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Opinión

Casado, Almeida y Teodoro: ¿jugamos como lo que somos o como caballeros?”

Catedrático de Filosofía de Instituto; Catedrático de Periodismo (Ciencias de la Información)

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Pablo Casado en una intervención en sesión plenaria del Congreso de los Diputados.
Pablo Casado en una intervención en sesión plenaria del Congreso de los Diputados.

Mario Moreno "Cantinflas" rodó 33 películas en blanco y negro y 20 en color. Pues bien, la pregunta que Cantinflas hace a sus tres compañeros que jugaban al dominó con él pasa por ser la frase más graciosa de todas esas películas. Es la película "El gendarme desconocido".

Creo que esa pregunta es la que mejor refleja lo que está pasando en Génova 13. Cantinflas se reiría mucho de toda la plana mayor del Partido Popular. Si viviese, claro. Pero es muy fácil reproducir el humor con el que se dirigiría al trío Casado-Almeida-Teodoro. En primer lugar, les llamaría «chamacos», es decir, niños, pero niños muy poco inteligentes. ¡Qué más quisieran los tres que ser la mitad de inteligentes y creativos que millones de niños!

Escena de la película "El gendarme desconocido", con Mario Moreno Cantinflas

A Pablo Casado le encanta perder

Casado se empeña en no avanzar, porque está contento con las ruedas pinchadas. El 14 de febrero de este mismo año se empeñó en protagonizar la campaña del PP en Cataluña. Se retrató en una entrevista en Rac1 con Jordi Basté. Dijo que se debían haber evitado las llamadas cargas policiales del 1-0. Él había alabado a la “España de los balcones”. Ahora le daba lo mismo que en un balcón hubiera una bandera de España o una independentista. Y así sucesivamente. ¿Qué político español se ha postrado tanto ante un locutor separatista? Después, logró la proeza de lograr tres diputados, en lugar de cuatro, que el PP ya tenía.

Cantinflas también se reiría del significado de "Génova 13". Es un edificio del que el trío citado renegó el 15 de febrero de este 2021, es decir, hace casi nueve meses justos, el tiempo de un embarazo. Pero ellos siguen sin abandonar la sede. Son incapaces de vender el edificio o de alquilar uno nuevo.

Ganó a Soraya Sáenz de Santamaría y pronunció un buen discurso. Un año después, nombró para puestos importantes a quienes habían votado a Soraya. Destituyó a Cayetana Álvarez de Toledo y nombró a Cuca Gamarra, ferviente sorayista. Cuando el PP subió en las encuestas gracias al triunfo de Isabel Díaz Ayuso, Casado se empeñó en crear un problema innecesario que se ha convertido ahora en un escándalo nacional.

Prefirió gastarse el dinero del PP en un derroche de actos de una convención que ha celebrado en varias ciudades españolas, durante una semana, en octubre pasado, para ver si podían hinchar sus ruedas políticas. En realidad, el acto más llamativo de la convención itinerante fue el blanqueamiento de Rajoy: ¡Casado quería que nadie se acordase de la cobardía de Mariano Rajoy ni de las horas que se dedicó a beber whisky el día de la moción de censura de Pedro Sánchez, ni del bolso de Soraya que ocupó su escaño en el Parlamento!

A la convención itinerante llevó como gran personaje a Nicolas Sarkozy, expresidente de Francia. Antes había sido un extraordinario Ministro del Interior, que ayudó mucho a España en la lucha contra ETA. Como Presidente, fue mucho peor. Sobre todo, porque él fue quien organizó la guerra contra Gadafi y desestabilizó Libia hasta el día de hoy. Al día siguiente de aparecer junto a Casado, le condenaron por financiación ilegal.

En Valencia, lo que más llamó la atención a muchos no fue el discurso de Casado, de una hora, sino la imagen de Casado impidiendo al exPresidente de México, Felipe Calderón, que se levantase a aplaudir a Isabel Díaz Ayuso, como hacían todos los presentes en la Plaza de Toros. Es un momento digno de plasmarse en una “tanagra” o estatuilla de arcilla, como las que hacían en la ciudad griega de Tanagra desde el siglo IV a.C.

Finalmente, en Madrid, hace unos días, Luis Bárcenas, extesorero del PP, fue condenado por las obras de hace años en Génova 13. Si la sede del PP estuviera a fecha de hoy en otro lugar, el panorama sería distinto. Ahora, cualquiera puede decir que el trío sigue disfrutando de lo que hizo Bárcenas. Y es que el trío toma decisiones, pero siempre precipitadas.

