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Opinión

Rusia está perdiendo la guerra… de momento

Experto en migraciones y analista internacional.

La contraofensiva ucraniana que ha tenido lugar en los últimos días ha pillado por sorpresa a toda Europa, y especialmente a Rusia. Según fuentes oficiales ucranianas se han recuperado en el noreste del país más de 20 ciudades y pueblos de manos rusas y se avanza también en el sur, lo que traducido a una jerga más entendible significa que Ucrania ha recuperado más terreno en 24 horas de lo que Rusia había conseguido conquistar en los últimos 6 meses. Esto supone para Moscú el mayor golpe militar recibido en Ucrania desde que se tuvo que retirar de Kiev allá por marzo.

Y aunque hay que ser cautos en cuanto al optimismo, no cabe duda de que este pudiera ser un punto de inflexión en la guerra, ya que ha vuelto a poner de relieve las carencias logísticas y de personal que tiene Rusia para mantener los territorios que conquista.

Rusia afirma que esta situación se trata de un repliegue y que mantiene los objetivos militares que se marcó al comienzo de la campaña, y es cierto que podría golpear a Ucrania en las próximas semanas para intentar recuperar parte del terreno perdido, pero esta posibilidad parece harto difícil si Putin piensa hacerlo con los mismos medios que está utilizando hasta ahora.    

Para aumentar los medios humanos y militares que necesita en la invasión, el presidente ruso tendría que dejar de esconderse en el eufemismo de “operaciones militares” en Ucrania que lleva utilizando de cara a la galería rusa, y empezar a utilizar el término “guerra”, lo cual le daría muchas más herramientas en su país a la hora de intensificar militarmente el conflicto. No sabemos con seguridad si el orgullo del presidente ruso le va a permitir cambiar la nomenclatura a este conflicto, puesto que esto le supondría un duro revés doméstico, sin llegar a saber cómo respondería la sociedad civil rusa, y por descontado que los opositores rusos a esta guerra (o sea, a Putin) se multiplicarían por mil, y con ello los problemas internos y la estabilidad del gobierno en el Kremlin.

Ucrania tiene ahora una ventana de oportunidad militar y debe aprovechar el desorden de la retirada rusa. La recuperación de la ciudad de Jerson, donde se mantienen los combates entre ambas partes y que daría acceso al corredor de Crimea y Mariupol, sería el siguiente objetivo de Kiev y confirmaría un cambio de tendencia muy a favor de los soldados del presidente Zelenski.

Inteligencia como arma definitiva

La inteligencia norteamericana ha sido clave desde incluso antes que comenzara la invasión rusa y hoy la pregunta es ¿cuánto ha tenido que ver el Tío Sam en la exitosa contraofensiva de estos últimos días? Sobre este asunto nadie quiere decir mucho. Ucrania oficialmente confirma que mantiene contacto permanente con los analistas americanos, y también fuentes americanas afirman que la comunicación con los oficiales ucranianos es fluida en todo momento y que ellos solo aportan información, siendo los gobernantes y militares ucranianos quienes deciden la estrategia de combate, pero es más que obvio que esta capacidad estadounidense está marcando la diferencia entre lo que la teoría decía que tenía que ocurrir allá por marzo (una invasión total de Rusa en Ucrania sin mucha oposición militar) y lo que está ocurriendo ahora (soldados rusos huyendo de Ucrania abandonando tanques y material militar en un completo desastre operacional).

Recordemos que Ucrania estaba siendo masacrada con miles de impactos de artillería al día, pero gracias a la inteligencia que Estados Unidos facilita en tiempo real y el tándem Inteligencia-HIMARS (High Movility Artillery Rockets procedentes principalmente del Army americano) se consiguió reducir a un tercio estos ataques de artillería rusos y además está produciendo verdaderos destrozos entre los puestos de mando y control (los generales rusos muertos podrían llegar a 11), depósito de municiones y otros importantes centros logísticos rusos.

Lanzacohetes con HIMARS. 

Esta importante victoria ucraniana es fruto de la guerra de desgaste que Kiev lleva empleando contra los invasores en los últimos meses con material militar y entrenamiento Occidental, pero teniendo en cuenta que Putin no va a perder esta guerra jamás, tenemos que empezar a reflexionar sobre qué recursos comenzaría a utilizar el Kremlin si se vieran en una situación desesperada.

Principales países donantes de material militar a Ucrania.

¿Es hora de sentarse a hablar de paz?

Esta reciente reconquista de territorio ucraniano es del tipo de victorias militares que normalmente podrían dar paso a conversaciones de paz entre las partes, para empezar a discutir futuros acuerdos que conlleven a un cese de las hostilidades, pero aquí hay dos posiciones que por ahora no están interesadas en ello: Moscú y Washington.

Moscú está librando una guerra de desgaste contra Europa, sabiendo que a lo largo del tiempo Occidente se resquebrajará y comenzarán a asomar las primeras diferencias respecto al apoyo a Ucrania y las sanciones contra Rusia. Los recursos energéticos (y la inflación que este conlleva), que el Kremlin está utilizando para soliviantar la moral europea, es su principal arma. Además, el mantenimiento del Estado ucraniano cuesta a Occidente miles de millones al mes y tarde o temprano algún país se preguntará por qué se mantiene esta situación. La carencia de energía para calefacción prevista este próximo invierno será una prueba de supervivencia a la hasta ahora mostrada unidad de Europa.

Washington ha decidido por su parte usar la misma estrategia que Putin, la del desgaste, pero en este caso la idea del Pentágono es desgastar al gobierno ruso mediante la derrota militar rusa en territorio ucraniano, además de las fuertes sanciones impuestas a Moscú y que ya se están mostrando parcialmente efectivas.

Estados Unidos ha gastado ya alrededor de 15.5 billones americanos de dólares desde el comienzo de la guerra en Ucrania, y semejante inversión no la hace el gobierno americano solo por amor a Europa. EE.UU. tiene un plan contra Rusia para eliminarlos de la actual competencia estratégica mundial y una herramienta para ello se llama Ucrania, y aquí el juego no se acaba hasta que lo diga Washington.

Se espera un invierno interesante en el frente ucraniano, y simplemente debemos desear que siga igual de prometedor para los intereses de Europa, que no son otros que los de una recuperación total de territorio ucraniano, demostrando así a Moscú que invadir ilegalmente un país no le puede salir bien ni barato.

Por otra parte, debemos ser consciente del permanente peligro de escalada militar y que Putin podría empezar a utilizar otro tipo de estrategias y armas (armas químicas, nucleares…) para reconducir la situación de cara a la opinión pública rusa porque Moscú no puede perder jamás esta guerra.