Triturar rocas, la nueva forma de combatir el cambio climático

Hasta un 0,5% de las emisiones del planeta pueden ser capturadas triturando piedras, algo que equivaldría a plantar un bosque de árboles del tamaño de Alemania.

Gonzalo Díaz Bonet.

Especialista en Tecnología y Sostenibilidad.

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Hasta un 0,5% de las emisiones del planeta pueden ser capturadas triturando piedras, algo que equivaldría a plantar un bosque de árboles del tamaño de Alemania. Así lo afirma un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Strathclyde, en Glasgow, que ha sido publicado por la una revista Nature Sustainability 

La trituración de piedras es un proceso común en la industria de la construcción, pero no se realiza de manera que se pueda atrapar dióxido de carbono. El proceso descrito en la investigación no requiere casi energía extra y utiliza el CO2 para aplastar un compuesto de minerales que después puede ser almacenado y reutilizado para tareas propias del sector y otras similares. Según los autores del estudio, el sector de la construcción puede reducir las emisiones simplemente adaptando algunas corrientes de gas de plantas de energía o de la industria del cemento. 

Eso sí, por el momento el proceso ha sido descrito en una experimentación realizada en laboratorio, con lo que habrá que esperar para conocer si ésta puede ser escalada para ser llevada a cabo de manera industrial. Si este proceso fuese aplicado, la huella de CO2 asociada a la construcción de viviendas y de infraestructuras públicas podría ser reducida ampliamente, ayudando a lograr los objetivos fijados para combatir el cambio climático. 

 

Polvos de roca 

En trabajos anteriores se había estudiado la posibilidad de atrapar carbono en minerales individuales por el mismo método. Pero la investigación de la Universidad de Strathclyde demuestra que esto es inestable y se disuelve fuera del mineral cuando se coloca en agua. Este nuevo trabajo documenta cómo se puede atrapar una mayor proporción de CO2 en una forma estable e insoluble en rocas compuestas de múltiples minerales diferentes moliéndolo en gas CO2. Los polvos de roca resultantes pueden almacenarse y utilizarse para la construcción y otros fines. 

El cálculo apuntado del 0,5% se hizo para Noruega, ya que el país nórdico publica datos anuales sobre el volumen de áridos de roca dura producidos para su industria de la construcción y sus emisiones nacionales anuales de CO2 también están documentadas. Según los investigadores, algunos países, como Australia y Sudáfrica, pueden subir mucho más este porcentaje, ya que cuentan con grandes industrias mineras y tratarán de triturar y vender la roca estéril, mientras que otros pueden producir menos.  

“Esta investigación revolucionaria de la Universidad de Strathclyde es realmente reveladora. Apunta a un nuevo proceso para la industria de la construcción que podría reducir significativamente las emisiones globales de carbono y ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos de cero emisiones netas”, asegura Lucy Martin, directora adjunta de Programas Transversales del EPSRC.  El trabajo ha sido financiado parcialmente por la beca de formación doctoral de esta institución. 

 “La esperanza es que el sector pueda reducir las emisiones adaptando los montajes actuales para atrapar el carbono procedente de flujos de gases contaminantes como los de la fabricación de cemento o las centrales eléctricas de gas”, afirma Rebecca Lunn, profesora del Departamento de Ingeniería Civil y Medioambiental de la Universidad de Strathclyde.