Ramón C. Riva.

Opinión

Apagón: entre las dudas del Gobierno, los reproches de Francia y los avisos de Europa

Ex militar y experto en Seguridad.

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Una persona saliendo de una estación del Metro de Madrid durante el apagón eléctrico | Foto: Matias Chiofalo/Europa Press
Una persona saliendo de una estación del Metro de Madrid durante el apagón eléctrico | Foto: Matias Chiofalo/Europa Press

Aunque no alcancemos el dudoso honor de entrar a formar parte del ranking de grandes apagones –el récord lo ostenta India con el corte de julio de 2012 que afectó a 620 millones de personas–, ayer y hoy la prensa europea (especialmente la francesa) ha puesto el foco en el apagón sufrido en la Península Ibérica.

Este corte eléctrico, que afectó a España y Portugal el lunes 28 de abril de 2025, dejó sin suministro a millones de personas en ambos países y a partes del sur de Francia. Aunque las investigaciones siguen en curso, las autoridades han descartado algunas hipótesis iniciales y han identificado posibles causas técnicas relacionadas con el sistema eléctrico.

¿Qué ocurrió?

A las 12:33 (hora española), se produjo una caída abrupta de 15 gigavatios en la generación eléctrica, equivalente al 60% del consumo que en ese momento se registraba. Esta pérdida provocó una desestabilización general del sistema eléctrico, desconectando automáticamente a España y Portugal de la red europea, lo que dejó sin electricidad a gran parte de la región. El suministro comenzó a recuperarse progresivamente durante la tarde y la madrugada, alcanzando el 99% de recuperación el martes por la mañana.

Aunque las causas siguen siendo inciertas, dentro de este desconocimiento al menos se descartan:

  • Fenómenos meteorológicos: La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) niega la existencia de condiciones climáticas extremas que pudieran haber causado el apagón.
  • Ciberataques: Tanto el CNI como Red Eléctrica de España (REE) exploraron esa posibilidad, pero no hallaron indicios que la respalden. No obstante, la Audiencia Nacional ha abierto diligencias previas para investigar si pudo deberse a un acto de ciberterrorismo contra infraestructuras críticas del Estado.

¿Causas técnicas?

La REE ha detectado una pérdida significativa de generación eléctrica y fuertes oscilaciones en el flujo de potencia como factores desencadenantes del apagón. Estas oscilaciones afectan la frecuencia, tensión y flujo de potencia en la red, lo que puede desestabilizar el sistema eléctrico.

Además, se ha declarado que la alta penetración de energías renovables intermitentes, como la solar y la eólica, puede generar fluctuaciones en la frecuencia y en el voltaje de la red eléctrica. Estas fluctuaciones, especialmente en momentos de baja demanda, pueden comprometer la estabilidad del sistema y activar mecanismos de protección automáticos que desconectan centrales y subestaciones, derivando en apagones, de manera similar a lo que ocurre en las sobrecargas domésticas.

Ante el caso de una alta penetración de energías renovables intermitentes, RTE, el operador de las redes eléctricas de Francia, asegura que su país está mejor preparado para evitar apagones generalizados. El ministro de Industria galo, Marc Ferracci, también ha defendido esta idea este martes al ser preguntado por la posibilidad de que ocurra lo mismo en Francia y afirmar que "es mucho menos probable", ya que cuentan con un determinado número de mecanismos para evitarlo.

Según ha indicado Ferracci, en un sistema eléctrico hace falta tener "margen de maniobra" y "pilotabilidad", es decir, disponer de capacidad para incrementar la producción cuando más se requiere la demanda. Y en este sentido ha señalado que la producción eléctrica francesa se basa en la generación nuclear, "que es una energía pilotable" y representa en torno al 70%, así como en las renovables.

De acuerdo con fuentes cercanas a RTE, el propio presidente de la entidad, Xavier Piechaczyk, habría advertido a Beatriz Corredor, presidenta de REE, sobre el menor nivel de pilotabilidad del sistema español y, por tanto, su mayor vulnerabilidad. Esto habría convertido el éxito de España en renovables en una debilidad en su gestión, lo que sería una especie de "morir de éxito".

