Tras su paso por la política, regresa al sector privado de la mano de la ciberseguridad, sector que considera “clave y de futuro” y en el que quiere a contribuir a hacer frente al aumento de los ciberdelitos.
Con este centro, ubicado en Kigali, Ruanda, la empresa de ciberseguridad busca demostrar que sus soluciones son de total confianza e impulsar la transparencia en la industria de la ciberseguridad.
Los atacantes ya están utilizando la IA como ciberarma para mejorar los mensajes de phishing y mejorar las operaciones de influencia con imágenes sintéticas.