y los negacionistas climáticos. La ciudad de los 15 minutos es lo contrario, es que puedas moverte libremente por tu barrio a pie o en bici, y luego por toda la ciudad en bici o transporte público, que es el medio para conectar los barrios”.

A continuación, el consejero urbanístico de París pone varios ejemplos: Bogotá lo aplica con sus “barrios vitales”, que crean nuevo espacio público eliminando zonas transitables para los coches. Por su parte, Milán apuesta por las bicis y las peatonalizaciones, y Buenos Aires está implementando un desarrollo en el que cada vecindario disponga de mercados, espacios verdes y servicios sanitarios. En nuestro país, Pontevedra y su centro peatonal es la referencia que cita este urbanista como modelo ejemplar. “La gente puede visitar cualquiera de estas ciudades para comprobar lo que están haciendo, que dista mucho de encerrar a nadie”, sintetiza Moreno.

Pontevedra: con marchamo de ciudad de 15 minutos 

Conscientes del valor de referencia que juega la ciudad gallega, en Escudo Digital hemos contactado con la alcaldía de esta urbe, para conocer las líneas maestras de su proyecto. Su regidor, Miguel Anxo Fernández Lores, alcalde de la ciudad desde 1999, explica que cuando llegaron al cargo “Pontevedra era una ciudad gris y 'enferma' en aquel momento. Estaba estancada a todos los niveles, sin avances significativos durante años. La ciudad quería cambiar y nosotros, después de 12 años en la oposición y estudiar toda la bibliografía posible sobre urbanismo y movilidad urbana, vimos que la peatonalización era el camino para que avanzase, que la gente quería recuperar sus calles y sus plazas. Fue un proceso paulatino, fruto de muchos elementos y acciones”.

Miguel Fdez. Lores foto institucional
Miguel Anxo Fernández Lores, alcalde de Pontevedra.

Actualmente, el uso del vehículo privado en Pontevedra se ha restringido “con la idea de solo tener el tráfico necesario e imprescindible en diversas zonas, que, por cierto, es muy poco. Hablamos de reparto, de servicios, de carga y descarga, etc.” En ese marco ciudadano, los peatones son considerados “los protagonistas, el principal elemento en la calle. Los vehículos deben respetarlos, deben comprender su prioridad en todo momento. Y así lo han hecho. De todos modos, para nosotros es importante comprender que en las calles hay mucha más vida que la movilidad. En ellas hay que pasear, jugar, conversar, sentarse, comprar, enamorarse... más importante que los peatones son las personas”. También ponderan el uso de la bicicleta como “un medio de transporte más, ecológico y útil, que también debe tener en cuenta al peatón y tenerlo por encima, respetando la normativa de tráfico”.

Cuestionado sobre qué es lo que más valoran los pontevedreses, por las conversaciones que mantienen con ellos, del modelo de "La ciudad en 15 minutos", Fernández Lores señala “que tienen todo lo que necesitan a escasos minutos y/o a escasa distancia. Es cómodo, es práctico y es saludable. Incita a moverse a pie y no a coger el coche cada vez que necesitas cualquier servicio. Nosotros compartimos esa misma filosofía. Además, la ciudad es más amable, se vuelve más segura al tener calles con vida, por las que siempre hay gente realizando sus recados, sus compras o lo que necesiten”.

El alcalde pontevedrés también pone en valor cómo ese modelo de ciudad ha mejorado la seguridad ciudadana, ya que “una ciudad con las plazas y las calles llenas de gente es una ciudad más segura, más amable y más viva. Si pensamos desde una perspectiva feminista, una calle es una que está bien iluminada, donde nadie está sola. Las calles deben estar pensadas para todos y todas, no para el macho alfa que quiere correr con su coche, pitar y cabrearse en cada semáforo. En lo que se refiere a seguridad vial, llevamos 12 años sin registrar ningún muerto por violencia viaria. Es un dato increíble, que solo puede generar orgullo. Por supuesto, también se han visto reducidos los accidentes graves y leves”.

Han surgido las teorías conspiranoicas que defienden que este modelo pretende encerrar a los ciudadanos en distritos y que no se les dejará salir sin autorización. “Pretenden para 2030 cerrar los barrios”, afirma un contenido viral que no es más que un bulo.

Interpelado sobre qué servicios consideran estratégicos para garantizar la salud y el bienestar de sus vecinos, el regidor gallego responde que “todos los servicios son esenciales. Un Ayuntamiento es una compleja red de elementos, una cadena en la que cada eslabón es necesario. No hay un servicio menos o más necesario que otro. El tratamiento de los residuos urbanos es igual de importante que la movilidad, y esta que la cultura, y esta que bienestar social, el cuidado de los parques y jardines, la normalización lingüística, la promoción económica...Todo va de la mano. Por poner un ejemplo... Puedes humanizar una calle y otorgarle accesibilidad universal, pero necesitas dinamizarla, necesitas que la gente decida tomarla, y para ello tendrás que realizar una serie de decisiones”.