La baja interconexión eléctrica de la Península Ibérica con el resto de Europa, con una tasa de apenas un 2%, también incrementa el riesgo de apagones, ya que limita gravemente la capacidad de importar electricidad en situaciones de emergencia. Aunque el ministro francés no se pronunció sobre esta baja interconexión, lo cierto es que Francia se ha beneficiado de ella: compra energía barata a España y vende sus excedentes a países muy dependientes de su red, como Italia, Reino Unido o Suiza. Gracias a esta intermediación –facilitada por la "excepción ibérica"– Francia ha equilibrado su red, ha fortalecido su industria y ha obtenido ingresos adicionales por la llamada "renta de congestión", una diferencia de precio horaria entre los dos países multiplicada por la energía intercambiada.

La conclusión de España

Aunque las investigaciones siguen su curso, las autoridades apuntan a una combinación de factores técnicos como las causas más probables del apagón. Entre ellos se incluyen una caída abrupta de generación eléctrica, oscilaciones en el sistema y una excesiva dependencia de energías renovables intermitentes. Se espera que en los próximos días se presenten informes técnicos definitivos que proporcionen una explicación más detallada sobre lo ocurrido.

El sistema eléctrico español: un mix con fortalezas y flaquezas

En España, la generación eléctrica proviene de una mezcla de diversas fuentes, lo que permite una mayor seguridad energética y una progresiva descarbonización. Esta apuesta ha sido una obsesión para la exvicepresidenta Teresa Ribera, por la que ha luchado y de la que presume el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Según datos recopilados hasta 2024, las principales fuentes de generación eléctrica en España son:

1. Energías Renovables (~50-55% del mix): España es el líder europeo en la adopción de renovables.

  • Eólica (~24-25%): Principal fuente eléctrica. Es la principal fuente de electricidad en España y está especialmente desarrollada en Castilla y León, Galicia y Aragón.
  • Solar fotovoltaica (~12-14%): En rápido crecimiento por la caída de costes y la abundancia de sol, sobre todo en el sur y centro del país.
  • Hidroeléctrica (~9-12%): Su producción varía mucho en función de las lluvias y su importancia destaca en zonas montañosas, como los Pirineos o el Cantábrico.
  • Biomasa y otras renovables (<3 %): Uso limitado, aunque relevante en entornos rurales e industriales.

2.  Energía Nuclear (~19-21%): España cuenta con cinco centrales nucleares activas, que generan electricidad de forma continua y estable. Aunque no se construyen nuevas, siguen siendo claves para mantener la estabilidad del sistema.

3. Fuentes Fósiles (~20-25%):

  • Ciclo combinado (gas natural) (~15-20%): Es importante para cubrir picos de demanda y compensar fallos en la producción renovable.
  • Carbón (<1%): Prácticamente en desuso tras el cierre de la mayoría de las centrales por razones ambientales y económicas.

4. Interconexiones internacionales: España importa y exporta electricidad con Francia, Portugal y Marruecos, lo cual influye en su mix energético.

Aunque la red eléctrica española es una de las más avanzadas de Europa en términos de integración de energías renovables y digitalización, también presenta ciertos puntos débiles que pueden comprometer su estabilidad, eficiencia o resiliencia:

Dependencia de renovables intermitentes

Problema: La creciente integración de fuentes como la eólica y solar, que dependen de condiciones meteorológicas, introduce variabilidad e incertidumbre en el sistema.

Riesgo: Dificultades para garantizar el equilibrio entre generación y demanda en tiempo real.

Falta de almacenamiento a gran escala

Problema: La capacidad de almacenamiento energético mediante baterías o bombeo hidroeléctrico, entre otros recursos, aún es limitada.

Riesgo: Exceso de producción renovable que no puede aprovecharse o, en el extremo opuesto, escasez puntual.

Infraestructura envejecida en algunas zonas

Problema: Algunas líneas de distribución, sobre todo en áreas rurales o de difícil acceso, tienen décadas de antigüedad.