¿Qué motivos tiene Casado para obrar de una forma tan atolondrada? No quiero entrar en interpretaciones psicologistas ni sociologistas. Lo cierto es que a Casado le encanta perder. Puede que, en las próximas generales, millones de españoles voten contra Sánchez y Casado llegue a la Moncloa. O no. Pero si llega, ya se encargará él de que los votantes acaben hartándose de él.

Lo mejor para juzgar a Casado es mirar el reloj cuando hable y grabar lo que dice. Y repetir la  operación durante una temporada. Después, ver si alguien puede bañarse dos veces en la misma palabra de Casado. Este político no ofrece seguridad alguna.

La seguridad es inseparable de la confianza. Alguien confía en una persona si esta es predecible y está disponible. Como en los dispositivos de seguridad: queremos que no fallen y saber adónde tenemos que acudir cuando ocurre algún problema. Casado no es predecible y se esconde cuando vienen los problemas. Ahora deja pasar los días sin intervenir en el trabajo termitero que llevan a cabo sus dos otros compañeros del trío.

A pesar del oropel de la convención que ha organizado para reflotarse a sí mismo, los anglosajones tienen la palabra "bluff" para referirse a políticos como Casado.

En Teodoro García Egea son muy visibles como las tonterías que demuestran sus actos

En el mes de marzo pasado, es decir, hace ocho meses, escribí dos artículos: "Teodoro García Egea sigue corriendo detrás de su sombrero" y "Donde interviene Teodoro García Egea fracasa hasta el fracaso".

Sólo voy a extraer de aquellos artículos fragmentos de lo que Teodoro demuestra más y más cada día que pasa:

«En estos momentos, el mayor riesgo que acecha a Teodoro es que la gente empiece a reírse de él. Esa risa puede empezar por un 'Es que ese murciano no da ni una a derechas. Habrá que enviarle a la huertanica, a ver si coge conocimiento'. 'Conocimiento' es como el pueblo sin estudios llama a la sensatez. Por eso, hay gente sin letras que tienen mucha más sensatez que Teodoro».

«¿Hay remedio para Teodoro? Si lo hay, no lo vemos».

«Lejos de nosotros pensar que Teodoro sea 'estulto', pero ¿qué tal si lo dejamos en 'romo', que es menos ofensivo?».

«Puestas las cosas así, ¿quién se atreve del PP a poner el escabel al gato? 'Ahí está el detalle', como se tituló una película de Cantinflas. Si vemos que Teodoro sigue enredando, que es lo suyo; si sigue queriendo hablar en los actos del PP, hay algo muy claro: Teodoro está trabajando en contra de Ayuso».

«Entonces, sabiendo cómo es Teodoro, y en el supuesto de que gane las elecciones Isabel Díaz Ayuso, que el insigne Teodoro aparezca a cinco metros de ella. Si se pone a menos distancia, ha de saber a qué se expone Isabel: A una ocurrencia de Teodoro. ¿Existe algún peligro mayor?».

Como puede verse por estos fragmentos, no me hizo falta ser un profeta para adelantar lo que iba a venir sobre el PP y sus votantes. Teodoro es un hooligan de la política española. Con sus salidas irracionales, con su afán por desequilibrar cualquier estructura que se encuentra, no ofrece seguridad. ¿Quién invertiría en un negocio en el que estuviese metido una persona tan poco racional como Teodoro?

El alcalde José Luis Martínez-Almeida, sin planes ni programas

Almeida sigue el mismo camino que tantos abogados del Estado que llegan a la política: Les faltan planes y programas. Creen que solo con hablar bien se resuelven los problemas.

Pondré unos ejemplos: Leopoldo González-Echenique y Laura de Rivera García de Leániz, Presidente y Secretaria General de RTVE, durante el rajoyismo, dejaron RTVE en una situación muy lamentable.  Soraya Sáenz de Santamaría, Vicepresidenta del Gobierno, demostró ser una nulidad a la hora de gestionar la crisis de Cataluña. María Dolores de Cospedal, Secretaria General del PP, fue también otra nulidad cuando demostró que no sabía ni llevar el censo de militantes del PP.

¿Adónde fueron esos abogados del Estado cuando dejaron sus puestos? A bufetes de abogados, no a servir al Estado. Y eso que Sáenz prometió que iba a seguir dedicándose a la política. Nula seguridad de su palabra.

Volvamos a Almeida. Sólo le hemos visto con un plan: Madrid Central, que él ha ampliado a la Plaza Elíptica. Madrid Central es un plan de Manuela Carmena.

