La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, víctima de un ciberataque

Los mormones han revelado que sufrieron una violación de seguridad en marzo que expuso una ingente cantidad de datos de sus miembros.

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Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Las instituciones religiosas y cultos tampoco se libran de los ciberataques. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha revelado que fue víctima de un ataque a sus sistemas informáticos que expuso datos personales de miembros, empleados, proveedores y simpatizantes.

El incidente, que se ha comunicado mediante su página web oficial en EE.UU, se habría producido a finales de marzo. Lo que no se ha revelado ha sido el número de personas que podrían estar aectadas. 

Los sistemas vulnerados contenían bastante información personal, aunque, afortunadamente, no albergaban el historial bancario ni ninguna otra información financiera asociada a las donaciones, según se hace eco The Register.

En concreto, los ciberdelincuentes pudieron acceder a nombres de usuario, números de registro de su membresía, nombres completos, géneros, direcciones de email, fechas de nacimiento, direcciones postales, números de teléfono e idiomas preferidos.

No obstante, los mormones creen que los afectados no deben de preocuparse, ya que el objetivo de los cibermalos no era atentar contra las personas.

"Las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley creen que el riesgo de que la información se use para dañar a las personas es bajo y nuestros esfuerzos de monitorización no han identificado ningún intento de uso dañino", afirman. 

El culto asegura que el incidente correspondería a un plan a gran escala llevado a acabo por atacantes de estado-nación y dirigido a organizaciones y gobiernos de todo el mundo, según han podido saber a través de las autoridades federales. 

Una comunicación tardía

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha estado trabajando mano a mano con las autoridades de ciberseguridad de EE.UU desde que se percataron de la brecha para determinar su alcance, dirimir cómo se produjo y mitigar cualquier impacto. 

En su comunicado también han explicado por qué se han demorado tanto (nada menos que siete meses) en informar sobre lo ocurrido. "A pedido de las autoridades policiales no hemos compartido información sobre el incidente, ya que no concluyeron su investigación hasta el 12 de octubre", aseguran.