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Defensa

¿Puede España permitirse gastar el 5% de su PIB en Defensa?

Trump ha condicionado el apoyo de EE.UU. a que Europa invierta más (en industria de defensa americana) en su seguridad.

Experto en migraciones y analista internacional.

4 minutos

Imagen general de FEINDEF 25.

El “efecto Trump” sigue surtiendo efecto y las llamadas al rearme Europa/OTAN continúan aumentando. Esta vez ha sido ni más ni menos que Mark Rutte, nuevo secretario general de la OTAN, quien hace unos días lanzó una propuesta ambiciosa (e imposible): que los países miembros aumenten su gasto en defensa hasta el 5% del PIB para 2032.

Obviamente esta cifra no ha sido elegida al azar, y fue creada en la mente de Donald Trump, que ha condicionado el apoyo de EE.UU. a que Europa invierta más (en industria de defensa americana) en su seguridad.

El primer ministro de Países Bajos, Dick Schoof, quiso detallar mejor el plan de Rutte y explicó que un 3,5% del PIB sería para gasto militar directo y un 1,5% adicional para ciberdefensa, infraestructuras estratégicas y otras cuestiones de seguridad.

El objetivo teórico de este rearme parece claro: adaptarse a un mundo más inestable tras la invasión rusa de Ucrania en 2022 y calmar las exigencias de Washington. El objetivo real sin embargo podría ser mucho menos llamativo; calmar a las cada vez más exigentes demandas de Washington en torno a la seguridad europea.

Pero si actualmente la OTAN pide a sus miembros gastar al menos el 2% del PIB en defensa y solo 22 de los 32 países lo hacen, ¿cómo sería viable llegar a esas cantidades de gasto presupuestario tan a corto plazo? Existen los casos de Polonia, que ya supera el 4%, mientras que EE.UU. invierte el 3,2%. Pero por la parte baja de la tabla tenemos a España, Italia y Bélgica, que ni siquiera llegan al 1,5%.

Europa entre el compromiso y la fractura

Estas cifras de los diferentes Estados de la OTAN significan que, si se aprueba la propuesta de Rutte, esto marcaría un verdadero punto de inflexión para muchos miembros de la Alianza Atlántica (España entre ellos).

Trump, que reaparecerá en la cumbre de la OTAN en junio en La Haya, es el precursor de la famosa cifra del 5% de gasto en Defensa, y su mensaje es cristalino: el que no pague que se olvide de la protección de Estados Unidos.

Mientras tanto, en Europa, Alemania se encuentra en el centro del huracán y el canciller Friedrich Merz quiere que su país tenga el ejército convencional más fuerte de Europa. Su ministro de Exteriores respalda el 5%. Markus Söder, líder de la CSU, lo ve posible a medio plazo, pero una aventura económica de este tipo costaría 150.000 millones de euros al año.

Las voces discordantes en el gobierno alemán (al igual que en otros gobiernos europeos) no son pocas. El SPD, socio de coalición, rechaza la presión de Trump y por ello Ralf Stegner lo considera exagerado y teme que el presupuesto termine controlado por intereses militares. También dudan de que gastar más signifique necesariamente tener una defensa más eficaz.

Este debate ya es mucho más político que técnico. Y casos como los de Canadá, Bélgica o España tendrían que duplicar o triplicar sus presupuestos actuales para acercarse al nuevo objetivo. Esto podría provocar una situación de división dentro de la OTAN, provocando un cisma entre países de “primera” y de “segunda”.

Pero estas cifras que se están manejando son complicadas incluso para EE.UU. (gestor del proyecto). El secretario de Estado, Marco Rubio, lo ve como un objetivo a largo plazo. Insiste en que todos los miembros deben asumir su parte para evitar “eslabones débiles”.

España: entre la presión y el realismo

España ha decidido aumentar su gasto en defensa y el objetivo es llegar al 2% del PIB en 2025, cuatro años antes de lo previsto. Pero, ¿que supone este cambio de paradigma económico para nuestro país? ¿Quiénes serán los beneficiados y quienes los perjudicados?

Ventajas del aumento del gasto militar

  • Mejora de la seguridad. La primera ventaja es obvia, más inversión significa Fuerzas Armadas mejor equipadas y preparadas ante amenazas externas.
  • Alineamiento con los aliados. Al llegar al 2%, España se alinea con los compromisos asumidos como miembro de la Alianza, y marca el camino a seguir en cuanto a seguridad y defensa.
  • Impulso a la industria nacional. El 87% del dinero irá a empresas españolas. Esto se traduce en empleo y desarrollo tecnológico.

Problemas y riesgos

  • Impacto en las cuentas públicas. Este gasto podría empeorar el déficit y la deuda, aunque el Gobierno afirma lo contrario. Este aumento radical de gasto en defensa podría obligar a recortar en otras áreas o subir impuestos.
  • Conflictos políticos. Sumar e Izquierda Unida rechazan el aumento y muchos temen que perjudique a políticas sociales.

En nuestro país, un aumento gradual sería más realista que uno tan abrupto, dados los problemas económicos y las divisiones políticas. Desde luego España avanza hacia un mayor compromiso en defensa, pero necesitará equilibrio y diálogo para sostenerlo sin descuidar otras prioridades.

¿Rearme real o presión electoral de EE.UU.?

Siguen quedando cuestiones en el aire y no podemos más que preguntarnos si esto hará a Europa más fuerte frente a Rusia o básicamente se está respondiendo en Bruselas al calendario electoral de EE.UU. ¿Servirá esto realmente para que Europa dependa menos de Washington?

Lo que parece claro es que el modelo de seguridad occidental se juega mucho. La cumbre de junio marcará el rumbo y allí la OTAN puede salir más fuerte… o más dividida.