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España reacciona: 5.868,93 millones en 2023 para las fuerzas armadas

Cada español contribuye con 20€/mes a la defensa, británicos y holandeses con 65€, alemanes con 57€ o franceses con 62€.

Ramón C. Riva.

Ex militar y experto en Seguridad.

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Desfile de tropas españolas.
Desfile de tropas españolas.

Según cálculos de la OTAN 75.000M€ es la inversión que necesita España para compararse militarmente con otros aliados europeos, una cantidad con la que podríamos adquirir casi 800 F-35, 7.500 Leopard o construir 88 Fragatas F-110 (es simplemente un dato para materializar lo que significa este importe).

Estos 75.000M€ calculados por la OTAN no son un esfuerzo añadido, es un déficit que a lo largo del tiempo se ha ido acumulando en “falta de inversiones” para dotarnos de los medios que garanticen nuestra defensa e independencia material.

Es muy repetido hablar del compromiso OTAN de dedicar el 2% del PIB de cada país a presupuesto defensa, y que, al ser un colectivo, los que más invierten según su PIB (Reino Unido, Polonia, Grecia) sienten que los que menos (Alemania, España, Italia) lo podían hacer, porque la defensa era común (OTAN) con Estados Unidos al frente.

Hay un doble compromiso entre socios y aliados para equiparar esfuerzos, el que más titulares ha generado es sin duda el mencionado del 2%. En la OTAN actual lo cumplen nueve estados miembros y veinte aún están lejos.

Para personalizarlo, cada español contribuye con 20€/mes a la defensa, británicos y holandeses con 65€, alemanes con 57€ o franceses con 62€.

El presupuesto de 2008 (8.231M€) no se recuperó hasta 2018 (8.456M€). 10 años de déficit en adquisiciones de material para la defensa y que OTAN calcula tardaremos entre siete y diez años en recuperar.

Hay otros dos compromisos muy importantes que sí cumplimos: estamos presentes en todas las misiones OTAN -excepto Kosovo– y dedicamos bastante más del 20% del presupuesto en equipamiento militar, para no perder capacidades.

A la hora de adquirir material defensa idóneo, para optimizar nuestras capacidades, tal y como deben hacer las fuerzas armadas, no es lo mismo comprar aviones F-35 a Estados Unidos y negociar con ellos contrapartidas económicas (100 M€) por aparato que construir fragatas F-110 (donde está comprobado que cada euro de facturación de Navantia genera 1,01 euros de PIB).

Y al igual que nuestros aliados, en el esfuerzo por incrementar nuevas capacidades (drones, ciberseguridad, etc.) no podemos obviar las alianzas tecnológicas que den a nuestra Industria Defensa capacidades en I+D+i y en las que sería un “suicidio” no estar presentes (Alemania ha reservado aproximadamente 40.000 millones de euros para su avión de combate de próxima generación, un proyecto germano-hispano-francés destinado a desarrollar una aeronave de sexta generación).

El General de División del Cuerpo de Intendencia del Ejército del Aire y del Espacio José Luis Sánchez Martínez, director general de Asuntos Económicos del Ministerio de Defensa -nombrado por la ministra en octubre del 22-, sabe muy bien a que me refiero, ya que ha sido jefe de área OTAN de la Dirección General Política Defensa y representante español en la Junta de Planificación y Política Recursos OTAN.

El general Sánchez Martínez ha anunciado un incremento del presupuesto de Defensa del 27% (12.500M€), pero gracias a la contención en el capítulo gastos de personal (6,2% incremento) aumenta enormemente la partida destinada a inversiones reales, 5.868,93 millones de euros, que supone un 60,91% más.

Aparte de la decisión política, ya tomada y en marcha en 2023, hace falta todo un ejercicio de concienciación social similar al francés o británico, y un enorme trabajo a presente y futuro por parte de TEDAE / Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio y afines.

Francia dispone de una Industria de Defensa que exportó 12.000M€ el año pasado y que da empleo a 400.000 personas (165.000 empleos directos) y con un retorno fiscal que le subvenciona gran parte de su presupuesto defensa. Poner España al día en su “déficit” de 10 años implica una creación en torno a 100.000 puestos de trabajo, sobre todo “muy cualificados” y de tecnología diferencial.

El doble reto para España en los próximos años es lograr rentabilizar las inversiones de defensa en I+D+i a través de “catalizadores” como Estados Unidos, Reino Unido o Francia hacia la industria civil (ciberseguridad y drones dos grandes ejemplos), y que la sociedad civil sea consciente. FEINDEF puede ser buen ejemplo de ello.