¿Qué plan puso en marcha Almeida durante Filomena? Prácticamente, ninguno. Podría haberse consagrado como un “zar de la nieve”, según expresión norteamericana. Perdió la gran ocasión de su vida de hacer cosas de verdad. ¿Y a qué se dedica? Pues a hablar. Bien, eso sí, pero a hablar.

Hasta que ha mostrado su verdadera cara: es un ambicioso sin orillas, que ha logrado que le nombren portavoz del PP. Dedica más tiempo a hacer declaraciones sobre el PP que sobre el Ayuntamiento. Eso sí, con mucha moto, con preparador físico y contentísimo porque le llaman "el soltero de oro". Pero ¿en qué ha cambiado Madrid con Almeida? Si lo comparamos con Ruíz Gallardón, este era menos simpático y accesible. Pero fue un gran Alcalde, que cambió Madrid a fondo.

Y si comparamos a su equipo con el de Almeida, la distancia es sideral. La concejal Paz González, ella sola, hubiera hecho mucho más que Almeida en el desastre de Filomena. Muchísimo más.

Almeida ha copiado lo peor de Gallardón. A este le atraía la fama de sus fichajes como la llama de la vela a la polilla. Solo hay que recordar cómo entregó la cultura de Madrid a Alicia Moreno, una persona insignificante, sí, pero hija de Núria Espert. Y convenció a Gustavo Villapalos para que abandonase el Rectorado de la Universidad Complutense para convertirse en Consejero de Educación. Éste acabó dimitiendo por fax.

Lo que ha hecho Almeida ha sido fichar para el segundo puesto del Ayuntamiento a Andrea Levy, que ocupaba el puesto número dos del PP en el Parlamento catalán. ¿Cómo va a prosperar el PP catalán si Almeida se dedica a fichar a esta boabdila? ¿Y a qué se dedica Levy en el Ayuntamiento? A hacerse cargo del Área de la Cultura; no tiene experiencia en el campo, pero se encuentra muy contenta de dedicarse a repartir cheques.

Como si no tuviera suficiente con ser alcalde y portavoz, Almeida quiere que le nombren presidente del PP de Madrid. Él quiere hablar como caballero pero se comporta como lo que es. La situación no puede ser más divertida: quiere aparecer como un caballero que no se mancha con los avatares de la política; en realidad, es un imitador de Cantinflas cuando le ponen en un aprieto. Solo hay que escuchar la respuesta que dio para desmentir que él no había dicho al periodista Juanma Lamet, de El Mundo, lo que éste había puesto por escrito.  

O sea, que él sí puede desempeñar tres cargos importantes (Alcalde, Portavoz, Presidente del PP de Madrid) y Ayuso, no puede desempeñar dos cargos. En serio, pero ¿quién se cree el Sr. Almeida que es el Sr. Almeida? Es todo tan ridículo. Almeida se parece mucho a Tartufo. Demasiado. Si Casado no fuera tan profundamente inculto, leería Tartufo o el Impostor, de Molière, para que anticipe el probable futuro que le espera junto a Almeida. En la obra de Molière, Tartufo acaba perdiendo. Si nos detenemos en la trayectoria política de Casado, es difícil que gane a Almeida.

En conclusión: Almeida transmite la misma seguridad que Casado y Teodoro: Muy poca. Tiene mucha “recámara”. Habla mucho, pero oculta demasiado.

¿Algo más sobre Isabel Díaz Ayuso?

No conozco personalmente a la Presidenta de la Comunidad de Madrid. Tampoco es necesario para escribir esta columna.

Ha llevado a cabo planes en la Sanidad: Hospital Ifema, Hospital Zendal, vacunación hasta llegar a las 24 horas; en la Hostelería, con su política ha salvado muchos negocios y empleos; en la Economía, tiene una política de impuestos. Conviene recordar que ha sufrido la campaña más dura en los medios de comunicación que cualquier político/a desde la Transición. Y ha salido con más fuerza. Ni Casado ni Almeida ni Teodoro podrían haber aguantado la décima parte que ella.

Me parece muy superior al trío que la quiere destruir. Lo que la distingue de este trío es que ella sí tiene convicciones, no sólo opiniones. El trío sólo tiene opiniones. Y que sostengan o abandonen cualquier opinión sólo es cuestión de fechas. De consultar el reloj, vamos. Como diría Cantinflas si hubiera vivido en España: "Son de mantequilla de Soria".