Opinión

Rusia en Mali: divide y vencerás

Experta en Terrorismo Internacional y en la lucha contra Daesh.

Hemos tenido noticia esta semana de dos acontecimientos muy importantes en Mali: el primero, un nuevo intento de golpe de Estado y, otro, el anuncio de las autoridades de Mali de retirar a su país de todos los órganos y organismos del G5 Sahel.

Sobre el nuevo intento de golpe de Estado Bamako afirmó el lunes 16 de mayo que un grupo de soldados había intentado derrocar a la junta del coronel Assimi Goïta la semana pasada. Un golpe de Estado apoyado por un país occidental, según Bamako, lo que demuestra que hay un malestar dentro de las autoridades en el poder.

En relación con el anuncio de las autoridades de Mali de retirar a su país de todos los órganos y organismos del G5 Sahel, esta decisión se suma a otras decisiones recientes de retirada de las autoridades de transición.

Es una decisión que traerá nuevos problemas como la lucha contra el terrorismo yihadista, que solo se centrará dentro de sus fronteras sin que exista la posibilidad de ejercer el derecho de persecución fuera de estas a países vecinos del G5 Sahel dado que Bamako entiende que puede luchar por sí solo.

Esta decisión parece estar fundamentada en la creencia de Bamako que detrás de esta organización se encuentra Francia, aunque lo único que traerá será un mayor aislamiento de Mali a nivel internacional y un rápido deterioro de la situación de seguridad en el Sahel.

El G5 se estableció originalmente como una entidad regional colectiva para abordar los desafíos comunes de seguridad. Si se reduce por la retirada de Malí a una pequeña porción, cabe preguntarse sobre la viabilidad de mantener esta institución. Pero también una cuestión de relevancia: ¿Podemos estabilizar el Sahel sin Malí?

El G5 Sahel fue el producto de una época en la que la arquitectura podía diseñarse en París y las partes dependían unas de otras, con 'Barkhane' asumiendo la eliminación de líderes yihadistas, estabilizando las fuerzas de paz y el G5 Sahel acelerando la cooperación regional y siendo la única puerta de entrada para la ayuda internacional. Ese momento ya ha pasado y en la actualidad es Rusia quien diseña la arquitectura de seguridad en Mali.

Así y en estos momentos la situación no puede ser peor para el Sahel con la retirada de Francia de Mali, la retirada de Mali del G5 Sahel, la llegada de Rusia y la ausencia de EE.UU., al menos de forma oficial. Parecería que la estrategia rusa pasaría por la estrategia del caos: divide y vencerás. Pero Rusia no solo se centrará en Mali, sino que aumentará la presión sobre Burkina y Chad.

Sobre la presencia de la Misión de la UE todo dependerá de lo que decida el gobierno de Bamako y las autoridades europeas. Aunque todo parece apuntar que podría no continuar si tienen que trabajar con los instructores rusos como ocurrió en República Centroafricana.

Para la UE es cuestión primordial asegurar su frontera sur frente al avance en toda África de países como Rusia, China o Turquía, especialmente en el Magreb y el Sahel.

Para España es imprescindible continuar con la misión de adiestramiento de la EUTM Mali en la que participa de forma activa, ya que el Sahel es una zona de interés prioritario para nuestra seguridad al ser nuestra frontera avanzada.

Así, España reducirá su presencia militar en Malí en el marco de la reorganización de la misión de la Unión Europea, EUTM Malí, y suprimirá las labores de adiestramiento, tal y como aseguró este martes el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell.

Fuentes europeas explicaron antes de la reunión que el jefe del Estado Mayor de la UE, el almirante Herve Blejean, trabaja en los planes de reducción de tropas con la vista puesta en una conferencia de generación de fuerza más adelante en mayo y la revisión regional de la misión que defina el futuro de la misma.

“La misión permanece en Malí, pero será redimensionada, porque no necesita mil personas si ya no entrena a los militares malienses", dijo tras una reunión de ministros de Defensa de la UE en Bruselas. España, que ha enviado uno de los contingentes más grandes, no se va a ir, pero va a reducir su número. Alemania, por su parte, redesplegará su ejército en Níger.

La Unión Europea había decidido en abril detener el entrenamiento de unidades de las fuerzas armadas y de la Guardia Nacional de Malí debido a su colaboración con los mercenarios del grupo ruso Wagner que llegaron a Malí a petición de la junta.

La decisión de los líderes malienses de abandonar el G5 Sahel y su fuerza antiyihadista es un paso más tras la denuncia de los acuerdos de defensa entre Bamako y París. La UE decidió el martes congelar el suministro de equipo militar financiado por el Fondo Europeo para la Paz.

La siguiente pregunta que cabe hacerse es si seguirá el mismo camino la MINUSMA. La estrategia de Rusia ha normalizado un patrón inquietante de socavar a las Naciones Unidas, desplegar mercenarios irresponsables y violar los derechos humanos. Estas acciones desestabilizadoras se llevan a cabo invariablemente para apoyar al representante de Rusia en el país objetivo, que está respaldado por campañas de desinformación rusas e interferencia electoral. Es revelador que Rusia haya utilizado su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para bloquear investigaciones independientes sobre estos abusos.

Por lo tanto, la aplicación del orden internacional ruso en África sirve a los actores de élite que participan en estos acuerdos opacos, en detrimento de la población en general.

Hay mucho en juego para África. Actores muy diferentes -autoritarios que no están sujetos al estado de derecho y ciudadanos que buscan proteger sus libertades civiles- se beneficiarán del orden internacional que perdurará.

A nivel geoestratégico hay que recordar que en este escenario Rusia no solo habría ganado la guerra a Occidente en Mali, sino que iría a por otro triunfo más ambicioso, como sería ganar toda su influencia en el Flanco Sur.