Ramón C. Riva.

Opinión

El nudo gorgiano que nadie quiere reconocer en Gaza

Ex militar y experto en Seguridad.

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Imagen de la red de túneles de Gaza.
Imagen de la red de túneles de Gaza.

La ciudad de Madrid tiene una superficie de unos 605 kilómetros cuadrados, con una población de unos 3,3 millones de personas y una red de Metro de unos 300 kilómetros. La franja de Gaza tiene 360 kilómetros cuadrados (41 de largo y entre 6 y 12 de ancho), con una población de unos 2,2 millones de personas y una red de túneles (llamada por los militares israelitas “el metro”), estimada en unos 500 kilómetos al servicio de Hamas.

Ahora, de repente, tras la ofensiva de Hamás y los atentados del 7 de octubre parece como si la prensa y el mundo se enterasen de pronto que Hamás no es un grupo terrorista similar a los que vemos en las películas (pequeño y de escasos recursos) sino un ejército militar que oscila entre 15.000 y 20.000 miembros, sin incluir a sus reservistas ni a las fuerzas policiales presentes en la Franja de Gaza.

Para hacernos una imagen visual, imaginémonos un corte vertical, de medio Madrid. Sobre la superficie se levantan viviendas, industria, talleres, colegios, cines, campos deporte, lo que es la vida social de 2,2 millones de personas. Y debajo de esa superficie 500 km de túneles (12 veces su longitud) con decenas de bases logísticas, polvorines, sistemas de comunicación, silos de cohetes y drones, miles de combatientes trasladándose y más de 200 rehenes prisioneros.

Y ahora quieren que nos creamos que toda esa infraestructura se ha ejecutado de la nada, no la ha financiado nadie y que –en teoría- los servicios de información tanto israelitas como occidentales poco sabían de ella.

La red de túneles de Hamas en Gaza no es solo un problema estratégico para los militares israelitas que tienen desde hace tiempo planos de sus muchas líneas (no de todas pero sí de muchas). ¿Alguien puede pensar que en una extensión de no más de 360 kilómetros cuadrados se puede realizar una obra de esas dimensiones sin que participen cientos de informantes y colaboradores de los servicios información de Israel, así como de sus medios tecnológicos?

“Hamás no tuvo que cavar para cosechar los beneficios de operar bajo el Hospital Al-Shifa de la ciudad de Gaza. El sótano del hospital, supuestamente conectado a la red más amplia de túneles de Hamás, ha servido durante mucho tiempo como centro de mando y control del grupo. Los dirigentes de Hamás circulan libremente por los pasillos del hospital, realizan interrogatorios y se reúnen con los medios de comunicación. Según un médico entrevistado por PBS, Hamás es consciente de que sus actividades ponen en peligro a la población civil. Como parte del hospital, este sótano goza posiblemente del mayor nivel de protección disponible bajo las leyes de la guerra. Ofrece a los operativos de Hamás un escudo contra los ataques israelíes, así como una oportunidad única para operar lejos de drones de vigilancia, GPS y otras tecnologías de recopilación de información”.

Este es un extracto de los textos de la Dra. Daphné Richemond-Barak, profesora asistente e la Escuela Lauder de Gobierno, Diplomacia y Estrategia, IDC Herzliya en Israel. Textos similares forman parte del conocimiento y manuales de las fuerzas armadas de Israel.

Desde 2007, cuando Hamas se hizo con el control de la Franja de Gaza, el gobierno israelí tiene detallados informes y es consciente del crecimiento de la red de túneles de Hamás.

La información la obtienen los servicios de información, destruir ahora esos túneles va a ser tarea del ejercito israelita, pero las decisiones siempre son políticas. Y es lo que ahora ni el gobierno israelita ni sus aliados quieren reconocer: tenían que haber tomado medidas antes para evitar llegar a este punto.

Un caso concreto: El bien imprescindible en toda la red de túneles, y cuanto mas largos y profundos más, es el oxígeno. Para tener oxigeno debes tener equipos extractores y por tanto energía. Esa energía Hamás la obtiene de equipos generadores (necesitan gasolina) y conectando a la red de instalaciones civiles (hogares, talleres, etc )  y es por esta razón el empeño del ejército israelí en bloquear toda fuente de energía a Gaza.

Pero, ¿quién es capaz de tomar la decisión de volar un hospital, un colegio o una infraestructura civil, con las consiguientes vidas civiles, para acabar con esos cuarteles de Hamas sin haber sufrido antes un ataque que lo justifique?

España ha pasado por momentos similares en la lucha librada contra el terrorismo de ETA. En 2010, el ex presidente del Gobierno Felipe González reveló en una entrevista que tuvo "una sola oportunidad" en su etapa al frente del Ejecutivo de "dar una orden para liquidar a toda la cúpula de ETA" después de que, antes de la operación de Bidart en 1992, los servicios de inteligencia detectaran una reunión "de toda la dirección" de la banda en el sur de Francia ante la que "sólo cabía la posibilidad de volarlos todos juntos". "Dije no", contaba González, y siempre repite que le "torturó" pensar "cuántos asesinatos de personas inocentes podría haber ahorrado".