El presidente Donald Trump ha anunciado un ambicioso proyecto de defensa: el Golden Dome, un escudo antimisiles espacial valorado en $175 mil millones, que promete proteger a Estados Unidos de amenazas avanzadas. Sin embargo, la iniciativa ha generado preocupación internacional.
Esta idea de “defensa total”, está inspirada en el exitoso sistema israelí "Iron Dome", pero a escala y alcance global. Este escudo antimisiles busca proteger al país de amenazas avanzadas, incluyendo misiles hipersónicos y sistemas de bombardeo orbital fraccionado (FOBS).
¿Qué es el Golden Dome?
El Golden Dome es un sistema complejo que combina tecnologías terrestres, marítimas y espaciales para detectar e interceptar amenazas en todas las fases de su trayectoria. ¿La diferencia con los sistemas que había hasta ahora? Este proyecto incorpora interceptores en el espacio, marcando la diferencia en la militarización del espacio exterior. El general Michael Guetlein, de la Fuerza Espacial de EE.UU., ha sido designado para liderar el programa.
El costo estimado del "Golden Dome" es de 175.000 millones de dólares, con una inversión inicial de 25.000 millones. Esta cifra puede no ser realista para un proyecto de este calibre, y la Oficina de Presupuesto del Congreso ha proyectado que el costo total podría ascender a 542.000 millones en 20 años, dependiendo de la escala y complejidad del sistema. La financiación está sujeta a la aprobación del Congreso.
¿Cómo funcionará?
El sistema está diseñado para operar en múltiples capas:
- La detección temprana, con satélites y sensores avanzados, identificarán lanzamientos de misiles en tiempo real.
- Después se produce la intercepción en vuelo, donde los interceptores terrestres y espaciales neutralizarán las amenazas durante su trayectoria.
- Y por último, con la defensa terminal, sistemas adicionales protegerán objetivos específicos en caso de que las fases anteriores fallen.
Esta arquitectura conseguiría una cobertura integral, capaz de detectar y destruir misiles lanzados desde cualquier parte del mundo o incluso desde el espacio.
¿Cuál es el papel del espacio en este sistema?
El "Golden Dome" representa un cambio radical al integrar interceptores espaciales que le permitirán tener una cobertura global del planeta, permitiéndole interceptar los misiles en cualquier punto de su trayectoria.
Esta “cobertura total” del sistema también se traduce en una importante reducción de tiempos de respuesta, y sobre todo, le va a suponer una mayor eficacia contra misiles hipersónicos, que ahora mismo son los más complicados de interceptar y destruir por su velocidad y maniobrabilidad.
Sin embargo, esta integración plantea desafíos técnicos y éticos significativos.
¿Por qué genera preocupación internacional?
El disponer de un sistema armamentístico como este supondría una ventaja estratégica sin parangón, y desde luego tendría consecuencias a nivel geopolítico.
Para empezar, se produciría, si o si, un aumento de las tensiones internacionales por la brutal ventaja que supone disponer de este sistema para un país. En este sentido, tenemos que pensar en las reacciones de Rusia y China, que precisamente ha expresado su "profunda preocupación" por el "Golden Dome", argumentando que militariza el espacio, desestabiliza el equilibrio estratégico e inicia una nueva carrera armamentista. Rusia también ha criticado el proyecto, considerándolo una amenaza a la estabilidad global.
¿Podrían otros países unirse al proyecto?
Canadá quiere participar en el "Golden Dome", especialmente en el desarrollo de tecnologías de detección y seguimiento. Dado que el sistema podría integrarse con la defensa continental a través de NORAD, es posible que otros aliados, como miembros de la OTAN o la alianza AUKUS, consideren su adhesión en el futuro. Sin embargo, la participación internacional dependerá de consideraciones políticas, estratégicas y financieras.
¿Es comparable a otros sistemas de defensa existentes?
Aunque como comentamos al principio, este proyecto está inspirado en el "Iron Dome" israelí, el Golden Dome difiere en alcance y capacidades, ya que el sistema hebreo está diseñado para interceptar cohetes de corto alcance.
En cuanto a compararlos con los sistemas THAAD y Aegis BMD, estos dos sistemas estadounidenses centrados en misiles balísticos de medio alcance, por lo que están más limitados que el Golden Dome.
En cuanto al sistema S-500[i] ruso y el HQ-19 chino, estos sistemas tienen también capacidades limitadas en comparación con el alcance global que propone el "Golden Dome".
El "Golden Dome" busca establecer un nuevo estándar en defensa antimisiles, aunque su viabilidad y eficacia aún están por demostrarse.
Implicaciones geopolíticas y éticas
La Cúpula Dorada que pretende Donald Trump, es una ambiciosa apuesta por parte de Estados Unidos para definir su postura defensiva frente a las amenazas emergentes. Aunque promete una cobertura sin precedentes, está por ver todavía su viabilidad técnica, su impacto en la estabilidad global y las implicaciones de militarizar el espacio.
A medida que el proyecto avance, veremos cómo responde la comunidad internacional y cómo se equilibran las aspiraciones de seguridad con los principios de cooperación y paz en el ámbito espacial. Este proyecto va a obligar a las naciones a adaptar sus estrategias militares ante la nueva realidad tecnológica.