Cuando se le inquiere por el desarrollo de ese modelo de ciudad de 15 minutos en los próximos años, el alcalde de Pontevedra apunta que “queremos llevar el modelo urbano a todos los barrios de Pontevedra, además de promover acciones en el entorno rural que también aumenten la calidad de vida de su vencidad, además de su seguridad vial. Seguiremos ganando espacio público para las personas, instalando y mejorando los servicios existentes o incluso ponerlos de cero si no existían (como el caso de las parroquias); seguiremos escuchando y trabajando de una forma participativa, haciendo que la ciudad avance en la misma dirección y al mismo tiempo. Sea por invitación o sea por cuenta propia intentamos seguir aprendiendo del mundo. No hay una referencia concreta. Viajamos y comparamos, pero cada ciudad tiene sus necesidades y sus propias maneras de satisfacerlas. Es difícil extrapolar ideas y aplicarlas de forma directa y ya está. Cada ciudad es un mundo. Hoy en día hay que pensar la ciudad globalmente y nosotros queremos ser un ejemplo de respeto por el ambiente: nos toca universalizar el compostaje, recuperar la ría y las xungueiras (humedales), mantener el aire libre de contaminación... el planeta no puede esperar”.

¿Tendré que pedir permiso para salir de mi barrio?

Un modelo es solo un modelo cuyo resultado final, la aplicación, puede alejarse más o menos del patrón inicial. En este sentido, hay casos relevantes que muestran cómo este modelo de urbanismo no debe aplicarse. En el ámbito anglosajón, por ejemplo, la aplicación de este modelo ha generado protestas en Edmonton (Canadá) y Oxford (Reino Unido) por el corte de calles. Respecto al caso de Oxford, la socióloga urbana Marta Domínguez Pérez se muestra muy crítica en cómo se está aplicando el modelo de la ciudad de 15 minutos: “esta es una de las formas implementadas que requieren revisión y crítica. En Oxford se ha restringido drásticamente la movilidad para sectores de población, reduciéndolos a vivir en ámbitos cotidianos mal dotados en amplio sentido (empleo, equipamientos, accesibilidad, etc) mientras otra parte de la ciudad vive en entornos mejor dotados. Esa es una de las perversiones del modelo, el promover una ciudad más desigual y menos sostenible en todos los sentidos”. 

El caso de Oxford, un pésimo ejemplo de lo que es una ciudad de 15 minutos, sin embargo ha servido de base para la elaboración de teorías conspiranoicas que defienden que este modelo pretende encerrar a los ciudadanos en distritos y que no se les dejará salir sin autorización. “Pretenden para 2030 cerrar los barrios”, afirma un contenido viral que asocia este movimiento al caso concreto de Las Rozas, municipio madrileño en el que el PSOE presentó en 2021 al pleno su modelo de ciudad en 15 minutos que fue rechazado por PP, Ciudadanos y Vox.

En esta ciudad, donde opera actualmente un sistema de videovigilancia, "presuntamente será el lugar donde este supuesto encierro por barrios comience a establecerse en España", según se afirma en uno de estos bulos que corren como la pólvora por las redes sociales y que omite que las cámaras de seguridad de Las Rozas -más de 60- comenzaron a instalarse en 2018 y su objetivo es “reforzar la seguridad ciudadana” y “prevenir delitos de seguridad vial e investigar robos de vehículos, por ejemplo”, según el consistorio. Es decir, esta iniciativa no tiene relación con la ciudad de 15 minutos, del que no tienen un plan de aplicación sobre la mesa, o la limitación del tráfico rodado, tal y como aseguran a Maldita.es desde el propio consistorio.

Cómo puede ayudar este modelo a las ciudades en 2050

El 68% de la población mundial vivirá en las ciudades en 2050, según la ONU (Organización de Naciones Unidas). La pregunta del millón es hasta qué punto favorecerá esta tendencia la integración de las personas que vienen de fuera. La directora de Gismat corrobora que, “las ciudades serán la norma más extendida cada década, y en ellas un reto fundamental será la integración de los ciudadanos, así como lograr más seguridad y menor odio al otro, objetivos que dependen de muchas razones. Creo primordial el valor de conocer al otro, el hecho que el otro no sea el extranjero, como diría Julia Kristeva”.  En ese sentido, la socióloga considera que “en la ciudad de los 15 minutos el otro es menos extranjero, menos extraño y por tanto se promueve la comprensión, la integración y la inclusión”. 

No obstante, Domínguez reconoce que ese futuro alentador “sería en un mundo ideal de extensión del modelo, pero no es lo que se está dando en un mundo cada vez más segregado, con más miedo, con más inseguridad, con más odio, donde las ciudades son su expresión más clara”. El reto pues, se centra en dar vida de manera activa, personal y socialmente a un tiempo, a esas ciudades que aspiran a promover un estilo de vida más saludable: con más espacios peatonales, mejor equipadas y más propicias para una convivencia donde prime la comunicación, el afecto y el compromiso.

En resumen, el reto está en construir ciudades propicias para el arraigo, donde el otro importa y uno importa al otro; una vida pues más rica en compromisos con el bienestar compartido.