Riesgo: Fallos técnicos, mayores pérdidas eléctricas y limitaciones para integrar nueva generación renovable distribuida.

Distribución desigual de generación y consumo

Problema: Buena parte de la generación renovable se concentra en el norte y oeste del país, mientras que el mayor consumo procede del centro y el este (Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana).

Riesgo: Necesidad de grandes inversiones en redes de transporte para evitar cuellos de botella.

Vulnerabilidad ante ciberataques

Problema: La digitalización del sistema eléctrico hace que este más expuesto a ataques informáticos.

Riesgo: Posibilidad de interrupciones, manipulación de datos o toma de control de equipos críticos.

Interconexiones internacionales limitadas

Problema: Baja capacidad de interconexión eléctrica con Europa, especialmente Francia.

Riesgo: Dificultades tanto para exportar excedentes como para importar electricidad en caso de que se necesite.

Gestión de la demanda poco desarrollada

Problema: Los sistemas de gestión activa del consumo (flexibilidad, agregadores, tarifas dinámicas, etc.) aún se encuentran en fases iniciales.

Riesgo: Menor capacidad de adaptación ante picos de demanda o caídas de producción.

Acusaciones y advertencias europeas

Numerosos técnicos y expertos europeos acusan al Gobierno español de haber politizado en exceso su apuesta por las renovables. Aunque esta estrategia ha convertido a España en líder europeo en generación limpia, no ha ido acompañada de esfuerzos equivalentes para mejorar la gestión, el almacenamiento y la flexibilidad del sistema eléctrico, necesarios no solo para la capacidad actual, sino también para la que está por venir.

La Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad (ENTSO-E, por sus siglas inglés), a la que pertenece la Red Eléctrica de España, ya lanzó una advertencia en su Informe ERAA 2024. En él, alertaba:

"Es probable que volúmenes significativos de capacidad energética generada con combustibles fósiles se vuelvan económicamente inviables para 2030, ya que reducirán su cuota de mercado debido al auge de las energías renovables. Por lo tanto, es necesario tomar medidas para mantener la seguridad del suministro eléctrico en Europa.

"A corto y medio plazo (2026, 2028, 2030), importantes capacidades corren el riesgo de ser desmanteladas. A largo plazo (2035), persisten los riesgos de desmantelamiento para el parque de generación térmica en ciertas regiones, aunque podrían realizarse inversiones globales en condiciones favorables no modeladas en ERAA. Estas incluyen consideraciones sobre la cadena de suministro, las redes de transmisión de energía y la disponibilidad de energía primaria".

Este mismo jueves, según ha informado La Razón, el precio de la electricidad ha caído un 68,7%, con franjas horarias por debajo de los cero euros por megavatio hora. Una buena noticia para los consumidores… pero una clara señal del desequilibrio estructural del sistema: España está generando más de lo que puede gestionar.

El gobierno no ha hecho declaraciones al respecto y tampoco se espera que lo haga. ¿Alguien se imagina a Pedro Sánchez reconociendo ante los medios que "nos hemos pasado", que somos capaces de generar más de lo que podemos gestionar y que si no se corrige podrían producirse más apagones como el de este lunes? Nos enfrentamos a un desafío crítico en términos de gestión energética, donde la sobresaturación de la red puede convertirse en una amenaza real para la estabilidad del suministro.

Expertos y medios europeos coinciden al indicar que este tipo de incidentes pueden volver a ocurrir. "Hay que preparar a la población, porque esto va a repetirse en los próximos meses", advierten.

La infraestructura energética española todavía no cuenta con la capacidad necesaria para almacenar toda la energía que genera. Y aunque el Gobierno decidiera empezar hoy mismo a resolverlo, el proceso tardaría, como mínimo, año y medio en dar resultados.

Y yo me pregunto, como con el veto a Israel y el peligro que implica para la defensa nacional, ¿hasta dónde puede llegar la soberbia para desoír las advertencias… o para no leer los informes de tus propios socios europeos?